SERVICIO PÚBLICO: De la patada. Más futbol que obra social para los juarenses
La construcción de un nuevo estadio de fútbol en Ciudad Juárez anunciada el lunes 17 de abril por el gobernador Javier Corral Jurado, marca la misma ruta que ha seguido el estancamiento de la frontera en las últimas décadas.
Carlos Omar Barranco/ A los 4 Vientos
Intereses empresariales empujados desde el gobierno, dejan claro que a los hombres y mujeres del poder, poco o nada les importan las verdaderas necesidades de la ciudad.
Por su puesto que la dueña del equipo de fútbol Bravos, Alejandra De la Vega Arizpe, debe estar feliz. Ella es secretaria de Innovación y Desarrollo Económico en la administración estatal.
El conflicto de intereses es inocultable, pero conociendo la retórica de Corral, su discurso justificando la decisión es tan predecible como las tolvaneras de marzo.
En la rueda de prensa donde se hizo el anuncio, los periodistas fueron como estatuas de sal. Aceptaron el discurso oficial sin el más mínimo cuestionamiento.
Y así, mientras el hombre que pasea con su perra Greta y juega golf económico en Mazatlán, justifica un dispendio como ese, aquí siguen miles de calles sin pavimento, cientos de escuelas abandonadas, baches por todos lados, sectores enteros sin iluminación, hospitales con pésimos servicios médicos.
A la señora De la Vega le gusta el fútbol y hay que apoyarla.

Alejandra de la Vega Arizpe, empresaria dueña del equipo de fútbol Bravos, es secretaria de Innovación y Desarrollo Económico en el gobierno de Javier Corral. Foto tomada de facebook
El anuncio se antoja como un capricho más de los empresarios que mueven el pandero en la frontera, y otro gobierno blandengue que les compra el cuento.
Al cabo esta es una ciudad de paso donde la gente solo está por un tiempo y luego se va. Nadie va a salir a protestar.
Tal vez por eso piensen que darles fútbol por servicios públicos, sea una apuesta viable.
El problema no es si van a conseguir inversionistas privados para patrocinar el proyecto o la construcción, o si el gobierno va a poner el terreno y los empresarios las chelas.
El problema es que en seis meses el señor gobernador ha mostrado un total desinterés por la frontera, quedándole a deber el prometido equilibrio presupuestal y acciones contundentes para revertir aunque sea en algo su histórico retraso social.

El gobernador Javier Corral dijo que la construcción del nuevo estadio en Juárez es una de la obras insignia que promueve su administración, dentro del esquema de coinversión público-privada de los tres niveles de Gobierno y el sector empresarial. “Queremos a como dé lugar empezar este año el nuevo estadio de futbol”, agregó sin informar el costo de la obra.
La capital del estado sigue siendo la hija bonita de la administración y Juárez, el motor económico del estado, la madre obrera que da cobijo a hijos propios y ajenos, sigue siendo ignorada y vilipendiada.
Se les hizo costumbre explotarla, mancillarla, devastar su estructura familiar hasta el límite y aplastar su desarrollo urbano con expansionismo brutal y corrupción galopante.
Todos esperaban escuchar de voz del nuevo mandatario, un golpe de timón a favor de la gente.
Algo para las miles de aulas que no tienen aires acondicionados ni calentones, una piscachita para los cientos de miles de baches que rompen la circulación de 500 mil automóviles cada día, algún sobrante de recursos para una pavimentación con concreto hidráulico en cientos de colonias. Nada de eso.
Ni siquiera es la diversión del pueblo lo que los mueve. Ellos están pensando en el Mundial de 2026 y en cómo hacerse de más millones a costa de la indolencia del gobierno y el desconocimiento del pueblo.
Hoy existe el estadio Benito Juárez con una capacidad para 23 mil espectadores, que no ha podido ser rebasada en ninguno de los cotejos que ahí se han realizado.
Si no pueden llenar un recinto como este ¿cuál es la justificación para pensar en uno de mayor tamaño?
La demanda social de esta frontera no está en aumentar el número de butacas de un estadio, sino en lograr que su gente mejore su calidad de vida.
Lo dijo unos meses antes de morir, al borde de las lágrimas, un hombre que se llamaba Federico De la Vega Mattews:
“Yo me muero de tristeza cuando voy por algunas de las colonias más pobres nuestras y veo que hay gente con hambre aquí en Ciudad Juárez”.
Era el viernes 5 de junio de 2015, fecha en que se hizo oficial el anuncio de un nuevo equipo de fútbol.
*Foto de portada: FC Juárez | Vista aérea del Estadio Olímpico Benito Juárez, en El Chamizal (El Diario de Juárez)
Carlos Omar Barranco Aguirre. Periodista. Licenciado en Comunicación Universidad Veracruzana. Diplomado en Nuevo Periodismo Iberoamericano ITESM y diplomado en Marketing Político en la Universidad Autónoma de Chihuahua.
www.periodismodeverdad.wordpress.com