Solorio a Cuamea: No “Hard Feelings”
Carta a Felipe (Cuamea, rector de la Universidad Autónoma de Baja California):
Daniel Solorio Ramirez*
1. Hoy jueves 13 de marzo de 2014 cumpliremos dos años desde aquel feo ” martes 13″ en que — movido por no se qué extravagantes emociones, — ordenaste expulsarme de las aulas de UABC. No teniendo motivos, tus complacientes subordinados inventaron – impúdicamente — el disfraz de una rescisión laboral.
2. Esa misma tarde te pedí por escrito diez minutos de tu valioso tiempo en la certeza de que si me escuchabas romperías tu malinformada carta rescisoria que – complaciente también — firmó tu directora de Recursos Humanos, Judith Luna Serrano. Sigo en espera de esos diez minutos, Felipe.
3. Te confieso que no la he pasado mal. Soy un abogado y mis generosos clientes me han hecho sobrevivir sin los salarios que nuestra Tesorería Universitaria me vino pagando por muchos años. Te los encargo, Felipe, que me los guarden muy bien porque a la postre sí, realmente sí los voy a necesitar.
4. He intentado saber qué piensas tu, Felipe, pero no he podido averiguarlo. Muy poca gente te conoce lo suficiente. Nadie sabe bien a bien qué fue lo que te movió a expulsarme de esa manera tan poco elegante, y sobre todo tan poco digna de la máxima autoridad unipersonal de una casa de estudios superiores. Supongo que sabes que ante la desinformación pululan las teorías, las creencias, las habladurías.
5. Muchos piensan — entre ellos yo — que esa decisión de ” correrme” no fue tuya, Felipe, sino de Alejandro Mungaray, quien mal asesorado por alguno de mis colegas de Derecho, ex-rector por cierto, –cuyas iniciales son ABC — te dio esas instrucciones movido por la loca creencia de que yo podría derrocarte por estar publicando hechos por demás rigurosamente ciertos: que tu realmente no eras rector porque no alcanzaste los 07 votos válidos en la Junta de Gobierno. Ese es un hecho históricamente inobjetable, como bien tu lo sabes. Pero de ahí a que mis publicaciones pusieran en riesgo tu estabilidad en el trono hay un mar de distancia. ¿A quién se le ocurre? ¿En qué cabeza cabe?
6. A pesar de sus grandes esfuerzos y su reconocida capacidad corruptora, Alejandro Mungaray no logró completarte esos 07 votos y tuvo que meter ahí – con calzador, claro, – a Edna Luna Serrano, quien sin tomar protesta ante la Junta de Gobierno, y por tanto sin cumplir los requisitos de ingreso a ese cuerpo colegiado, se fue corriendo a votar por ti. Eso fue muy poco elegante. Supongo que tu no le pediste que lo hiciera así. Al menos debió guardar las formas para tu ascenso a la rectoría fuera un poco menos viciado.
7. Y ya ves cómo son las cosas, Felipe. Hoy Edna Luna ha sido aupada a la presidencia de la Junta de Gobierno. A muchos universitarios nos ha quedado claro que de eso tú no eres culpable, sino la misma mano negra de Alejandro Mungaray, quien ya empieza a tender sus redes corruptoras para sentar en la silla que hoy tu ocupas, a otro u otra que también siga sus instrucciones, por lo menos igual que tú lo has hecho, Felipe.
8. Como bien tu sabes, se dice que tu sucesora será una dama ilustre, muy cercana a los afectos de Alejandro. Ese rumor pulula por los pasillos de UABC, ronda por los auditorios y cafeterías universitarias. Pero en fin, eso a mí me tiene sin cuidado y supongo que a ti también. Es cosa de Alejandro Mungaray y sus corifeos en la Junta de Gobierno. ¿Estaríamos de acuerdo, Felipe? Ya sé que no me contestarás. Las cartas que te escribo quedan siempre así, sin respuesta.
9. No quiero hacerte larga esta historia. Sólo he querido que este segundo aniversario de mi expulsión no pase inadvertido. Y claro, también quise decirte que este tipo de cosas son abominables, Felipe, y no por mí, sino por tratarse de la UABC, sostenida por los bajacalifornianos precisamente para educar. ¿Estaríamos de acuerdo, en que estos hechos lejos de educar, des-educan, Felipe? No estás cumpliendo el póstumo deseo de Santos Silva Cota.
10. Hay muchas cosas que podría platicarte, Felipe, pero tal vez quieras escucharme cuando ya dejes esa silla que no te fue entregada con legitimidad, sino un tanto a la mala. Por favor no te incomodes conmigo, Felipe. Lo que te digo está en boca de muchos universitarios informados y convencidos de que la mano negra de Mungaray sigue operando en UABC, y no para bien del conocimiento.
11. Te ofrezco que por mi parte no habrá rencores personales. No hard feelings, dicen nuestro vecinos del norte. Finalmente me has concedido unas largas vacaciones que me han permitido comprobar que también hay vida fuera de las aulas universitarias. No es tan divertida como adentro, claro, pero se vive, y no necesariamente mal. Es cosa de aprender, claro. He aprendido.
12. Por favor acéptame un café, precisamente el día en que entregues ese cargo, Felipe. Nadie será tan sincero contigo cuando dejes esa silla, como podría serlo yo. Y finalmente, perdona que no te llame ” rector” a pesar de que tanta gente te llama así. No es ” mala leche” sino ajustamiento a los hechos. Te saludo con el respeto que tu persona merece, a pesar de la ilegitimidad de tu investidura. Un abrazo cimarronesco, Felipe, y si tienes tiempo y me llamas, platicamos, pues no ha sucedido nada que no tenga remedio. Mis teléfonos los tienes desde ese “martes 13”.