Terratenientes inmobiliarios se oponen a ordenamiento de Guadalupe
Los empresarios Carlos Lagos, Ismael Yagües y Luis Cetto están detrás de la oposición de ejidatarios del valle de Guadalupe al Reglamento de Zonificación y Uso de Suelo que en el valle de Guadalupe impulsa el presidente municipal Gilberto Hirata Chico.
A los Cuatro Vientos
Ensenada, B.C., a 29 de diciembre de 2015.- Ello lo manifestó el dirigente de la Coalición de Organizaciones Democráticas Urbanas y Campesinas (CODUC) Eduardo Cota Osuna, que afirmó conocer la forma en cómo Carlos Lagos logró crear una coalición de siete ejidos en Guadalupe para presionar al gobierno municipal.
– “Carlos, a quien conozco de hace años como un casi intocable empresario inmobiliario que en Playas de Rosarito fue constantemente señalado de cometer actos irregulares con la tierra, compró en el valle miles de hectáreas ejidales y comunitarias dividiendo a los ejidos. Con eso logró tener incondicionales que son los que ahora se manifiestan contra un ordenamiento que pretende limitar su poderío”.
Recordó que Lagos intentó hace unos años construir un fraccionamiento de lujo en el bosque de olivos más grande de México, que se ubica en mil hectáreas del valle de Guadalupe, y sólo la unión de los residentes y productores vinícolas de la región, excepto Luis Cetto, evitó el colapso de la principal zona vitininícola del país y asiento de una creciente y prestigiosa industria gastronómica y turística.
También que Ismael Yagües, empresario del ramo ganadero e inmobiliario, además tío de Carlos Lagos, se apoderó de miles de hectáreas comunales y ejidales con afectación directa en la tierra kiliwa de San José de la Zorra, a quienes ha desplazado en su afán de apoderarse de lo último que les queda de territorio nativo.
– “Otro empresario que se adueñó de cientos de hectáreas y pozos de agua para ampliar aún más sus viñedos, es Luis Cetto, quien tiene un conflicto agrario con la comunidad kiliwa de San Antonio Necua que se ha documentado en los últimos años en los medios de comunicación, en los juzgados agrarios y en las instancias de gobierno que defienden los derechos de los pueblos nativos de Baja California”.
Recordó que en el caso del ejido al cual él pertenece –Emiliano Zapata-, Carlos Lagos llegó a comprar tierras mediante la división de los ejidatarios, pero contrario a lo que obtuvo en otros centros de producción, ahí enfrentó una férrea oposición y sólo siete de 43 socios se le unieron “pero son los que ahora dicen representar a nuestra comunidad en el conflicto con el profesor Hirata, lo cual es totalmente falso”.
En el ejido Emiliano Zapata, reveló el activista social, Lagos compró cuatro mil hectáreas y en otros ejidos y comunidades ha hecho lo mismo, con lo que es uno de los más grandes terratenientes del valle.
Manifestó no saber qué fue lo que sucedió entre los empresarios y sus aliados con el presidente municipal de Ensenada, ya que en los días previos a la protesta se reunieron en una cafetería para platicar del Reglamento que forma parte del Programa Sectorial para el Desarrollo Urbano y Turístico de los Valles Vitivinícolas del Norte del Municipio de Ensenada.
En su protesta, los ejidatarios y comuneros han manifestado no estar de acuerdo con las densidades habitacionales y usos de suelo para la construcción de vivienda que se pretenden establecer en el Reglamento del Programa Sectorial.
También que la norma inmobiliaria prevé autorizar la construcción de una vivienda por cada cuatro hectáreas, algo que afectaría a los descendientes de los ejidatarios porque no podrían subdividir los predios, pero también elimina la posibilidad de construcción de fraccionamientos populares o residenciales, “negocio al que se dedican Carlos Lagos e Ismael Yagües y que no han podido imponer para el valle de Guadalupe”, según Eduardo Cota.