Sobreexplotación y salinización en el 34% de los acuíferos de Baja California
El 39 por ciento de los 88 acuíferos que existen en Baja California registra sobreexplotación o salinización, lo que provoca problemas en el abastecimiento de agua para el desarrollo de actividades agrícolas, industriales y domésticas, difundió este día el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cicese).

El valle vinícola de Calafia (Guadalupe) en donde la extracción de agua del manto freático ha sido excesiva e impune (Wine Scribes).
4 Vientos / Todos@Cicese
Foto destacada: La extracción de agua en los acuíferos de Baja California es antigua y excesiva. La salinización de miles de hectáreas de cultivo va en crecimiento (tierrafertil.com.mx).
Ensenada, B.C., México, martes 29 de marzo de 2022.- En un comunicado, la institución del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) destacó los casos de los valles de Guadalupe y Maneadero, centros agrícolas de importancia nacional en cultivo de uvas, flores, legumbres y hortalizas, y a nivel regional por abastecer casi la mitad del agua domestica que consumen los más de 400 mil habitantes de la ciudad porteña de Ensenada.
Dos de sus científicos, Zayre I. González Acevedo, investigadora del Departamento de Geología, y Marco Antonio Pérez Flores, investigador del Departamento de Geofísica Aplicada, detallaron los resultados de sus investigaciones en Guadalupe y Maneadero –respectivamente-, en donde la sobreexplotación agrícola de sus aguas subterráneas ya genera problemas de salinización en la tierra.
Primero, destacaron datos de la de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) según los cuales 34 de los 88 acuíferos que tiene Baja California –es decir el 39% del total- están afectados con sales negativas a los cultivos y consumo humano.
Ello porque 23 están sobreexplotados y 11 presentan intrusión marina, problemas que inciden en la disponibilidad y la calidad del agua que surten a los consumidores.
Para contrastar esa información en el contexto nacional, el Cicese citó que actualmente México dispone de 653 cuerpos de agua subterránea, de los que 157 están sobreexplotados y 18 presentan intrusión marina.
Zayre González destacó un dato importante sobre la salinización de las aguas subterráneas: la sal no es exclusivamente procedente del mar, también puede ser aportada por la geología del lugar.

Bomba extractora de agua potable en uno de los pozos abiertos en el valle de Guadalupe para el cultivo de vid (Foto: Diario El Vigía).
Sin embargo, ya sea que la salinidad sea provocada por la intrusión marina o por el tipo de rocas con las que tiene contacto en el subsuelo, el origen del problema apunta al manejo del agua.
“Empiezas a sacar mucha agua y entonces empiezas a perforar más profundo y entre más profundo perfores es agua más vieja y esa agua más vieja ha estado más tiempo en contacto con las rocas”, comentó la especialista.
Informó que después de analizar muestras de agua del Valle de Guadalupe, conocido por su vocación vitivinícola, ella y su grupo de trabajo detectaron salinización que puede ser provocada por la geología del lugar, factor que aparece en la fórmula al extraer agua de mayores profundidades.
Zayre, especializada en estudios de geoquímica ambiental, calculó que se necesita monitorear alrededor de 58 pozos de agua en Valle de Guadalupe para tener una muestra representativa, por lo que el estudio debe crecer.
Consideró que, en comparación con el proceso de salinización del Valle de Guadalupe, lo que ocurre en Maneadero es todavía más complejo pues existe la posibilidad de que en ese valle agrícola la salinización tenga doble fuente: la geología del lugar y la intrusión marina.

El valle agrícola de Maneadero, en las inmediaciones sureñas de la metrópoli ensenadense (Foto: Diario El Vigía).
Por otra parte, desde 2009, Marco Antonio Pérez Flores detectó la intrusión de agua salina en acuíferos de Maneadero.
Explicó que la sobreexplotación de la que han sido objeto los acuíferos de Maneadero para sostener la actividad agrícola, provocó que al extraer agua se genere un vacío que trae consigo agua salina.
“Esa intrusión salina nos está diciendo qué tanto nos está quedando de agua limpia. Si la intrusión salina crece, ya nos queda menos agua limpia para extraer”, indicó.
Posibles soluciones
Para Zayre González, es indispensable que los agricultores cuenten con datos precisos respecto a qué sales son las que están presentes en el agua ya que habrá algunas que se deseen eliminar y otras que no.
“Si tiene nitratos y fosfatos, eso es bueno para las plantas; pero si tiene carbonatos, de calcio o de sodio, esos no son buenos porque hacen dura el agua. Además, tampoco son buenos para nosotros los humanos ya que, si nos los tomamos, nos causan cálculos en los riñones”, ejemplificó.

Sistema de riego para cultivos agrícolas en Maneadero (Facebook).
El dato es importante ya que una parte del agua que se extrae de los mantos afectados en Maneadero, al igual a como sucede en el de Guadalupe, se traslada a la ciudad de Ensenada para uso doméstico.
González Acevedo subrayó que tener este tipo de información disponible permitiría a los agricultores tomar decisiones en cuanto al tipo de tecnología que pueden utilizar para desalar el agua.
Por su parte, Marco Pérez destacó que las soluciones están en la tecnificación del campo y el reúso de aguas tratadas, siendo esta última una alternativa que ya se aplica en cultivos no comestibles de Maneadero, como la flor.
Finalmente, el Cicese destacó en su comunicado que este año, en el marco del Día Mundial del Agua que se celebró el 22 de marzo. la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dejó clara la relevancia de las aguas subterráneas al afirmar que “la vida no sería posible sin ellas”.
Por ello hizo un llamado a protegerlas de la sobreexplotación y la contaminación, ya que “estos problemas pueden provocar que el recurso se agote, se encarezca su tratamiento y regeneración, e incluso que se paralice su uso”.