REDES DE PODER: La reforma que todos esperan
El sistema penal mexicano resultaba caro e ineficiente. Los críticos de la reforma atacan el hecho que el nuevo sistema de justicia penal libera delincuentes. Habría que hacerles a los críticos algunas observaciones al respecto. La reforma está planteada sobre la base de los derechos humanos.
Alfonso Torres Chávez/ A los 4 vientos
No se trata de liberar delincuentes sino de abrir la puerta a una igualdad de condiciones para todos.
En México la justicia es también un problema de cultura que nada tiene que ver con la condición económica (que es otro de los temas torales en materia social). Los letreros en las calles de todo el país con advertencias medievales siguen trayendo la misma inseguridad contra la que lanzan férrea batalla. No es lapidando como se soluciona el problema de seguridad que aqueja al país.
La venganza privada no es eficiente ni funcional, para eso se sostiene un sistema de justicia que funciona adecuadamente cuando se le activa sin utilizar mecanismos de violencia.
Los números demuestran que en la mayoría de las ocasiones es el sistema el que soluciona el problema de la seguridad pública. Apedrear delincuentes solo crispa los ánimos, problematiza la inseguridad y no brinda a las personas la seguridad que se busca cuando se toma la justicia por propia mano.

Linchamientos. Un alto porcentaje de la población en países de América Latina considera aceptable la “justicia por propia mano” que puede llevar al linchamiento de personas de quien incluso no se tiene la certeza de que sea culpable de los delitos que le imputan
Los avances en materia de justicia del último siglo han demostrado que el sistema judicial no es el problema; el problema es la operación que se hace del mismo y la conciencia de las personas que NO presentan denuncia cuando son víctimas del delito, pero sí se quejan si no se les aplica.
El sistema se refrescó con la reforma. No es cierto como se sostiene que el nuevo sistema libera a los delincuentes, sucede sencillamente que las personas no denuncian pero sí se quejan si el sistema no funciona.
Está demostrado que en países donde las personas presentan denuncia ante la comisión de cualquier conducta punible el sistema funciona. No está demás las guardias vecinales, pero no se trata de una toma de justicia que corresponde al estado. E
En México, la conciencia social hace que las personas denuncien cuando son víctimas del delito, y por supuesto que resulta funcional siempre y cuando se denuncie antes de poner anuncios amenazantes como en el viejo oeste. He aquí el primer detalle: Un letrero que nos diga que en determinada colonia no se puede entrar porque el delincuente será linchado por las personas, no los detiene para cometer el delito. ¿Entonces donde está la justicia que las personas buscan al amedrentar delincuentes con estos avisos? No se trata desde luego de dejar todo el trabajo al estado y estamos de acuerdo en que las personas busquen en su comunidad la protección entre ellas, pero no podemos perder de vista que es el estado el responsable de brindarnos seguridad.
No todo puede ser blanco o negro. En las comunidades de nuestro país donde funciona el sistema de guardias vecinales como es debido, la frecuencia delictiva disminuye como producto de la presentación de las denuncias y de la entrega de los delincuentes a la autoridad.
* Alfonso Torres Chávez. Licenciado en Derecho por la UABC. Maestro en Derecho, Facultad de Derecho UIA- Tijuana. Especialista en Derecho Constitucional y Amparo. Académico-Investigador del Centro Universitario de Tijuana campus Ensenada. alfonsotorr@gmail.com