Siguen las agresiones contra mujeres transgénero en Baja California
El pasado 10 de agosto, la expareja sentimental de la estilista ensenadense Johana Alcalá, junto con tres personas, trató por segunda vez de asesinarla.
Comité LGBT Baja California / 4 Vientos
Foto destacada: Imagen que hoy compartió en redes Isis Hernández, Miss Trans Baja California, tras sufrir una agresión (Cortesía).
Ensenada, B.C., México, viernes 26 de agosto 2022.- Y este día nos enteramos a través de las redes sociales y los medios de comunicación, que Isis Hernández Pérez, Miss Trans Baja California, también ha sido víctima de un atentando por parte de su pareja.
En labor conjunta con otras organizaciones, hemos sostenido desde hace muchos años que el transfeminicidio es una réplica del feminicidio, sólo que contra mujeres trans, diferenciándolo del “Crimen de Odio” que también ocurre contra mujeres trans y contra todas las poblaciones que no se ajustan a la cisheteronormatividad hegemónica.
Esta cisheteronormatividad es el conjunto de ideas, normas sociales, creencias y cultura por la que se rigen las personas cuya identidad de género se corresponde con la que le fue asignada al nacer.
La investigadora estadounidense Julia Serano define perfectamente la transmisoginia como una intersección entre la transfobia y la misoginia, describiéndolo como la “suposición de que la feminidad es inferior y existe principalmente para el beneficio de la masculinidad.”
En ambas agresiones existió violencia previa por maltratos físicos y psicológicos; una relación de subordinación que se asienta sobre la idea de la dominación masculina; violencia de género motivada por conductas sexistas, misma que tiene como objetivo dominar a la mujer.

Cortesía.
Asimismo, transgresión de la víctima del ámbito privado al ámbito público, en la suposición de que la mujer debe pertenecer al ámbito del hogar (ámbito privado); formas de violencia extrema en las agresiones; exposición pública del ilícito como medida “didáctica” hacia todas las mujeres.
Igualmente violencia de “feminicidio íntimo”, la que sucede dentro de aquellas relaciones de convivencia entre el agresor y la víctima; y cosificación u objetivación de la víctima, asumiendo el agresor que puede ejercer violencia sobre la víctima como si se tratase de un objeto del que posee derecho de propiedad privada.
Visibilizar estas conductas altamente antisociales es fundamental como parte primigenia para prevenir la impunidad.
Es poner en los ojos de la sociedad, de los medios de comunicación, de las autoridades investigadoras e impartidoras de justicia, y de las autoridades en general, una variante más del fenómeno feminicida que tan duramente golpea a la población femenina, la que representa más del 50% de nuestra composición poblacional.
Se trata de un fenómeno cuya responsabilidad recae casi exclusivamente en hombres machistas, violentos y misóginos que pretenden ejercer una dominación patriarcal basada en la objetivación de la mujer como objeto de propiedad privada.