Un cautivador ecosistema marino petrificado
Jason de Caires Taylor crea en Cancún, Quintana Roo, México, esculturas que sirven de arrecifes artificiales de enorme impacto ambiental y humano.
Situación de los museos subacuáticos en el mundo: La lista de la UNESCO.
Revista Teorema Ambiental / A los Cuatro Vientos
Son 487 esculturas permanentes de tamaño natural, las que contiene el Museo Subacuático de Arte (MUSA), en las aguas que rodean Cancún, Isla Mujeres y Punta Nizuc, en el Estado de Quintana Roo, México.
Se trata de figuras ecológicas de concreto que evocan a personas que vagan por el mundo sin reconocer que han muerto. Cada una emula las actividades que realizaban antes de convertirse en fantasmas.
Jason deCaires Taylor, fundador de MUSA y autor de la obra, crea esculturas que, a su vez, son arrecifes.
Hechas de cemento enriquecido con micro sílica, arena y fibra de vidrio, los corales comienzan a crecer sobre ellas a través del tiempo ya que cuando encuentran una superficie dura se aferran y pueden desarrollarse y crecer.
Además, las esculturas permiten que peces, langostas, crustáceos y diferentes tipos de invertebrados vivan en su interior.
Otra de sus ventajas es que desvía a los turistas de los arrecifes naturales, evitando que se vean alterados.
En la actualidad, el Parque Marino Nacional de Cancún atrae más de 750 mil visitantes al año, lo cual representa una carga de presión muy alta para los arrecifes naturales existentes.
Con su proyecto, Taylor busca reducir esta alerta de daño permitiendo que los arrecifes naturales se regeneren y desarrollen.
Así, el arrecife artificial puede ser observado en aguas claras y poco profundas, permitiendo un fácil acceso para los buzos, practicantes de esnórquel e incluso los tripulantes de embarcaciones con fondo de vidrio.
El Museo
Como si fueran los restos de una civilización que naufragó en el fondo del mar, las esculturas submarinas de este artista británico conforman un cautivador ecosistema petrificado.
Con una especial afición por el buceo y la exploración de los arrecifes de coral, el escultor ha erigido una serie de inspiradoras obras, incluyendo Hombre en Llamas, La Jardinera de la Esperanza, El Coleccionista de los Sueños y La Evolución Silenciosa, que es la más ambiciosa pues esta compuesta de un ejército de 400 esculturas construidas con materiales que duran hasta 500 años.
Jason documenta con fotografías el desarrollo de los corales que crecen en sus obras como si fueran pelos y que terminan engullendo las esculturas.
Para el artista, el mensaje que quiere transmitir “es uno de esperanza y unidad: que los humanos podemos vivir en una simbiosis con la naturaleza. Vivir en balance con la naturaleza y no reinar sobre ella. Algo así como la naturaleza colonizando al hombre, teniendo su revancha”.
Los Parques Subacuáticos en el mundo
La Convención 2001 de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático manifiesta que desde principios de los 90, el Patrimonio Cultural Subacuático ha suscitado un interés cada vez mayor no solamente entre la comunidad científica y los buceadores, sino también en el público en general.
Algunos museos, como el Museo de Arqueología Submarina e Bodrum, en Turquía, o los Museos que exponen los hundimientos del Vasa -en Suecia- o del Mary Rose -en Inglaterra-, atraen anualmente a millones de turistas.
Este creciente interés ha llevado a reconsiderar la exposición de los objetos en total respeto con los principios de conservación in situ, reflejados en la Convención 2001 de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático.
La Convención estipula que los sitios deberán permanecer en las condiciones en que fueron descubiertos y sólo pueden ser perturbados si existe un aporte científico significativo que justifique dicha intervención o rescate.
El hecho de privilegiar la preservación in situ como opción prioritaria, toma en cuenta la importancia de la integridad de los sitios y de las informaciones que podrían obtenerse de ellos en el futuro, pero también el interés del público, especialmente para el turismo.
Al asociar la especial fascinación del medio ambiente subacuático a la atracción que ejercen los objetos mismos, se empezó a gestar un proceso para la creación de museos subacuáticos y de atracciones submarinas turísticas. De esta manera se dieron los primeros pasos hacia una nueva forma de turismo.
La mayoría de estos proyectos están aún en su etapa conceptual, formativa o en discusión, así que el título de «primero en el mundo» todavía está por conquistar. Sin embargo, el interés del público en general está ya garantizado.
Este documento presenta varios de estos proyectos con el fin de instigar nuevos desarrollos y proporcionar informaciones sobre los proyectos actuales.
