SALTO CUÁNTICO: El odio profundo y la peligrosidad de los conservadores
“¿Y cuál es la pseudociencia más peligrosa? La teoría económica estándar, ortodoxa, porque sustenta las políticas económicas de los gobiernos conservadores y reaccionarios que son enemigos del bienestar de la gente común.”
Mario Bunge.
No se puede descartar nada cuando los intereses políticos y económicos de los grupos de poder de la derecha nacional están en riesgo. Acostumbrados a tomar decisiones por encima de la constitución y las leyes, acostumbrados también a que tuvieron libertad absoluta para vender los recursos nacionales y negociar tratos comerciales internacionales, han puesto en riesgo la soberanía mexicana.
José Luis Treviño Flores* / Edición de 4 Vientos
Imagen destacada: Cartón de Peña Morán
Todos y cada uno de los actores políticos del PRI, del PAN, del PRD y MC atendieron una agenda entreguista, de saqueo y malversación. Negociaron con el crimen organizado y apoyaron la guerra sucia del expresidente Felipe Calderón.
Quisieron dejar al país en manos del crimen y de las grandes empresas extranjeras y nacionales con el único fin de enriquecerse y llevarse poco a poco sus activos económicos fuera del país, a los paraísos fiscales.
El desmembramiento del territorio iba camino a convertir al país en propiedad privada, como un gran estado al servicio de sus múltiples intereses, con un gobierno gerencial que cubriera la farsa de una “democracia” mientras el pueblo continuaría siendo esclavo, como obra de mano barata, y condenado a jamás ser autónomo para elegir a sus gobernantes.
Su plan era maquiavélico y definitivo. Iban a dar el zarpazo final, iban a tomar para sí las voluntades y las leyes, al ejército, a los poderes judicial y legislativo. Todo lo tenían medido.
Comenzaron con las reformas estructurales en el campo energético, educativo, en crecimiento económico, en telecomunicaciones, en reforma hacendaria y financiera, entre otras. Cada una de ellas encaminadas a beneficiar a esos pocos oligarcas y políticos en detrimento de toda la nación.

Imagen en noticiamx.com
Ahora que los conservadores no tienen el poder político ni el gobierno, ahora que están observando su rápido desplazamiento en la toma de decisiones sustanciales en beneficio de los mexicanos y no en sus intereses; ahora que las políticas públicas están encaminadas a beneficiar a quienes fueron olvidados por años -los más pobres-, ellos no encuentran el camino de regreso a su bonanza.
Ahora que las negociaciones internacionales van por el camino de la igualdad y el respeto a la soberanía; ahora que están expuestos cual auténticos ladrones, clasistas y racistas; ahora, precisamente por todo eso, los conservadores se revuelcan en su profundo odio y por ello son más peligrosos.
No podemos descartar ningún accidente como posible atentado. No podemos descartar ningún asesinato como equivocación; tampoco podemos ignorar cada manifestación provocando a la estabilidad y a la paz social. Asimismo, cada masacre y cada “accidente” donde se pongan en riesgo o se pierdan vidas humanas inocentes en puntos neurálgicos de infraestructura urbana o de empresas paraestatales.
No podemos dejar todo ello a la casualidad. Mejor se la dejamos a la causalidad.
No podemos ignorar que están pasando cosas muy extrañas, como los “accidentes” del Metro en la Ciudad de México, o el atentado a Ciro Gómez Leyva.

Ciro Gómez y los disparos del atentado fracasado (Foto: ¡Por esto!).
Cada cosa que pase a partir de ya, y hasta la sucesión presidencial, se debe tomar como un atentado a la democracia, como traición a la patria y como un intento de golpe de estado. No debemos dudar de que la ultraderecha se va a valer de todos los recursos a su alcance para desestabilizar al país y tratar de retomar el poder.
Tampoco podemos ignorar lo que está sucediendo en América del Sur y Centroamérica. Ya observamos la intentona de golpe civil y la toma física de los poderes en Brasil por parte de la turba seguidora de Jair Bolsonaro.
Igual la destitución ilegal del presidente Pedro Castillo en Perú y el arribo de Dina Boluarte como la mano represora de esos mismos intereses que permean en Latinoamérica. Por otra parte, la persecución y acusación judicial de Cristina Fernández de Kirchner, así como el intento de asesinato del que ella fue víctima.
La oligarquía está tratando de crear un avispero azuzado con falsas crisis políticas y económicas, y llenando a la opinión pública de noticias sensacionalistas y amarillistas. Entonces, no es exagerado pensar en un intento de estallido social pagado por la ultraderecha en México.
Tampoco es exagerado decir que tratan de incidir en el ejército para dar un golpe de estado militar. Igualmente, no es exagerado pensar que promoverán más atentados o asesinatos de personajes clave para la estabilidad política y económica de México, así como más ataques a la infraestructura pública y establecer negociaciones con el crimen organizado.

El golpismo se ha extendido por Latinoamérica. Triunfó en el Perú con Dina Boluarte, fracasó en Brasil con Lula da Silva (Foto: composición LR / Jazmín Ceras / AFP/ Freepik).
Los conservadores no tienen freno moral cuando se trata de sus intereses. Su desesperación por la pérdida de poder los lleva a masacrar y a dilapidar el orden social. Ya lo hemos visto actuar en los violentos hechos represivos en el 68, en “el Halconazo”, en Atenco y muchos otros eventos vergonzosos a lo largo y ancho del territorio nacional.
Hoy por hoy han perdido, a pasos agigantados, toda credibilidad. Se encuentran en el punto de no retorno porque están al borde de su muerte política. Por eso dan palos de ciego, golpes y autogolpes.
La imagen de Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano evoca a los personajes de Los Tres Chiflados. Están interpretando una comedia de enredos donde se llevan entre las patas todo su pseudo proyecto de nación junto a sus operadores políticos, quienes ya no encuentran donde aterrizar la sarta de mentiras y las grotescas declaraciones que los ubican cada vez más, en el imaginario popular, como bufones oportunistas.
Las fuerzas progresistas del país no deben perder de vista cada paso dado por parte del conservadurismo. No son graciosos cuando se trata de recuperar el poder.
“Los conservadores no son necesariamente estúpidos, pero casi todos los estúpidos son conservadores.”
John Stuart Mill.
* Subdirector académico en la Secundaria Técnica 75 perteneciente a la Zona 16 del Subsistema Federalizado de Secundarias Técnicas en Juárez, Chihuahua; además de ser activista social, columnista de 4 Vientos y analista político.
Ensenada, B.C., México, martes 17 de enero del 2023.