Sin impacto en la recuperación de la totoaba, la reintroducción de un millón de juveniles en el Mar de Cortez

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Investigadores de la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), aceptaron que hasta el momento la reintroducción de un millón de ejemplares juveniles de totoaba al Alto Golfo del Mar de Cortez, en donde es endémica, no impactan en la recuperación de la especie marina en peligro de extinción.

Javier Cruz Aguirre / 4 Vientos / Ilustración principal: Cultura Colectiva.

Ensenada, B.C., 9 de agosto del 2019.- Asimismo, indicaron que han faltado apoyos oficiales para profundizar en estudios científicos complementarios para conocer otros aspectos de la vida del pez, que permitan la recuperación definitiva de la especie.

Y también denunciaron que la única vez que la hoy desaparecida Procuraduría General de la República (PGR) les compartió 15 muestras diferentes de buches de totoaba que decomisó a pescadores ilegales de la especie con fines ministeriales, en realidad 10 eran de un mismo pez.

En el escenario de la Tercera Noche de las Ciencias que organizan en Ensenada la UABC, la UNAM y el Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada (CICESE), los oceanólogos universitarios que son pioneros en la acuacultura de la totoaba, indicaron que en una muestra que les compartieron del pez capturado con fines estadísticos oficiales, de 500 individuos sólo dos correspondieron a peces bajo crianza en el laboratorio universitario que en 1993 inició el desarrollo de la biotécnica de cultivo de la especia.

Y en otro decomiso de la especie a pescadores ilegales se encontró a un par de totoabas que fueron reintroducidas por la UABC y lograron reproducirse una y dos veces en su zona endémica, antes de ser capturadas y morir.

Esfera de acuacultura de totoaba de la empresa estadounidense Earth Ocean Farms, en La Paz, Baja California Sur (Cortesía)

Ambos resultados, independientemente a los efectos que la pesca ilegal tiene en la población de la especie, dejaron la certidumbre de que la acuacultura de la totoaba en México que la UABC y otras dos empresas privadas –la estadounidense Earth Ocean Farms, bajo auspicio filantrópico de Chistry Walton, dueña de la cadena de supermercados Wal-Mart, y la noruega Cygnus Ocean Farms, en Guaymas, Sonora- desarrollan en las costas orientales de la península y Sonora, todavía no trasciende en la recuperación del pez.

A las dos compañías acuícolas que son filiales de transnacionales, la UABC les concedió la tecnología de reproducción del pez y actualmente la universidad vende la biotécnica de reproducción a otra empresa privada en San Felipe que antes hacía acuicultura de atún aleta azul en Ensenada.

A cambio, la universidad recibe becas y recursos que supuestamente se invierten en el área de investigación acuícola de la Facultad de Ciencias Marinas, pionera en desarrollar con éxito la biotécnica de la totoaba en el país.

La Federación de Sociedades Cooperativas Ribereñas Andrés Rubio Castro, de San Felipe, así como otros pesadores ribereños de Mexicali, han solicitado a la federación con Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, permisos para crear una Unidad de Manejo Ambiental (UMA) y reproducir artificial la totoaba.

Hasta hoy no han tenido respuesta y es por esa presunta indiferencia a su petición, y el “nulo apoyo a los pescadores de San Felipe en los últimos nueve meses” por parte de las Secretarías del Medio Ambiente (SEMARNAT) y de Agricultura (SADER), que la federación Andrés Rubio Castro anunció que cientos de ribereños saldrán a pescar con sus redes tradicionales (“agalleras”) en el Alto Golfo de California, el 24 de septiembre, cuando abra la temporada de camarón en el Mar de Cortez.

Pescador de San Felipe con red de enmalle (Foto: Facebook)

Desde el 30 de junio de 2017, la SEMARNAT declaró permanentemente prohibido el uso de las redes de enmalle, incluyendo agalleras, “operadas de forma pasiva o dormida”, para la realización de actividades de pesca en la zona norte del Golfo de California, lugar donde habita la vaquita marina.

Entonces, la dependencia federal afirmó que se habilitarían para los ribereños nuevas artes de pesca que ayudarían a evitar la captura ilegal de totoaba y su compañera de nado, la vaquita marina. Tampoco se cumplió la promesa.

“Esta decisión (retomar la pesca con su red tradicional) que se acordó es por necesidad, porque esta comunidad (San Felipe) que se encuentra ubicada dentro de una zona de reserva federal, tiene 9 meses sin apoyo económico, sin poder pescar y sin tener métodos ni artes de pesca sustentables”, indican los pescadores federados en una carta dirigida al Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Asimismo, los pescadores de San Felipe resaltan el fracaso de la federación en el tema del combate a la pesca ilegal de totoaba en el Alto Golfo, limitando los alcances de las políticas de recuperación del pez por la vía académica y la acuacultura.

En ese sentido resalta el esfuerzo de la UABC para repoblar el pez. El pasado 24 de enero, con una inversión de 80 millones de pesos, se inauguró en Ensenada la segunda etapa de ampliación de la Unidad de Manejo Ambiental (UMA) de reproducción y crianza de totoaba en cautiverio de la Facultad de Ciencias Marinas de la UABC.

Inauguración del nuevo laboratorio de totoaba de la UABC, campus Ensenada, en enero de este año (Foto: Gaceta Universitaria UABC)

La unidad, de más de tres mil metros cuadrados de construcción y mil 200 metros cúbicos de espacio de cultivo, tiene la capacidad de producción de más de un millón de crías de totoaba macdonaldi, que es la cantidad total que la universidad ha reintroducido en el Alto Golfo de California en los últimos 20 años.

Pero hoy, reconocieron los investigadores que desarrollan la biotécnica de la especie, tal cantidad aún no impacta la existencia del animal marino en su ambiente, por lo que sigue bajo presión de los pescadores furtivos que le quitan su vejiga natatoria para venderla en China.


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