Presidente y secretario académico del COLEF, negligentes con plagios en el Colegio
El presidente y el secretario general académico del Colegio de la Frontera Norte (COLEF), doctores Tonatiuh Guillén López y José Manuel Valenzuela Arce, junto con los miembros del Consejo Académico de la institución, permitieron que dos casos de presunto plagio a trabajos de investigadores del organismo quedaran impunes.
Javier Cruz Aguirre / A los Cuatro Vientos
Ensenada, B.C, a 3 de octubre de 2015.- Y en un tercer caso que se denunció en medios de comunicación nacional a finales de septiembre, el Consejo Académico turnó el expediente a una instancia administrativa –el Órgano Interno de Control-, lo que abre la puerta de la impunidad para los presuntos plagiarios: Cuauhtémoc Calderón Villarreal y Leticia Hernández Bielma, el primero nivel III en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del CONACYT, y miembro de la Comisión Dictaminadora del COLEF.
Treinta y cuatro académicos e investigadores del Colegio hicieron la denuncia en una carta que el 29 de septiembre enviaron al director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), doctor Enrique Cabrero Mendoza.
Piden al funcionario federal que intervenga para que el caso Calderón-Hernández lo evalúe la Junta de Honor y Justicia del SIN, en apego al Reglamento del Sistema publicado en el Diario Oficial el 26 de diciembre de 201, que en su artículo 29 del Capítulo 7 establece:
– “La Junta de Honor tendrá la función de analizar los casos que se presenten formalmente por escrito de manera fundamentada, argumentada y con las pruebas suficientes, en que se presuma la comisión de una falta de ética profesional por parte de los investigadores del SNI y que ataña directamente a su relación con el SNI”.
En la misiva, los investigadores anexan los documentos que prueban el ilícito que Calderón y Hernández cometieron con el trabajo de Sergio Arturo Mendoza Domínguez –“Impacto macroeconómico de las remesas en la economía mexicana, 1980-2005”-, que lo hizo para obtener el grado de Maestro en Economía Aplicada por el COLEF.
También anexan la copia de ambos trabajos y un análisis de contenidos para demostrar la copia ilegal de la investigación hecha por el estudiante de postgrado y lo que publican como suyo los doctores Calderón y Hernández en la obra “Las remesas y sus efectos sobre el tipo de cambio real y la brecha del PIB mexicano de 1990 a 2005”.
A continuación, los solicitantes dicen a Cabrero: “Acudimos a usted porque nos deslindamos y condenamos enérgicamente prácticas no éticas que intentan resolverse fuera de instancias académicas; dichas praxis afectan la trayectoria de prestigio e integridad que ha distinguido a nuestra institución desde sus orígenes y devalúa nuestro quehacer como investigadores”.
También consideran que a la luz de estas experiencias, internamente es necesario revisar el Estatuto del Personal Académico (EPA) del Colegio, que es donde debe estar estipulado con claridad las situaciones que configuran una situación de plagio y las consecuencias que debe enfrentar una conducta inapropiada del personal académico del COLEF.
Por ello citan los dos casos previos de plagio que el Consejo Académico del instituto, con los doctores Guillén y Valenzuela a la cabeza, dejó impunes.
En el primero de los casos, el Consejo Académico decidió que era “muy grave” el hecho denunciado y turnó a Presidencia el expediente, que según la normatividad institucional es la instancia facultada para decidir la sanción; “sin embargo la decisión tomada por éste último (Tonatiuh Guillén) fue considerada por la comunidad sin correspondencia con la gravedad del evidente plagio denunciado”.
En el segundo de los casos, las pruebas presentadas por el académico plagiado fueron desestimadas por el Consejo Académico, y a petición de José Manuel Valenzuela el expediente se cerró sin ningún tipo de manifestación por parte del Consejo Académico, o por las autoridades acorde con la gravedad de los hechos denunciados.
Dichos antecedentes nos llenan de inquietud aún más si notamos que el caso que ahora nos ocupa –el de Calderón-Hernández- ha sido turnado al Órgano Interno de Control –una instancia de tipo administrativa- para que se pronuncie en torno al mismo”, apuntan.
Informan que el único instrumento interno que en el COLEF hace referencia al tema del plagio es el Código de Conducta, que se publicó el 26 de junio de 2014, en el que se señala el valor de la honestidad como fundamental en y para el Colegio, y quienes trabajan en él.
Citan el Apartado 11 del Código: ”Ceñiremos nuestra conducta de modo tal que nuestras Acciones y nuestra palabras sean honestas y dignas de credibilidad, fomentando Una cultura de confianza y verdad, por lo que me comprometo con” […]: d). Citar adecuadamente las fuentes documentales y dándole a la institución y a las personas involucradas el crédito correspondiente en las investigaciones, publicaciones y demás trabajos académicos”
Firman la carta Félix Acosta Díaz, Guillermo Alonso Meneses, María del Rocío Barajas Escamilla, Nora Leticia Bringas Rábago, Alejandro Brugués Rodríguez, José Luis Castro Ruiz, Salvador Corrales Corrales, Alfonso Andrés Cortes Lara, Rodolfo Cruz Piñeiro, Alejandro Díaz Bautista, Eliseo Díaz González, Luis Escala Rabadán y Víctor Alejandro Espinoza Valle.