Además de las informaciones sobre los museos, se describirán novedades en la industria del buceo turístico, relativas a las pistas de arqueología submarina, para dar una idea de los instrumentos turísticos que emanan de los sitios arqueológicos submarinos.
Museos Submarinos
1.- Museo subacuático de Baiheliang (China)
El arrecife de las cigüeñas blancas, Baiheliang, es un sitio arqueológico en la China, hoy sumergido bajo las aguas del embalse de las Tres Gargantas recientemente construido.
Se trata de las más antiguas inscripciones hidrológicas del mundo, registrando 1,200 años de cambios en el nivel del agua en el río Yangtze, en el norte del distrito Fuling de la Municipalidad de Chongqing.
Este canto de piedra mide 1,600 metros de largo y 15 metros de ancho. Alcanza los 138 metros en la cima más alta, la cual quedó sumergida a cerca de 30 metros por debajo del nivel de las aguas cuando terminaron las obras del Embalse en 2009.
Antes de la construcción del Embalse de las Tres Gargantas, el canto quedaba disimulado bajo las aguas en verano y en otoño.
Visible en invierno, cuando descendía el nivel del agua, permitía apreciar las figuras de peces grabados en la piedra, algunas inscripciones que recuerdan los cambios de nivel de las aguas, las cosechas, los niveles y los títulos de los miembros de la dinastía Tang (618-907).
Desde 1994, las autoridades chinas para la protección del patrimonio cultural han estudiado la manera de proteger las inscripciones de piedra de Baiheliang. Finalmente, se decidió transformar el sitio en museo subacuático. ²
Van a cubrir el canto con un contenedor de agua sin presión en forma de arco e introducirán agua fresca en el receptáculo, compensando la presión entre el agua dentro y fuera del contenedor.
Se van a construir dos túneles subacuáticos desde las orillas del río para que los visitantes puedan ver las inscripciones de piedra atravesando el túnel.
Se instalarán más de 10 mil focos fosforescentes, lo que permitirá a los visitantes ver las inscripciones a través de los cristales de protección.
Por las limitaciones que imponen el presupuesto y las exigencias tecnológicas, el receptáculo sólo medirá 70 metros de largo por 25 de ancho. Sin embargo, permitirá apreciar las inscripciones más importantes de la sección este de Baiheliang.
Se van a tomar medidas para proteger varias inscripciones de la sección Oeste y se aplicará una capa de material químico protector sobre ellas y se sellarán con cemento, mortero y una barra de acero reforzado.
La construcción del museo subacuático, que inició en 2002, costará alrededor de 140 millones de Yuan (es decir 17 millones de dólares).
2.- Nanhai No. 1 Museo-Buque (China)
En la provincia de Guangdong, en la costa sur de China, bajo el control del arqueólogo especialista, Zhang Wei, se extrajo la totalidad de un barco muy antiguo.
El Nanhai N° 1, que se encontró en buen estado de conservación, es un barco de 25 metros de eslora, que pesa 3800 toneladas y probablemente data de más de 1000 años. Aparentemente, zozobró durante la dinastía Song (960-1279).
El barco ha sido objeto de una excavación y de su posterior levantamiento. Su descubrimiento tuvo lugar a finales de los años 80, por un pescador y se dice que contenía entre 60 mil y 80 mil piezas de mercancías valiosas.
Fue localizado en el costado oeste de la desembocadura del Río de las Perlas (Zhu Yiang), punto de partida de la “Ruta de la Seda”, donde se hundió cuando probablemente navegaba rumbo al Oriente Medio y a Europa.
El naufragio del Nanhai N° 1 será expuesto en el nuevo museo cuya construcción se terminó en 2007.
El museo consiste en un acuario en el cual la calidad de agua, la temperatura y el entorno se asemejan al máximo de las condiciones en las cuales se encontraba el barco bajo el agua.
Los arqueólogos continúan sus investigaciones sobre el navío una vez que se terminó el acuario. Así, los visitantes pueden observar el trabajo arqueológico submarino, pero en el entorno de un museo.
Se espera que el estudio de los restos del barco revele importantes informaciones sobre la construcción naval en China en la Antigüedad y sobre sus técnicas de navegación.
Se ha comparado su importancia a la de los famosos guerreros en terracota de Qin Shi Huangdi, en Xian.
3. Alejandría (Egipto)
Luego del descubrimiento y rescate parcial de estatuas y artefactos en la zona este de la Bahía de Alejandría, se organizó una reunión internacional para estudiar la viabilidad de construir un museo subacuático en este singular entorno en julio de 2006.
Además de la exposición de los objetos arqueológicos, el museo podría también tener por vocación la gestión adecuada del patrimonio cultural subacuático, donde se desarrollarían programas de investigación y donde se encontrarían instalaciones, facilitando la interpretación de los descubrimientos.
