¿Qué amenaza a las abejas? Por la conservación de las 600 especies encontradas en BC (Video)
La pérdida de hábitat por el cambio de uso de suelo afecta a un sinfín de especies en sus diversos procesos naturales; por ejemplo, en la polinización. A nivel mundial, aproximadamente 90 por ciento de las especies de plantas dependen de la polinización para su supervivencia, y 75 por ciento de los cultivos que nos brindan alimento dependen también en gran medida de polinizadores.
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Ensenada, Baja California, México, 23 de diciembre de 2021.- Los polinizadores dominantes en casi todos los ecosistemas son las abejas. Esto se debe a su abundancia, diversidad, comportamiento, y a sus necesidades biológicas, ya que es el único polinizador que alimenta a su cría con polen.
Otros polinizadores visitan las flores únicamente en búsqueda del néctar y en ese proceso mueven el polen de flor en flor.
Las abejas comparten características morfológicas que les permiten ser buenos polinizadores, como lo son vellosidades plumosas y escopas, las cuales son pelos especializados en el abdomen o último par de patas que les permiten atrapar el polen. Algunas especies no tienen escopas, tienen corbículas, una especie de canastilla para transportarlo.
A nivel mundial se han descrito alrededor de 20 mil especies de abejas. En México se estiman 2 mil que pertenecen a 6 de las 7 familias reportadas en el mundo: Halictidae, Andrenidae, Colletidae, Melittidae, Megachilidae, Apidae.
La pérdida de hábitat es un factor importante en la supervivencia de estos insectos, pues la mayoría de las abejas anidan en el suelo, en barro, madera o madera podrida, por lo que estos disturbios las dejan sin espacios seguros de anidación.
Diego de Pedro y Alejandra Castañeda González, estudiantes del posgrado en Ciencias de la Vida en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), y quienes trabajan con abejas, comparten que otros de los retos que enfrentan estos insectos en la península de Baja California son la ganadería extensiva, la agricultura de exportación, la minería y la falta de conciencia ambiental por parte de la sociedad.

Foto: Cortesía, de Luz Abril Garduño.
“La mayor parte de lo que se cultiva en Baja California es para exportación. Se busca el fruto perfecto, pero ¿qué conlleva esto? Que la tierra tenga muchos insumos, ya sea fertilización, herbicidas, insecticidas, todo lo que permitan a la planta dar fruto en el menor tiempo posible, y esto es perjudicial para los polinizadores”, compartió Diego.
Las principales afectaciones se dan por los insumos químicos y por el uso de tractores, ya que compactan la tierra y no dejan espacio para la anidación.
Como parte de sus estudios de tesis, Diego de Pedro realiza un listado de abejas de la península de Baja California, territorio que cuenta con dos regiones ecológicas altamente diversas: el desierto de Sonora y la Provincia Florística de California.
“Para los grupos mexicanos que estudian abejas, la península de Baja California es como un misterio. La mayoría de las exploraciones que se han realizado son de equipos de instituciones extranjeras. Nuestro equipo, mexicano, tiene hasta el momento una lista de aproximadamente 600 especies de abejas en la península, de las cuales unas 300 provienen de búsquedas bibliográficas que hemos hecho sobre todo en museos de Estados Unidos, las otras 300 las hemos encontrado nosotros y de éstas unas 200 han sido en los alrededores de Ensenada” indicó.
La gran diversidad de abejas en nuestra región, según explicó Alejandra Castañeda, se debe a que a estos insectos les agradan los climas mediterráneos.
Castañeda, estudiante del doctorado en Ciencias de la Vida con orientación en biología ambiental, estudia cómo los incendios afectan la biodiversidad y las comunidades de abejas en la región mediterránea del chaparral en Baja California.

Foto: Cortesía de Diego de Pedro.
Se considera un incendio reciente al ocurrido en un periodo de 3 meses a 1 año; intermedio, de 10 a 20 años, y de máximo clímax de vegetación, de 30 años.
Explicó que, para recolectar en los sitios determinados, utilizaron dos métodos de muestreo: una especie de vasos de colores y redes entomológicas.
Agregó: “Logré observar mayor abundancia y mayor riqueza en los sitios que son recientemente quemados, parece que hay un gradiente: en cuanto se incendia un chaparral y empiezan a emerger todas las plantas anuales, éstas pueden producir una mayor cantidad de polen y de néctar, y esto atrae a un montón de especies”.
Igualmente dijo que una de las hipótesis que tiene para explicar por qué se encontró mayor diversidad de abejas en sitios recientemente quemados, es que el suelo, al quedar liberado de la vegetación, queda desnudo, libre, para que las abejas aniden.
Tanto Alejandra Castañeda como Diego de Pedro se muestran sorprendidos por la diversidad de formas, tamaños, colores y estrategias que utilizan las abejas. Están seguros que las buenas prácticas y la educación ambiental pueden guiarnos hacia una mejor interacción entre los humanos y la naturaleza, especialmente con las abejas.

Foto: Cortesía de Luz Abril Garduño.
El cambio climático, la urbanización, la escasez de agua, la inequidad, la pérdida de biodiversidad, son amenazas latentes para las abejas y para la propia humanidad. Es necesario cuestionar nuestros hábitos de consumo y nuestra relación con el entorno.
Una manera de conectarnos con la naturaleza o con estos insectos tan diversos es conociendo.
Así que la recomendación es salir a nuestros jardines, a los cerros, a las áreas naturales en Baja California, a observar, disfrutar y respetar.
A seguir construyendo historias para que luego nos gane la nostalgia.

Imagen: Cortesía Cicese.