Psicopolítica: otra ilusión nice (I)

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Tolera. Cree.

Exprésate en feis/calla en persona.

Por tu seguridad.

Por la guerra contra el crimen organizado.

Una selfie/Photoshopéate, no lo olvides.

Violencia/Paz. Verdad/Mentira.

Soy puro yoga soy puro amor soy pura meditación.

Vigila a tu vecino/Puede ser cualquiera/Tómale video.

Vive aquí y ahora/Olvídate del pasado/Be yourself que no importa what they say.

Sube tu autoestima. Participa.

Sé coherente.

­¡Vota!

Guennadi Búrquez Urías* / A los 4 Vientos

La guerrita de opiniones.

Guerrita de selfies, memes bien y frases al mayoreo.

Ya privatizaron el petróleo; en Baja California acaban de privatizar el agua. El neoliberalismo viene imparable, monstruo devorador de conciencias: no es novedad que los políticos sean títeres del capital. Con dinero baila el perro y tanto panistas como priístas son fieles esclavos del gran proyecto neoliberal: transnacionales e intereses gringos devastando pueblos enteros a través de un grupo de varones corruptos; varones que ahora se dicen de derecha y mañana de izquierda. No seamos ingenuos como curitas de rancho: el PAN es el ala derecha del PRI y el PRD el ala izquierda del PAN. Todos ellos beatos, ignorantes, por lo menos demagogos.

Pero está bien, México es el país del espectáculo. La televisión y el Facebook son el reflejo de la mente del mexicano. Nada hay afuera que no haya sido antes dentro. La sociedad del espectáculo ha tomado la fraseología de la psicoterapia, del chamanismo, del yoga, del budismo zen, del taoismo, de la vulgaridad popular o de la más ridícula superación personal (a la César Lozano) para hacer de la vida light un perfil cool.

calderonEn 1967 Guy Debord publicó La sociedad del espectáculo, un libro fundamental para toda crítica social por venir. En él, Debord define el espectáculo como “…el capital a un grado de acumulación tal que éste deviene imagen” (1). Ah, pero qué bien caería a las adolescentes izquierdas mexicanas leer a Debord: tal vez nos curaríamos de izquierdas sentimentales, de memes priístas a la López Dóriga o de Enanos-Rambo-Felipe Calderón.

Pero México es el país del espectáculo, desde la Familia Peluche hasta la guerra contra el narco, pasando por la Virgen de Guadalupe y un Papa Francisco de McDonalds, el mexicano está dominado por la mente espectacular: vive a través de imágenes, por imágenes y para imágenes.

Así la política, para el mexicano, es el espectáculo de los políticos, de los partidos. Allá está el teatro, dicen por ahí. Efectivamente, la política en México es el espectáculo-ventaneando más el neoliberalismo: los fragmentos de realidad distribuidos en periódicos, televisión, Twitter o Facebook. Es una política enajenada; es la conciencia olvidada de sí.

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El efecto principal de este montaje: los ciudadanos ignoran que la política consiste en relaciones de poder, y que el poder no viene de arriba sino que es una tensión de abajo hacia arriba (de los ciudadanos hacia la clase política) y que Politeia (Aristóteles) es construir ciudad, crear la ciudad y la convivencia en la ciudad; hacer-me como individuo en la ciudad. Pero el ciudadano ya no es, el espectáculo lo ha vuelto representación. La sociedad del espectáculo le ha robado su espíritu, su inteligencia, y lo ha proyectado allá lejos: en la Cámara de Diputados o en Los Pinos; entre los cuates de Provincia.

En otro aforismo dice Debord: “El espectáculo es la pesadilla de la sociedad moderna encadenada, que no expresa finalmente más que su deseo de dormir. El espectáculo es el guardián de este sopor”.

Epistemológicamente vivimos en un tiempo en el que la información crece sin cesar y, además, está sobrevalorada. El acceso a la información y la transparencia han fragmentado todo conocimiento; le han absorbido densidad.

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Imagen de portada del libro de Milán Kundera “La insoportable levedad del ser”

Es la insoportable levedad del ser de la que hablaba Milán Kundera, sólo que quizás Kundera no imaginó que la negación de la mierda, lo kitsch y la insoportable levedad estarían dadas por un pseudosaber que todo lo desinterioriza, por un alud de clichés, tópicos y etiquetas.