Se decidió en la reunión que el museo constaría de una estructura principal en tierra donde se llevaran a cabo las actividades propias del museo y se expondrán los vestigios subacuáticos que hayan sido extraídos.
Asimismo se creará un espacio debajo del agua sobre alguna de las zonas arqueológicas de importancia, y de accesibilidad cómoda desde la costa para que los visitantes puedan apreciar los vestigios in situ.
La próxima etapa consistirá en emprender un estudio de viabilidad para la construcción de dicho museo y de su entorno.
Sitios acondicionados en museos para los buzos
1.- Caesarea (Israel)
El antiguo puerto de Caesarea era el más grande e impresionante de todos los puertos del Imperio Romano cuando lo inauguraron en el año 10 antes de cristo.
Ubicado en la costa israelí del Mediterráneo, hoy es un museo subacuático donde los buzos pueden nadar a lo largo de los restos sumergidos del puerto construido por Herodes en honor de su protector, César Augusto.
El sitio ha sido excavado durante las últimas tres décadas y los visitantes pueden admirar, al bucear, los restos del antiguo puerto: un faro en ruinas, un malecón antiguo, las fundaciones originales del puerto, anclas, pedestales y hasta el resto de un navío de la época romana.
Los buzos pueden acceder a 36 sitios diferentes a lo largo de cuatro recorridos balizados que cubren una superficie aproximada de 79 mil 500 metros cuadrados. Se les proporciona un mapa impermeable que describe cada sitio a medida que lo van encontrando.
Uno de los recorridos es accesible a los buceadores de alto nivel; todos los otros, a menos de siete metros de la superficie, cerca de la playa, convienen los buceadores principiantes.
El visitante puede leer una corta historia de esta emergente ciudad portuaria del pasado que desapareció bajo las aguas después de un violento terremoto, un siglo después de su construcción.
Desde su entrada en el mar (aproximadamente a 100 metros de la costa actual) hasta el resto del navío romano que marca el fin de la zona portuaria, los buzos pueden admirar los restos de las fundaciones originales que hacen de este puerto una de las maravillas del Imperio Romano.
2.- Florida Keys National Marine Sanctuary (Florida)
Un recorrido de hundimientos históricos se encuentra a lo largo de los arrecifes de coral y de los fondos de arena, a unas pocas millas de las costas de los Cayos en Florida.
Los nueve sitios del recorrido de barcos hundidos representan tres períodos amplios de la historia marítima de los Cayos: la historia europea, americana y moderna.
Entre otros restos se encuentran los del San Pedro -un navío español que zozobró en 1733–, el vestigio más viejo del recorrido.
Se encuentran también dos barcos de mediados del siglo XIX: el Adelaide Baker, en el sur del Cayo Duck, y un navío identificado como el North America, en el delta de Shoals. Estos hundimientos ilustran la manera en que vestigios o fragmentos arqueológicos sumergidos cuentan la historia de los navíos.
El City of Washington y el Benwood son ejemplos más recientes de navíos que zozobraron en los Cayos. Otros han sido hundidos a propósito para servir de arrecifes artificiales.
El Amesbury, el Duane, el Eagle y el Thunderbolt ejercen la misma funcione en este Recorrido Subacuático.
Con esta senda de naufragios, el Santuario Nacional Marino de los Cayos en Florida intenta que se haga más visible este rico patrimonio marítimo e intenta favorecer una apreciación y una comprensión de estos restos insustituibles.
El recorrido de barcos hundidos no solamente informa sobre la historia y las culturas marítimas, sino que también ayuda a atenuar la presión del creciente número de buzos que visita los arrecifes naturales más importantes.
Para cada uno de los nueve sitios del recorrido de hundimientos, existe una guía disponible del sitio que da las coordenadas del naufragio y de las boyas de amarradura. Además cuenta la historia del naufragio, provee un mapa del sitio e identifica la fauna y la flora subacuáticas que acompañan a los visitantes.
Las condiciones en los sitios del recorrido de buques pueden variar. Pueden ir desde actividades de buceo en aguas poco profundas hasta profundidades de más de 100 pies, en las que se puede encontrar fuertes corrientes.
Algunos de los sitios más profundos requieren la utilización de amarras sumergidas.
Cada uno de estos sitios fue seleccionado por su valor histórico, biológico y estético.
3.- Kronprins Gustav Adolf (Finlandia)
El sitio del pecio Kronprins Gustav Adolf en Helsinki, Finlandia, fue declarado parque marítimo histórico en 2000 y constituye el primer parque finlandés de este tipo.
