REFICCIONES: Hay que compadecerlos
Leo en algún periódico: “Han pasado tres semanas desde que el ciclón azotó a la entidad, muchas comunidades permanecen aisladas después del paso de la tormenta.”, al mismo tiempo, el llamado presidente de la república aparece en todos los televisores del país abrazando damnificados urbanos sin perder la galanura, evidentemente ajeno a la tragedia, sin lograr disimular su sempiterna actitud robótica, (no en balde ya se le conoce como el Copete Parlante) ¿quién podría confiar en tal espécimen? ni cien mil horas a cuadro le otorgarán credibilidad (no sólo por el gesto sino por lo que hace).
Ignacio Betancourt/ A los Cuatro Vientos
Los políticos ciegos y sordos, como el gobernador del Estado de San Luis Potosí y su Secretario de (in)cultura, sólo por citar dos casos emblemáticos, resultan incapaces de plantarse en el presente y actuar con un mínimo de lucidez porque suponen que una mayoría parlamentaria aprobando sus ocurrencias (en general sus negocios personales) y un dispendioso uso mediático es suficiente para imponer la “línea priista”, como si en la segunda década del siglo XXI la ciudadanía fuera la misma de los años de Salinas o de Díaz Ordaz.
Platicando con los abogados que asesoran al Colectivo “Es hora de hacernos agua” (Sociedad civil) sobre la ingente necesidad de vinculación entre agrupaciones artísticas, académicas y científicas con organizaciones de la sociedad civil, se aludió a dos obstáculos presentes desde un primer momento: la soberbia y la instrumentalización (con sus muy honrosas excepciones) de las comunidades académicas, y el tradicional anti intelectualismo de los grupos populares, históricamente determinado por el resentimiento, pienso. En momentos de crisis tan graves como las que actualmente corroen al país resulta ineludible tal vinculación pues ya no se trata sólo de intenciones piadosas recíprocas, sino de impedir las agresiones generalizadas en contra de la mayoría de la población (letrada e iletrada) por parte del “nuevo” gobierno y los grandes empresarios aliados en tan brutal propósito.
Pasando a la rollo-novela-semanal con los primeros actores de la desfachatez y la violación constitucional: Xavier Torres Arpi, Juan Carlos Díaz y comparsas que les acompañan, y por el lado de la ciudadanía crítica representada por el Colectivo “Es hora de hacernos agua”: académicos y artistas independientes, quienes en este nuevo capítulo dedican su actuación al gobernador constitucional del Estado y a su Secretario de Cultura; al primero como responsable y al segundo como corresponsable de la omisión de expedir en tiempo y forma el reglamento para observancia y aplicación de la Ley de Cultura para el Estado y Municipios de San Luis Potosí, la que en su transitorio segundo señala: “el titular del Poder Ejecutivo del Estado, expedirá el reglamento correspondiente en un plazo que no exceda de ciento ochenta días, contados a partir de la entrada en vigor del presente reglamento”.
Contando con la indiferencia o el desconocimiento de parte de la auto denominada “comunidad artística” (algunos de ellos beneficiarios tradicionales de la Secult) quienes desde el ya lejano10 de mayo de 2008, fecha en que se publicó en el Periódico Oficial del Estado la Ley de Cultura, han convivido con tan grave falta; de esta manera, el desacato ha sido acompañado por la complicidad (o la simulación crítica) de los afectados y por la impunidad del coro de los funcionarios en turno, estos últimos ya muy acostumbrados a hacer y deshacer con absoluto cinismo y por supuesto ignorantes de su vulnerabilidad ante las acciones de los ofendidos (que cada vez de las más diversas maneras se manifiestan por todo el país). Ante esta grave anomalía institucional el Colectivo “Es hora de hacernos agua” ha dado inicio a una serie de acciones jurídicas, por lo pronto locales, encaminadas a resolver tal situación, por lo que en breve invitará a participar en tan justo reclamo a los ciudadanos interesados.
Sin dejar de lado la solicitud de información sobre el nebuloso “Proyecto Nopal” (implementado por El Faro), ni las precisiones sobre el funcionamiento del IPBA o la necesidad de transparencia en la Secult respecto a la situación financiera de sus recursos no estatales además de los procedimientos administrativos para decidir a quién se apoya y a quién no, el Colectivo ya analiza una serie de actividades diversas que espera estimulen la participación ciudadana más amplia, y así evitar o por lo menos atenuar el caótico y abusivo funcionamiento de las instancias culturales del Estado. No es un reclamo al paternalismo, es un reclamo contra lo ilícito.
Y para concluir con la columna de este viernes, van fragmentos de un poema de Oliverio Girondo (Argentina 1891-1967) titulado “Hay que compadecerlos”: Sólo piensan en cifras,/ en fórmulas,/ en pesos,/ en sacarle provecho hasta a sus excrementos. (…)Ven las nubes,/ la arena,/ y no caen de rodillas./ No quedan deslumbrados por vivir entre venas./ Sólo buscan la dicha en las suelas de goma./ Si se acercan a un árbol no es más que para mearlo./ Son capaces de todo con tal de no escucharse,/ con tal de no estar solos./ ¿Cómo,/ cómo sabrían/ lo que han hecho,/ lo que hacen? (…) Son ferozmente crueles, son ferozmente estúpidos…