¡Vote, sí!, pero contra la manipulación del Estado
El Estado tiene armados,
los comicios y sus farsas;
y anda buscando comparsas,
que le amarren resultados.
Ernesto Visconti Elizalde / Desde mi breviario
No deje de ir a votar, pero no se haga cómplice involuntario de la manipulación política del Estado, cuando con retorcidas y absurdas alianzas, asegura de antemano la mayor votación a su favor, a cambio de arrojarle uno o dos escaños a los partidos paleros; atomizando por su número, la votación y diluyendo además al contrincante electoral homogéneo, que representa las corrientes políticas izquierdas o de tendencia socialista, dividiéndolo en partidos heterogéneos.
Mientras el Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, no sea un partido debidamente constituido y registrado –asunto que se tomará algunos meses más- ,el Partido Revolucionario Institucional (PRI) seguirá medrando nacionalmente aunque su modelo económico el Neoliberalismo, sea un modelo viejo y caduco, que privilegia a los acaudalados, sus beneficiarios; y perjudica al grueso popular. Por ello ¡vota, sí!, pero con un voto de protesta; si los jóvenes a través de las redes y los adultos por vía telefónica o cualquier otro medio, logran concientizar a la población votante del estado, haciéndoles notar lo que hoy nos resulta obvio… una concertación del PRI, con el resto de los partidos pequeños y colapsados, en aras de obtener carro completo y sólo compartir los mínimos escaños de acuerdo a la ley electoral, con anuencia y regocijo del gobierno estatal y la autoridad electoral, a pesar de que la participación del Partido del Trabaj (PT), un partido a todas luces vergonzante para las instituciones electorales y el pueblo en general, sigue siendo auspiciado al igual que los demás partidos paleros o comparsas electorales; como el Verde Ecologista, y el Nueva Alianza –que lejos de desaparecer con su creadora la maestra Elba Esther Gordillo,- el sistema le da permanencia, para usufructo de sus intereses; un Partido de la Revolución Democrática (PRD), dividido y en descomposición por su proclividad al beneficio gubernamental, al igual que el partido Movimiento Ciudadano, cuyo líder de ideología opuesta a su ideario, hoy lo representa; en fin una descomposición electoral, que ya no sigue ideologías, sino groseras conveniencias económicas representadas por funestos personajes; y un Partido Acción Nacional (PAN), totalmente disperso con una carga de peculados y recientes inmoralidades a cuestas, que intenta posicionar a un bisoño de acaudalada extracción; y por supuesto un PRI, con la sartén por el mango con candidatos “de designación”, casi todos juniors del desgastado sistema, que obvia como siempre a sus priistas de mayor antigüedad y oficio.
De plano no hay a cuál irle; todo es un montaje teatral, un mega tinglado, para que el ciudadano común –usted y yo- avalemos con nuestro voto a cualquiera; el asunto es que votemos; ellos ya tienen a los ganadores, con el voto duro de ciudadanos autómatas, que sin cuestionar nada de su mutante partido, alegres le otorgarán su voto, para seguir perpetuando las mafias en el poder; que no se reconocen con siglas partidistas, sino como grupos y corporaciones capitalistas de México y el extranjero. Así opera el teatro; y el principal actor es usted el ciudadano votante, avalando y dando sustento a la amañada elección. Los ciudadanos analíticos, conscientes, reflexivos, debemos detener esto. ¿Cómo? Emitiendo nuestro voto, pero un “voto de protesta”, un voto por la moralidad electoral, o la genuina democracia, o la honestidad, un voto que al anularse les deje un mensaje a los manipuladores, a las autoridades electorales y a México. Si logramos una mayor votación de sufragios anulados, que de votos ordinarios, la democracia estará activa. Mi mujer y yo, votaremos por el Movimiento de Regeneración Nacional –MORENA- como una aspiración de participar en un partido honesto, en la lucha por un México honesto.