Pero tampoco caigamos en el cliché de que las redes sociales ya no permiten el contacto cara a cara o la empatía, como si eso en algún momento hubiera sido garantía de comunicación, de descubrimiento del Otro. No, ni siquiera eso. Porque también esta crítica cursi del Facebook ha sido absorbida por éste. Es la reapropiación: toda crítica o disidencia es reincorporada inmediatamente a las reglas del sistema (2). No nos hagamos ilusiones: el dispositivo neoliberal devora todo, todo lo fragmenta, todo lo recicla, todo saber lo vuelve comestible y desechable/apto para todo público.

Tal como escribe Byung-Chul Han en Psicopolítica: “La transparencia es en realidad un dispositivo neoliberal. De forma violenta vuelve todo hacia el exterior para convertirlo en información. En el modo actual de producción inmaterial, más información y comunicación significan más productividad, aceleración y crecimiento. La información es una positividad que puede circular sin contexto por carecer de interioridad. De esta forma es posible acelerar la circulación de información.” (3)

“El búho de Minerva solamente alza su vuelo de noche” (4), y efectivamente, la reflexión filosófica viva sólo despierta en tiempos de crisis, en época de oscuridad.

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La visión de Búho de Minerva, por Noam Chomsy. Ilustración: 80grados.net

No es accidental que la filosofía haya nacido, como acontecimiento mundial, en la época que Karl Jaspers denominó como Axial (del siglo VIII al II a.C.): en Grecia, en China, en Irán, en la India, asistimos a una revolución de carácter humanista, individualista y de filosofías aurorales. Pero fue una época inestable política y socialmente, sobre todo en China y en Grecia, donde el rumbo de la vida humana no estaba claro y el mapa de la realidad inacabado. En China, es el periodo de los Reinos Combatientes (475-221 a.C.), en la India el inicio del movimiento sramana (siglo VI a.C., fruto del cual fue el budismo) y en Grecia es el siglo de Platón (IV a.C.).

Y Platón vivió en una Atenas donde la efervescencia intelectual de la polis estaba concentrada en la discusión nomos/physis. Nomos: la ley, el consenso, la norma, la percepción socializada. Physis: que es natural, lo que crece de sí, aquello que posee movimiento propio.

La palabra funda la ciudad. La ciudad es palabra y duelo de palabras (agón). Es el habla el poder que flota en la atmósfera ateniense; fuerza que se posa invisible sobre el ágora, entre olor de pescado y disputa de sofista. Atmósfera imbuida de democracia, de opiniones disidentes y pueblo que elige, pueblo que se deja seducir y ejerce la preferencia y el desdén. ¿Pueblo que elige equivocadamente? La muerte de Sócrates va a ser el símbolo de una democracia corriendo enloquecida. No estamos muy lejanos en espíritu de esos tiempos de condena masiva: la furia justiciera de las redes sociales nos hacen quedar bien parados en la historia de la filosofía occidental.

La opinión pública decide liquidar al ilustre ciudadano.

Tema que también va a dejar su impronta en Platón, joven testigo de la muerte de su maestro.

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“La muerte de Sócrates”, Jacques Louis David

Platón queda herido con la democracia ateniense. En su clara inteligencia pronto percibió que el pueblo es altamente susceptible de ser engañado, manipulado, trabajado a favor de los intereses de la clase en el poder.

¿Será que la filosofía necesita revulsivos y latigazos de la realidad como el Neoliberalismo o Ayotzinapa para salir de milenario letargo?

(1) Guy Debord, La sociedad del espectáculo. Editorial Pretextos, 2002.

(2) John Berger, Modos de ver. Editorial Gustavo Gili, 2000.

(3) Byung-Chul Han, Psicopolítica. Editorial Herder, 2014.

(4)  G.W.F. Hegel, Filosofía del derecho. Editorial Sudamericana, 2011.

Imagen de portada:proyecto Los Amantes. Foto de Israel Pérez, publicada en internet: www.tranidelallave.com/galleries/los-amantes/

guennadis*Guennadi Búrquez Urías. Licenciado en filosofía (UABC). Imparte conferencias y talleres sobre filosofía antigua, filosofía de la India y filosofía de la psicoterapia. Masoterapeuta clínico. Actualmente cursando el Doctorado en Educación (CUT Campus Ensenada).

 


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