REFICCIONES: Zombis y psicópatas
¿A cuántos más debe masacrar el estado para que la soberbia del gobierno en turno ceda la oportunidad a la sensatez? ¿Podrá aparecer la cordura política? ¿Por qué los caprichos de funcionarios sicópatas determinan la política social de un país?
Ignacio Betancourt* / A los Cuatro Vientos
No es un problema menor la respuesta. Van en juego generaciones de mexicanos (seguramente nuestros nietos o nuestros bisnietos). Los ciudadanos del presente (millones de proletas y de nacos) pugnando por reivindicaciones ancestrales (de eso dan fe millones de antepasados muertos en la Independencia y en la Revolución y en los años veintes y en los treintas y en el 68 y etcétera). ¿Nos habremos convertido en zombis sin darnos cuenta?
Es hora de plantearse definiciones ¿queremos un país mejor para la mayoría? Eso implica un camino hasta hoy inédito pero posible; lo otro: que esa tragedia se prolongue con su cauda de impunidad para unos pocos por mucho más tiempo. Tal espectativa depende de algo que podría llamarse responsabilidad histórica. Suena grandilocuente “responsabilidad histórica” pero nada es más cierto que esa trascendencia, un destino al que hoy el ciudadano responsable no puede eludir.
Ante el empecinamiento del gobierno (en todos sus instancias) resulta conveniente pensar en el 50% de las escuelas del país que no tienen garantizados los servicios básicos: agua, luz (con razón Wolfgang von Goethe murió diciendo “Luz, más luz.”) y drenaje por lo menos. Más de la mitad de las escuelas del país “tienen problemas con sus instalaciones eléctricas, hidráulicas, barandales y escaleras, pero también en muros, techos y pisos por daños ocasionados por humedad y grietas.” Aquí mismo en San Luis, ayer, alumnos, maestros y padres de familia de un jardín de niños (en el fraccionamiento Campiña) tuvieron que salir a bloquear una carretera para que les haga caso la SEGE pues llevan dos años sin edificio. ¿Cuántos de esos problemas que padecen cientos de miles de escuelas mexicanas habrá resuelto el sargento Nuño en el tiempo que le deja su vocación represora? La instancia denominada Evaluación de Condiciones para la Enseñanza y el Aprendizaje (ECEA) revela datos inhumanos, “Sólo en cuatro de cada diez escuelas los alumnos tienen acceso a una computadora; el 46% de las escuelas no cuenta con cancha deportiva y el 33% no tiene patio; el 33% de los planteles nunca se han fumigado y en el 11% no se ha dado mantenimiento ni limpieza a tinacos y cisternas; el 42% de las escuelas no tiene agua purificada. ¿Tendrá algo qué ver tal realidad con la llamada reforma educativa?
Desde su nuevo avión Peña Nieto repite como autómata que el gobierno de la república no caerá en provocaciones ante actos del magisterio disidente, y luego se fotografía trotando en ropa deportiva junto al primer ministro de Canadá. La prepotencia adquiere dimensiones de caricatura, la ruptura con la realidad es inocultable ¿quién podría soportar tanto engaño? La estrategia gubernamental ha fracasado pero lo trágico de tal situación es que el propio gobierno se niega a darse cuenta y sintiéndose defensor del “(su) orden establecido”, recurrirá a lo último que le queda: el uso de las armas de un ejército y una policía que saldrán a matar en nombre de la patria. ¿Y luego? Más allá de los asesinatos contra la población indefensa ¿qué sigue? La anulación de la política no le sirve a nadie.
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) “dialoga” con el siniestro Osorio Chong quien ya marcó su raya exigiendo a cambio de nada el retiro de los bloqueos. Singular manera de dialogar, quienes cometen los abusos reclaman respeto a las leyes que ellos mismos son los primeros en transgredir. El criminal reclamando a la víctima el respeto a la ley que él transgrede impunemente ¿quién podrá tragarse tal engaño? ¿Cómo aceptar un diálogo en donde lo único posible es la aceptación del atropello? La vigencia de lo aparente siempre dura poco, el ladrón que grita agarren al ladrón sólo consigue tiempo para escapar. La insurrección madura y el tiempo que el gobierno desperdicia en su empecinamiento, en el infantilismo criminal de sus caprichos, mucha falta le va a hacer cuando por todo el país los reclamos se manifiesten y tarde se den cuenta de sus agandalles los depredadores.
Acorralados por su propia impunidad funcionarios gubernamentales de todos los estratos, en lugar de resolver los problemas concretos se dedican a producir palabrería inútil en cuya verborrea el país es un paraíso terrenal y los funcionarios seres virtuosos y ejemplares. El terco empeño esquizofrénico de los políticos en turno los aleja cada vez más de la compleja realidad de una sociedad al límite de su resistencia, poblaciones que cada vez de manera más indignada se plantean infinidad de cambios en todos los órdenes, y los intentan de las maneras más diversas frente a la estereotipada amenaza de la represión policiaca y militar contra la población indefensa.
Van algunos datos para promover el optimismo contestatario. En la actual administración, durante el mes de abril de 2013 hubo en México mil 668 crímenes relacionados con la delincuencia organizada. Colima es el estado donde más asesinatos se cometen, seguido de Guerrero y en tercer lugar San Luis Potosí. Sí, nuestro estado es uno de los principales lugares para lo criminal (aunque la mayoría de los medios locales poco aludan al tema), en un país donde el promedio nacional de asesinatos es de 6.33% por cada 100 mil habitantes. La Secretaría de Gobernación informó que “de enero a mayo se han abierto 617 mil 464 denuncias”. ¿Qué resultados habrá para tan desmesurada cifra? Seguramente nada pues los porcentajes de impunidad nacional rondan el cien por ciento. Cuando un gobierno se queda girando en torno a sí mismo, se petrifica frente a una sociedad de vertiginosas transformaciones y entonces se genera una disparidad que sólo puede disiparse con acciones contundentes y multitudinarias. Ante escenarios tan crispados la política del diálogo no sólo es una urgencia, es el único camino pacífico a la solución que millones de ofendidos reclaman cada vez más airadamente ¿Podrá aún el gobierno advertir lo que de manera tan evidente se muestra?¿Habrá organización colectiva para tamaño desafío?
Del poeta guatemalteco, Otto René Castillo (1936-1967) su poema titulado “De los de siempre”:
Usted, compañero,/ es de los de siempre./ De los que nunca se rajaron ¡Carajo!/ De los que nunca incrustaron su cobardía/ en la carne del pueblo./ De los que se aguantaron contra palo y cárcel,/ exilio y sombra.//Usted, compañero,/ es de los de siempre.// Y yo lo quiero mucho, por su actitud honrada, milenaria,/ por su resistencia de piedra sensitiva,/ por su fe, más grande y más heroica/ que los Gólgotas juntos de todas las religiones.// Pero ¿sabe? Los siglos venideros se pararán de puntas/ sobre los hombros del planeta,/ para intentar tocar su dignidad,/ que arderá de coraje; todavía.// Usted, compañero. Que no traicionó a su clase,/ ni con torturas, ni con cárceles,/ ni con puercos billetes, usted,/ astro de ternura,/ tendrá edad de orgullo par las multitudes delirantes,/ que saldrán del fondo de la historia a celebrar,/ en usted, al humano y modesto,/ al sencillo proletario, al de los de siempre,/ al inquebrantable acero del pueblo.