SALTO CUÁNTICO: Corral… Por ejemplo
“Muchas veces permitimos entrar en nuestro círculo más íntimo a los chismosos, a los envidiosos, a gente autoritaria, a los psicópatas, a los orgullosos, a los mediocres, en fin, a gente tóxica, a personas equivocadas que permanentemente evalúan lo que decimos y lo que hacemos, o lo que no decimos y no hacemos.”
Bernardo Stamateas
José Luis Treviño Flores / 4 Vientos
Los alcances socioculturales y económicos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador comenzaron mucho antes de la toma de posesión. El discurso popular impregnó a ras del suelo desde hace 20 años, en la psique colectiva y gracias a la postura radical de los conservadores, se fueron construyendo una serie de símbolos alternos acerca de cómo se concibe un país.
Sabemos que el contra discurso de la ahora oposición saturado de descalificaciones sin fundamento al igual que hace dos décadas, cuando AMLO, señalado como “un peligro para México”, consiguió y sigue consiguiendo mayor credibilidad y apego a su política y proyecto de nación. Existen algunos detractores que mencionan no existe una ultraderecha en el país, nada más alejado de la realidad.
La oligarquía nacional ha jugado un papel fundamental en la instauración de un régimen clasista, excluyente y anti popular, todo país surgido de luchas intestinas por la igualdad y democracia, aún pese a la manipulación de las masas por parte de las clases dominantes con intereses muy claros y particulares, llegan a su debacle.
El proceso de globalización y la interconexión digital han fungido su rol comunicador inherente a la promulgación de ideas diversas que tarde que temprano culminan o en el hartazgo o la transformación. Por poner un ejemplo, Javier Corral Jurado, gobernador de Chihuahua, su ascenso al poder estuvo marcado por una utilización efectiva del descontento popular por la gestión de César Duarte Jáquez, Corral creció como la espuma amparado en la descalificación del otro.
Sostener la descalificación después del triunfo electoral como eje de gobierno, pensando cómo piensa la ultraderecha que los gobernados son niños pequeños que se van a tragar cualquier cuento de los hermanos Grimm, fue precisamente -y sigue siendo- su sepultura política.

Duarte y Corral (La Razón)
Ningún conservador hasta ahora ha logrado dar un brinco socialdemócrata. Su ideología por el control absoluto los puede mantener un tiempo en el poder, pero en un país como el nuestro, con una historia de sometimiento desde antes de la independencia, forjó un temple tremendo que lo hizo brincar del continuismo conservador al ánimo transformador.
Javier Corral representa una de las aristas más podridas del viejo régimen, empecinado en demostrar su fantasía personal pretende hacer creer al pueblo de Chihuahua que el enemigo es el ahora gobierno federal.
Chihuahua en su gran mayoría votó por la propuesta de MORENA, ya antes de las elecciones del primero de Julio pasado, los índices de reprobación hacia Corral Jurado eran deprimentes, hoy a más de 5 meses del triunfo Lopezobradorista el gobernador ha incurrido en una estupidez tras otra. Se subió el sueldo, acusa de falta recursos cuando ante su incapacidad y poca experiencia para administrar los dineros públicos, endeudó de nuevo a la entidad con 52 mmdp.
Claro que la culpa de todo es de todos menos de él que como eterna víctima, exactamente cual narcisista patológico va por la vida arrojando señalamientos a terceros. El Estado entero reprueba su gestión, pero, pregunto, ¿llegará el día que el pueblo de Chihuahua se organice para exigir y consolidar la renuncia del maniqueo, absurdo y oscuro gobernador?
Javier Corral está lastimando cada rincón de la administración pública y no conforme acaba de subir el peaje carretero. El sábado 5 de enero vino a Ciudad Juárez el presidente de la república y la pregunta hoy es, ¿habrá condiciones para la desaparición de poderes en el estado?
No es posible que nuestro “flamante” gobernador se atreva a reclamar a AMLO siquiera algo mínimo; no tiene ni el liderazgo ni la solvencia moral. No se puede concebir tal cinismo de permanecer en el puesto, aferrado a únicamente su burbuja fantasiosa de creer que gobierna. Detrás de su escritorio jura que toma decisiones. Perdón la insistencia, pero hasta mi gato sabe cuándo debe irse a su rincón y dejar de fastidiar.

Corral y AMLO (La Opción de Chihuahua).
En lugar de promover los beneficios del decreto presidencial en la franja fronteriza, la extensión de la zona libre, la reducción del IVA al 8%, el ISR al 20% y la reducción de los energéticos, despotrica y vocifera amargamente.
Una de las últimas declaraciones de Javier Corral donde menciona que: ‘Los diputados ven la paja en el ojo ajeno y no en el propio’ (por la fracción local PES, MORENA). Además de mencionar que ‘está perdiendo la esperanza de que haya un apoyo federal para Chihuahua.’
Una mentira tras otra, una descalificación tras otra, un ridículo tras otro. Nada más falta que culpe a López Obrador de la violencia en la región, ¿o ya lo hizo?
“Javier Corral no es otra cosa que un gran demagogo”, me dijo una amiga alguna vez. Así como llevamos al poder a AMLO, así debiéramos de remover del cargo a Corral y su enorme ego.
La iniciativa privada en la entidad debe tomar acciones también y pronto, el representante del ejecutivo estatal está llevando directo al despeñadero la economía, la seguridad y todo lo que toca. Que ni se les ocurra pensar que Corral es una opción al 2024, no hay posibilidad alguna. Véanlo a los ojos, directo, imaginen su primer acto de gobierno, sería culpar a Rusia o a China de cada mala decisión. No, imposible, de risa loca solo de pensarlo.
A estas alturas Javier Corral se ha convertido en una caricatura de sí mismo, políticamente está sepultado, solo que no se ha dado cuenta.
“¡Mediocres del mundo!, yo os absuelvo.”
Frase del personaje Salieri en la película Amadeus