SALTO CUÁNTICO: La necesidad de la emancipación en el movimiento feminista y su contexto en los derechos humanos (Video)
“La idea de la verdad, que se mide por un consenso verdadero, implica la idea de la vida verdadera. Podemos también afirmar: incluye la idea de la emancipación.”
Jürgen Habermas
Los hombres no están dispuestos a confrontar una lucha justa; al contrario, debe sumarse a ella, solo que, en algunas organizaciones, fueron de facto anulados, echados fuera sin permitirles expresar lo que sienten, lo que piensan. Y el radicalismo metido en una lucha que tiene un origen justo ha sido secuestrado por intereses políticos, económicos y hasta personales.

Hombres en el movimiento feminista (Foto: Ikat Magazine).
José Luis Treviño Flores* / 4Vientos
Imagen destacada: La lucha por la emancipación, mural del artista mexicano David Alfaro Siqueiros (1961) / Isso Compensa.
Miles de hombres también están siendo masacrados por el crimen organizado, hombres que sin otra opción de ingresos fueron sometidos también, amenazados de tomar a sus familias, así que, por proteger a sus esposas, hijos, hijas y madres, entregan su vida a los cárteles y, aun así, nadie se salva de las desapariciones forzadas, de los desplazamientos, de las violaciones.
Hombres exhibidos en sendas imágenes como violadores, sin serlo. Hombres que exigieron un trato humano a sus hijos por parte de madres que secuestraron su integridad, metiéndolos a asquerosas visiones, con tal de mantener el poder de criarlos. No, no todos los hombres son malvados, tampoco todas las madres son inmaculadas.
No se trata de quedarse solos, solas, no se trata de formar hogares heterosexuales solamente, se trata de respetar cada idea, inclinación, visión de vida y de mundo. En la diversidad está la trascendencia de la humanidad. Hasta el día que la reconciliación entre géneros sea posible, entonces podremos hablar de equidad.
Ningún hombre tiene derecho a tomar mujeres a su antojo, ninguna mujer tiene derecho a vilipendiar a los hombres, tan solo por estar respaldada por un movimiento social. El odio contenido aflora sin freno y sin matices, crudo, cruel, despiadado como su origen, pero también puede ser inventado.
Mucho cuidado debe tener la autoridad, al tomar decisiones sin perspectiva de género. El derecho al discurso es de los humanos, no de un género; el discurso expresado no debe ser motivo de discriminación ni por preferencia sexual, ni por postura política. Decir lo que se piensa en torno a una idea, sin violentar, sin segregar. Estamos en la niñez de nuestra humanidad, la percepción de masculino y femenino sigue atrapada en la subyugación.

Foto: Astelus.
Los espacios literarios, científicos, políticos y familiares también, deben equilibrarse, no secuestrarse. Matar o estigmatizar por odio o por género, nos acompaña desde tiempos ancestrales y aún no lo podemos erradicar. Las letras escarlatas no tienen que ser ya impresas, son virtuales.
Ni el patriarcado, ni el matriarcado, ninguno se debe imponer; igualdad, no es lo mismo que equidad y no por ello, se tiene el derecho de someter a vivir en una sola concepción de organización social. Mujeres y hombres, valen igual ante su propia humanidad, su confrontación solo alimenta el miedo a relacionarse en libertad. El hombre no debe significar violencia, y mujer no debe significar sometimiento.
Estamos en un punto, donde han dejado de requerirse para su trascendencia. Una mujer puede concebir con espermas congelados sin necesidad de relaciones sexuales, ambos pueden contratar sexoservidores para el placer sexual y ambos también, pueden elegir ser homosexuales, bisexuales, no binarios queers, trans y lo que quepa en LGBT+.
En la declaración universal de los derechos sexuales se menciona:
“Los derechos sexuales son derechos humanos universales basados en la libertad inherente, dignidad e igualdad para todos los seres humanos. Dado que la salud es un derecho humano fundamental, la salud sexual debe ser un derecho humano básico. Para asegurarnos que los seres humanos de las sociedades desarrollen una sexualidad saludable, los derechos sexuales deben ser reconocidos, promovidos, respetados y defendidos por todas las sociedades de todas las maneras. La salud sexual es el resultado de un ambiente que reconoce, respeta y ejerce estos derechos sexuales.”
Entonces, tenemos un bagaje enorme acerca de lo que significan los derechos humanos, pero no somos capaces de hacerlos funcionar a plenitud, no estamos lo suficientemente maduros como sociedad para ejercerlos. Así que nos confrontamos.

Imagen de la Unión de Asociaciones Familiares.
No se trata todo de sexualidad, pero siendo ésta, inherente a cada acción humana, es vinculante al momento de ejercer el derecho al erotismo, derecho que se confunde con la satisfacción sin tomar en cuenta al otro, a la otra.
De igual manera, los roles quedan tergiversados por falta de educación sexual con perspectiva de género. Es entonces que algunos creen que pueden tomar sin preguntar, son siglos decadentes almacenados en la memoria colectiva, no por ello tenemos el derecho a crucificar parejo, la mujer y el hombre seguirán siéndolo morfológicamente, con la capacidad de transformarse en el otro, en la otra, gracias a la ciencia médica.
Habrá quienes deseen ser ambos o ser mitad humano y mitad otro animal mamífero. Los hay que prefieren considerarse niñas o niños siendo adultos. Existen todo tipo de preferencias, válidas todas, mientras no violenten a nadie.
Los problemas surgen cuando se trata de imponer lo que somos, al resto. Aceptar no significa cambiar lo que cada quien es; tolerar no quiere decir sometimiento. El deseo de unos no necesariamente es el deseo de los demás.
La imposibilidad de decir la verdad, nuestra verdad, sin ser señalados, vilipendiados, atacados, injuriados y repetidos en todas las plataformas, tan solo por haber optado por una postura de no confrontación, no de género, no machista, mucho menos egoísta.

Foto: Antorcha Campesina.
El poder de exigir un trato digno, el poder ejercer la paternidad o la maternidad en libertad, salir corriendo de un hogar tóxico sin importar las repercusiones sociales. Aquí es donde la verdadera lucha feminista debe por fuerza, reconocer la equidad y vislumbrar cuando una mujer se vale de un momento histórico para ser reconocida y atendida, contando una historia falsa o un hombre que aprovecha su fuerza física para imponerse. Ambas acciones son denigrantes.
Quiero pensar que, la lucha por la equidad y la emancipación, es más importante que convertir al género masculino en un eterno macho castigador. La mujer es tan valiosa como el hombre, ambos se requieren como humanos, como responsables de su propia permanencia en el mundo civilizado.
La lucha, la verdadera lucha se encuentra en la posibilidad de emanciparnos, de crecer juntos, de amarnos y concebirnos como seres evolucionados. No necesitamos alimentar el odio. El enorme abismo cavado con mentiras hace difícil que la verdad se deje ver.
“La intolerancia absurda no ayuda a construir, destruye todo intento de emancipación”
Ricardo Balbín
* Subdirector académico en la Secundaria Técnica 75 perteneciente a la Zona 16 del Subsistema Federalizado de Secundarias Técnicas en Juárez, Chihuahua, además de ser activista social, columnista de 4 Vientos y analista político.
Ensenada, B.C., México, lunes 14 de marzo del 2022.
Excelente mensaje, cuando todos entendamos todo lo señalado en está columna , estaremos en armonía.