REDES DE PODER: El último vals
La silueta del presidente Andrés Manuel López Obrador se desvaneció en Yucatán. Hipertenso, diabético, cardiópata, con un historial de 4 o 5 infartos atendidos en Médica Sur -acaso hay otro- tenemos un presidente viejo y enfermo.
Alfonso Torres Chávez*
Imagen destacada: El 29 de junio de 2019, un joven enajenado publicó en la red social Tick Tock esta “noticia” que, según él, publicará el diario La Jornada el 25 de enero de 2024. Su sandez y mala leche cayó en desgracia porque AMLO acaba de “sobrevivir” a un tercer contagio de la enfermedad. ¡Nada mal para un “anciano”! (¡Por Esto!).
A los 80 años de edad y gozando de cabal salud en los últimos 5 años de su vida, el general Porfirio Díaz era todavía presidente de México y se daba el tiempo para correr varios kilómetros y montar a caballo con la mayor soltura de un hombre de 80 años de edad que gozaba de una salud envidiable.
Una parte del gabinete de Porfirio Díaz constituido por hombres mucho más jóvenes que el -por supuesto-, comenzó a morir y el presidente empezó a sentir una especie de llamado aduciendo que todos iban muriendo, aunque fueran mucho más jóvenes.
Hoy estamos ante un presidente enfermo, diabético, hipertenso, cuyo historial médico es un secreto de estado.
En todo el mundo esa información es pública. El presidente apareció en un video diciendo que todo está perfectamente.
Esto confirmaría lo que el secretario de salud comunico sobre la salud del presidente. Pero desmitifica el misterio de un gobierno que no informa o no sabe como informar sobre un tema tan grave como la salud presidencial.
Desde luego no estamos hablando de una trivialidad. Es algo serio.

Porfirio Díaz y su pasión por el oro (Imagen en La Verdad).
Nadie habla, nadie dice nada, pero esta ante los ojos de quien quiera verlo: el presidente es un hombre anciano de 70 años.
Mientras tanto Adán Augusto López ocupó su lugar en las mañaneras hasta imitando las poses del presidente. Hasta en las poses el secretario trata de imitar. Pero Adán no es Andrés Manuel.
No tenemos un oráculo para adivinar el futuro, pero si tenemos un presidente hospitalizado esto no es un buen augurio.
Quizá terminaremos el sexenio con un presidente enfermo y en el hospital. Ahora además despareció el Seguro Popular y se creo ese engendro llamado INSABI que ahora ya no existe pues esta transferido al IMSS Bienestar, que aunque tampoco soluciona problemas es el único salvamiento para personas sin acceso a médicos privados.
Hasta ahora no tendremos otra opción que esperar al futuro de 2024. Ese será el resultado donde tenemos cifradas nuestras esperanzas. Esas que no se desvanecen. Esas que siempre están.
*Alfonso Torres Chávez es doctor en Derecho Penal; profesor-investigador de INPOCIPE Tijuana y de CESUN Universidad, Tijuana. Correo electrónico: Alfonso.torres@inpocipe.edu.mx
Tijuana, B.C., México, lunes 1 de mayo 2023.