SALTO CUÁNTICO: “Padre Nuestro que estás en los cielos, con las golondrinas y los misiles”
“El pueblo no es verdaderamente libre mientras que la libertad no esté arraigada en sus costumbres e identificada con ellas.”
José De Larra
Ni Dios, ni el diablo importan a los predicadores evangélicos, con su verborrea saturada de apocalípticas consecuencias, de no seguir sus instrucciones visionarias. Alertan de un mundo vacío y estéril, en el que viven todos y cada uno, de los que no forman parte de sus congregaciones. La fuerza de su oración, parece curarlo todo, salvarlo todo, alcanzarlo todo. Los feligreses, levantan las manos y alzan los ojos hacia un Dios, interpretado al antojo del pastor. El flujo energético de cada individuo convocado en enormes recintos, se convulsionan poseídos al ritmo de música estridente y los gritos histéricos del todopoderoso guía espiritual, que vive como príncipe, viste como empresario, habla como profeta y vacía los bolsillos de sus seguidores como vulgar ladrón.
José Luis Treviño Flores/ 4Vientos
Ahora, éstas sectas han llegado a las más altas esferas del poder político y económico.
El Cristo redentor de los desposeídos, de los pobres, de los que sufren persecución por causas justas. Los humildes, los mansos y hombres de buena voluntad, ya no son bienvenidos, Jesús de Nazaret, el hijo de Dios, lo quieren para su propósito de poder e influencia.
Dicen que la palabra, el evangelio cercano y secreto, es para unos pocos. No para los débiles, los indios, los jodidos. La fuerza de la palabra es exclusiva de aquellos que la entienden y pueden interpretarla, el resto, son ovejas que se deben esquilar cada cuando, para arropar a los pastores.

Jeanine Áñez, autoproclamada presidenta de Bolivia, con la Biblia de los Cuatro Evangelios apoyada por la ultraderecha y las armas militares. Foto: internet
La Biblia, ahora, la muestran como escudo de la fuerza militar, de decretos que incitan al exterminio, de discursos racistas y fascistas. Todo lo demás es satánico, impuro, el nuevo santo oficio, encarnado en una horda de viciosos inmorales, no solo tomaron Palacio Quemado en Bolivia, tienen saturado el continente entero.
Los antes ejércitos patrióticos, son el brazo armado de los evangélicos. Comandos paramilitares, incitadores y promotores de los actos violentos más retorcidos e inimaginables.
Nadie, ningún obrero, jornalero, indígena, pueblo entero, cabe en su proyecto de exterminio. La guerra está declarada, ya no quieren pobres, ni clases medias, el planeta lo quieren completo y nosotros, estorbamos.
Cada líder buscador de la reconciliación y la paz, es un enemigo peligroso, el orden y el estado de derecho, lo imponen ellos, los evangélicos junto a las clases políticas corruptas y los militares.

Boliviano que residen en Argentina protestan contra el golpe de Estado en Bolivia. Foto: tina November REUTERS/Agustin Marcarian
Todos al servicio de un poder oculto totalitario, que ya puso en marcha la conquista global. Seguros ya, que no necesitan ni tanta mano de obra, ni tanto estorbo humano que come demasiado y se acaba lo que consideran sus recursos. Ya no será de a poco, izarán banderas falsas por doquier, para obligarnos a matarnos entre nosotros, y aquellos pastores, lideres de opinión falsa, políticos al servicio de ese oscuro poder, también sucumbirán, solo pocos privilegiados acompañarán a los reyes apocalípticos. Ese es el mundo que el poder económico quiere, ni Dios ni el diablo caben en su proyecto, porque no creen en tales.
El control planetario es su objetivo y las sectas evangélicas, su trampa para hacernos creer que solo ellos son la salvación. No hay salvación, no hay futuro para los desposeídos en su proyecto mundial. Y no, no es profecía bíblica, es la más descarada y cruel devastación de todo recurso en beneficio de esos pocos miembros de la élite oligarca.
Hoy más que nunca, el grito de unión internacional y en contra de nuestra extinción, debe llenar cada rincón, de cada pueblo. Chile, Bolivia, Cuba, Venezuela y México pueden y deben ser la punta de lanza para tomar nuestra independencia Latinoamericana.
El evangelio no es de los poderosos, el Cristo que enarbolan, no es el de los pobres. Jesús, nunca te quiso sumiso ante la injusticia, él mismo sacó a palos a los mercaderes del templo.

Marchas multitudinarias en Bolivia contra el golpe de estado perpetrado por la ultraderecha contra el presidente Evo Morales. Foto: internet
La pobreza no es mandato divino, estás pobre porque te han quitado todo. La emancipación, también es salvación.
“De hecho, tienen una idea de lo que debería de ser la democracia; un sistema en el que la clase especializada está entrenada para trabajar al servicio de los amos, de los dueños de la sociedad, mientras que al resto de la población se le priva de toda forma de organización para evitar así los problemas que pudiera causar.”
Noam Chomsky.