El Kronprins Gustav Adolf, navío sueco, fue destruido en 1788 y sus restos descubiertos en 1995.
El barco se encuentra a varias millas náuticas al suroeste del faro de la isla Harmaja, a unos 18 o 20 metros de profundidad en una zona de aproximadamente 100 metros cuadrados.
El sitio consta del fondo del casco, sus costados derrumbados, algunas partes de la estructura superior del navío, los cañones, las bolas del cañón y una variedad de objetos dispersos.
También se encuentran dos enormes anclas en el sitio del naufragio.
Hoy en día, los buceadores pueden visitar el buque siguiendo un recorrido de doce paneles informativos que les proporcionan datos sobre algunos detalles de los elementos, y les permite bucear entre los cañones.
El fondo del mar está cubierto con arena. Generalmente no hay corrientes fuertes y la visibilidad se sitúa entre uno a diez metros.
4.- Sitios de hundimientos protegidos (Croacia)
Las autoridades croatas han decidido instalar rejas de metal por encima de varios barcos para protegerlos.
Hasta el día de hoy, más de 500 sitios han sido identificados en el fondo del Adriático no lejos de la costa croata, siendo por lo menos la mitad, naufragios que datan en su mayoría de la época romana.
Cuando fueron descubiertos por los arqueólogos, la mayoría de los barcos estaban casi destruidos. Y entre los doce buques que se han encontrados intactos, diez fueron descubiertos durante los últimos diez años.
El pillaje intempestivo amenaza estos sitios. Sin embargo, no se pueden recuperar en su totalidad ya que las autoridades croatas no cuentan con suficiente espacio para protegerlos ni personal idóneo para realizar trabajos de conservación.
En ciertas regiones (Lastovo, Mljet, Cavtat) ni siquiera existen museos que pudiesen acoger tales descubrimientos. Además, los museos no pueden, en general, exponer importantes cantidades de material homogéneo, como son, por ejemplo, las ánforas.
En consecuencia, se decidió recubrir los sitios con una protección física bajo la forma de rejas de metal.
Tal protección no representa un obstáculo absoluto contra los saqueadores potenciales. Sin embargo, impide el saqueo de los sitios mientras permite a los buceadores disfrutar de ellos.
Este sistema ha tenido mucho éxito y ha contribuido de manera consecuente a la preservación de la integridad de los sitios.
5.- Ústica (Italia)
Una ciudad submarina y un paisaje de lava negra petrificada: tales son las características de esa pequeña isla del mar Tirreno, a sólo 57 kilómetros al noroeste de Palermo, en Italia.
De fácil acceso en ferry, también la llaman “la perla negra” del turismo subacuático por la calidad cristalina y límpida de sus aguas.
La isla volcánica fue originalmente habitada por los fenicios; numerosos hundimientos se encuentran dispersos a lo largo de sus costas.
La isla es hoy en día parque marítimo nacional y sus aguas cristalinas contienen verdaderos tesoros submarinos, especialmente la ciudad antigua de los Osteodes, que atrae a buceadores de todas partes del mundo.
En 1990 se creó un recorrido submarino en Punta Gavazzi, Ústica, proponiendo así a los buceadores la experiencia de un recorrido turístico guiado para así admirar in situ numerosos naufragios.
La protección otorgada a dichos sitios también permitió la preservación del coral negro y ha dado lugar a la creación de numerosos clubes de buceo.
6. Wellington Wreck ( Neo Zelanda)
El naufragio del Wellington en Nueva Zelanda es probablemente el barco más accesible en el mundo.
Ubicado a sólo algunos kilómetros del aeropuerto Wellington, ese viejo barco de guerra zozobró el 13 Noviembre de 2005 a una profundidad entre 23 y 26 metros, a la altura de Island Bay en la costa sur de Wellington.
La proa del barco, delante del puente de navegación donde se encuentra los dos cañones principales del barco (4.5 pulgadas), está intacta y se apoya sobre el lado estribor.
Se mantiene en el sitio gracias a un ancla y puede ser visitado por buceadores experimentados.
En la zona de la popa se han derrumbaron dos secciones que ahora son inaccesibles.
El buque atrajo el interés de numerosos turistas buceadores, incluso de ex militares de la Marina que trabajaron en el navío, así como también millares de peces, en particular jóvenes Kahawai, Bacalaos y Tarakihi.
La New Zealand Maritime Archaeological Association (MAANZ) está desarrollando un «Recorrido de Naufragios » de los principales naufragios (existen más de 2000) a lo largo del litoral de Wellington.
Concebido para los buceadores profesionales y aficionados, el recorrido representará una fuente de información sobre la historia de los sitios y de los barcos hundidos alrededor del litoral de la ciudad.