SALTO CUÁNTICO: Los Palazuelos
“Todos deseamos un estado social mejor. Pero la sociedad no podrá mejorarse mientras no se efectúen dos grandes tareas. Si no se establece la paz sobre bases firmes, y si no se modifican profundamente las obsesiones dominantes con respecto al dinero y al poder, no hay ninguna esperanza de que pueda realizarse transformación deseable alguna”:
El fin y los medios (1937), Aldous Huxley
La consolidación de una política mexicana de altura y acorde a las necesidades de una población diversa y con grandes carencias desde antes de la revolución mexicana y posterior a esta, se logró en un lapso breve de política nacionalista, encaminada al logro de justicia social durante el gobierno del General Lázaro Cárdenas y poco después. Luego, caímos en un profundo abismo de desigualdad, explotación y entreguismo, con una política neoliberal mezquina, conservadora, clasista y racista.

Cárdenas y sus interlocutores (vocesmexico.com).
José Luis Treviño Flores* / 4 Vientos
Si bien, la transición hacia una visión más humana y dirigida a las clases desprotegidas, mediante el proyecto incluyente y progresista del actual régimen, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha despertado la esperanza de la población, por ser un país más democrático, justo y encaminado a saldar una deuda humana y social, dilapidadas por la peor clase política desde el porfiriato.
Más de treinta años dedicados a sepultar la soberanía energética, territorial y económica. Imposible pensar, durante ese periodo (desde 1985 hasta 2018 por decir lo menos), en la posibilidad de enfrentar a personajes prepotentes y autoritarios, dedicados a el saqueo, el tráfico de influencias, en negociaciones desiguales a costa de la pérdida total de los recursos nacionales, a cambio de millones de dólares directos a sus bolsillos.
La buena voluntad por un cambio real y objetivo, choca con la dura realidad de un país corrupto hasta la médula, casi convertido en un narco estado, a centímetros de consolidarse. La fuerza transformadora, enfrenta una prensa comprada, direccionada a mutilar cada proyecto en beneficio de la economía nacional y social.
Durante los ya tres años de gobierno obradorista, los medios de comunicación chayoteros, han espulgado en todos los rincones para tratar de encontrar un asomo de corrupción, un indicio turbio del presidente y sus allegados. Han encontrado a servidores heredados, del antiguo régimen, pero no los han tocado porque sirven a su causa.
No obstante, algunos cercanos al gabinete servían a amos conocidos por todos y difícilmente se les puede comparar en su antiguo ejercicio al nuevo proyecto. Arrepentidos, retomaron el camino, se dieron cuenta del error, pueden mencionarse suficientes adjetivos, lo cierto es que un Manuel Bartlett, conocedor de los sótanos más oscuros del prianismo, sin duda ha sido un aliado clave para el manejo de información privilegiada durante su conocido ejercicio como secretario de gobernación, secretario de educación pública, entre muchos otros puestos de alto nivel.
Al presidente Andrés Manuel López Obrador se le ha criticado por tener en su cercanía a viejos lobos de un priismo ahora decadente, incluso a algunos panistas, llamados morenos. AMLO dice que, mientras sirvan al propósito de transformación, no importa de dónde salgan él tiene buena opinión. Ya incluso propuso para embajadores y cónsules a ex gobernadores emanados del PRI.

López Obrador y Manuel Barlett, aliados en la llamada “4a. Transformación” (formato7.com).
Si bien, la pluralidad es la forma más sana de hacer política, algunos plurales pueden salir traicioneros, como la conocida senadora Lili Téllez, quien infiltrada en caballo de Troya, saca las uñas y se va con todo contra el actual régimen.
La perspicacia del mexicano para identificar perfiles políticos no siempre es infalible, tenemos actualmente una gobernadora muy poco confiable y salida de tremendas acusaciones de desvío de recursos y sobornos, allegada del peor presidente mexicano: Felipe Calderón.
María Eugenia Campos gobierna Chihuahua pese a clarísimos vínculos con el corrupto ex gobernador César Duarte, preso actualmente en Estados Unidos. Igual un Samuel García, gobernador de Nuevo León y amiguísimo del escondido Ricardo Anaya, también acusado de recibir sobornos para la consolidación de la reforma energética peñista.
Dos legisladores que parecía imposible que ganaran, Margarita Zavala en el distrito 10 de la ciudad de México, correspondiente a la alcaldía Miguel Hidalgo, y Gabriel Quadri por el distrito 23 en Coyoacán, dos distritos supuestamente muy politizados y les dieron el triunfo a dos de los peores conservadores retrógradas de la historia neoliberal.
Entonces, ¿a qué viene todo esto? Dado el acercamiento a nuevas elecciones en distintas entidades federativas y municipios, es menester tener memoria y claridad para elegir gobernantes.
Como ya sabemos, el partido Movimiento Ciudadano tiene entre sus pre candidatos al gobierno de Quintana Roo, nada menos que al más clasista, racista, prepotente, narcisista, egocéntrico y adorador de armas de fuego, Roberto Palazuelos, descendiente de una familia gansteril, según sus propias palabras. En una reciente entrevista otorgada a Yordi Rosado, menciona con lujo de detalle acciones delincuenciales en las que ha participado, se ufana de una trayectoria prepotente, altanera y presuntamente asesina.
No solo es peligroso, es terrible siquiera pensar que un personaje así tomara las riendas políticas de un estado tan importante.

Palazuelos y Yordi, el cinismo y la impunidad criminal (Captura de pantalla en Youtube).
México se debate entre a qué le tiras cuando sueñas y a soñar despierto con bases políticas y sociales. Es muy difícil vaticinar triunfos en una sociedad tan contrastante, nuestro país pude dejarse llevar por la emoción del momento, con una adecuada plataforma mediática y también tomar las decisiones más acertadas, todo depende de si llovió o no.
Desafortunadamente, aun permea un ánimo melodramático en muchos aspectos de la vida pública, los finales felices no existen y los héroes trágicos no se sacrifican por el pueblo como en la Grecia antigua.
Saber con exactitud hacia dónde camina la democracia, quienes garantizan la continuidad de una transformación profunda, a dónde voltear cuando se ataca la justicia social, a quién culpar del fracaso cuando este fue culpa directa del votante extraviado.
Las urnas no aseguran un progreso efectivo cuando la ciudadanía deja en manos de un solo hombre todo su futuro, salir del abismo es dejar fuera de la ecuación a Margaritas, Quadris, Eugenias y posibles Palazuelos.
México no necesita actores prepotentes e ignorantes en el poder. México necesita hacerse del poder mediante decisiones inteligentes, politizadas y direccionadas hacia la socialdemocracia. Nada garantiza un gobierno progresista si su pueblo se queda de brazos cruzados esperando al redentor, al héroe todopoderoso que no existe.
Transitar hacia un país desarrollado significa ser dueños de los recursos, ser autosuficientes y creer en la posibilidad de transformación; creer que nuestros hijos merecen crecer con justicia social, tener un sueño, un ideal, una meta y trabajar al lado de quienes elegimos para representarnos con dignidad.
“La diferencia entre un esclavo y un ciudadano es que el ciudadano puede preguntarse por su vida y cambiarla.”
Alejandro Gándara
* Subdirector académico en la Secundaria Técnica 75 perteneciente a la Zona 16 del Subsistema Federalizado de Secundarias Técnicas en Juárez, Chihuahua, además de ser activista social, columnista de 4 Vientos y analista político.
Ensenada, B.C., México, lunes 7 de febrero del 2022.