Rumores, morbo y malsana curiosidad ante el crimen sufrido por Matilde Gil

Comparte en redes sociales

El miércoles 5 de abril de este año la profesora Matilde Gil Herrera, presuntamente fue secuestrada en la ciudad de Chihuahua; este lunes 24 de abril, 19 días después de su desaparición, una oleada de rumores, o versiones como se dice en los medios de comunicación, se propagó por toda la entidad, incluso a nivel nacional, afirmando que la esposa de Rubén Aguilar, diputado federal y líder estatal del Partido del Trabajo, fue encontrada muerta. Muchas horas después de que los rumores crecieron desatando especulaciones de todo tipo, finalmente La Fiscalía General del Estado confirmó la identificación de la víctima

Myrna Pastrana/ A los 4 Vientos

Suele ocurrir en esto de las notas informativas que todas los medios, aunque difundan versiones coincidentes, cada medio de comunicación “viste” la nota a su manera, con su peculiar estilo al referirse, por ejemplo, al lugar y la  hora del hallazgo y demás particularidades que rodean el caso. Todo esto deben hacerlo, es de suponerse, con el fin de llevar al lector o auditorio la información más completa, veraz y oportuna.

Se espera que cuando se dan a conocer estos hechos, los medios cumplen la función de hacer llegar a los lectores, al auditorio, a los televidentes la información sobre el desempeño de la autoridad, las líneas de investigación que se siguieron, las búsquedas que  se realizaron para localizar y tratar de rescatar a la persona secuestrada, pero suele ocurrir que en lugar de ello, muchos medios no resisten la tentación de  publicar  aspectos de la vida privada de la persona  posiblemente  victimada.

El 6 de abril, el diputado Rubén Aguilar hizo publico el reporte de la desaparición de su esposa Matilde Gil, la última vez que se le vio con vida fue el día anterior cuando abordó su camioneta en el estacionamiento de un centro comercial de Chihuahua. Composición fotográfica: puntero.com

Cierta o falsa, es información que sólo incumbe a la familia y a las autoridades en caso de que se considere vinculante a la investigación, se difunde masivamente a través de los medios y con ello sólo se exacerba el morbo y la malsana curiosidad por enterarse de aspectos que terminan siendo justificantes del crimen cometido.

A veces hasta para morir es necesario  haber sido acreditada como una persona de conducta intachable. De lo contrario, la víctima puede ser la mala de la película. 

*Myrna Pastrana, antropóloga, escritora, periodista y consejera electoral chihuahuense.

 


Comparte en redes sociales