También Teresa Fernández de Juan, Noé Arón Fuentes Flores, Salvador González Andrade, Raúl Sergio González Ramírez, María Artemisa López León, Sárah Eva Martínez Pellegrini, Elena de la Milagrosa Mejía Arango, Julia Monárrez Fragoso, Gabriela Muñoz Meléndez, Xavier Oliveras González, Miguel Olmos Aguilera y José María Ramos García.
Finalmente Marcos Sergio Reyes Santos, Hugo Eduardo Riemann González, Wilfrido Ruíz Ochoa, Vicente Sánchez Munguía, Cecilia Sarabia Ríos, Ricardo Valentín Santés Álvarez, Marlene Celia Solís Pérez, Carlos Israel Vázquez León y José Zavala Álvarez.
La afirmacion que se hace en esta nota es muy temeraria al igual que la afirmacion del susodicho grupo de profesores, ya que jamas prueban nada, es decir este conjunto de profesores lo que hacen es una carta de difamaciones acompañada, eso si, de toda una parafernalia mediatica sostenida por las amistades de victor alejandro espinoza valle en el el medio periodistico. Este conjunto de investigadores tan interesados en la justicia, paradojicamente se pasan por el arco del triunfo la carta publica del estudiante donde señala que no hubo tal plagio, es decir, les vale vulgarmente hablando, lo que el supuesto afectado diga, ya que victor espinoza y su grupo por sus pistolas dicen que si hubo plagio. de manera que lo que ellos hacen no es una acusacion como otros ya han señalado sino lo que abiertamente hacen es difamar a sus colegas. Pero por que hacen esto? pues por que ya estan en la rebatimga de la sucesion. Ese es el trasfondo real de este asunto. Lo mas dantesco de todo esto es que que victor espinoza y su grupo acusan a las autoridades de no haberle dado cause a una queja de un investigador plagiado. Pues resulta que dicho investigador “plagiado” es el propio victor espinoza, quien acuso al exdirector del centro cultural de la uabc de plagio, y las autoridades del colef no le dieron curso por la sencilla razon de que el joven acusado se habia muerto en un terrible accidente provocado segun se dice por el extremo estres en que se encontraba dadas las acusaciones de espinoza. Es decir, que espinoza y el grupo de los firmantes acusan de que no se haya juzgado a un muerto, de ese tamaño el canibalismo de esta gente. Asi, que los lectores de este tipo de noticias por que no cabe duda que la politica al mas puro estilo mexicano de hacer politica ya se colo en el colef via un experto en estos menesteres.
Asi, que los lectores de este tipo de noticias deben tener cuidado por que no cabe duda que la politica al mas puro estilo mexicano de hacer politica ya se colo en el colef via un experto en estos menesteres
Víctor Alejando Espinoza Valle dirige el grupo que acosa mediáticamente
Atrás de Gerardo Martínez, Víctor Espinoza Valle
No es fortuito, ni casual que quién tenga aspiraciones a la dirección del Colef, suscriba y promueva una carta en contra del que él se imagina sería su rival como presunto candidato a Director del COLEF. Primero a través de Gerardo Martínez, periodista del medio de cultura de El Universal, quién acusó en falso y sin bases al Dr. Cuauhtémoc Calderón, investigador del propio Colegio, porque presumían que sería el rival a vencer en las próximas elecciones de Director y luego suscribiendo una carta contra el mismo desestimando las aclaraciones e ignorando el proceso legal que un cargo así debe hacer en el desalojo de pruebas, a Víctor Alejando Espinoza Valle ya le anda por eliminar rivales del camino para convertirse en Director y controlar a los evaluadores imparciales del Sistema Nacional de Investigadores y de las propias comisiones de evaluacion de su institución.
La carta acusatoria, parece más una carta con método firmista propio de un sindicato charro. Recolectada a la luz de un “escándalo” que ellos propiciaron con cálculo político y con artimañas. Los hechos son evidentes:
•Acusan a Cuautémoc Calderón de plagiar al maestro Sergio Arturo Mendoza Domínguez, el maestro Mendoza Domínguez declaró documentalmente que no ha sido plagiado. El plagio es un delito que se persigue por denuncia de parte y la parte no ha denunciado porque dice que no existe tal
•Llevaron el caso al Consejo Académico que es obvio que desestimó las pruebas por tratarse de algo que evidentemente no procede. El director lo turnó a la instancia competente, que en este caso es el órgano de control institucional; pero los partidarios de Espinoza Valle y él mismo dicen que no procede porque es una “instancia Administrativa”. Estas personas deberían leer primero las leyes del país y ver las facultades de los órganos de su institución.
•Ahora, se trata de hacer escándalo, mandaron cartas a la comisión de honor, el periodista escribe “honro” (Ojo jefe de redacción de El Universal) del SNI, para insistir en una acusación que como vimos no procede.
•En su delirio, Espinoza Valle y socios, ¿cómo es posible que sean catedráticos en ciencias sociales de una institución? piden que sean suspendidos en tanto se desahoga un caso, que como vimos no procede. ¿Dónde estan las garantías individuales y el derecho humano de que todos son inocentes hasta que se pruebe lo contrario? Pedir suspensión de sus derechos laborales a los investigadores es un acto fascista por decirlo menos de este conjunto de investigadores que deberían ponerse a estudiar lo que son los derechos humanos.
•Gerardo Martínez sigue en la orquesta de esta campaña, sin que éticamente, periodísticamente de voz a la parte contraria. El Universal debería llevar a cabo un reportaje independiente, y averiguar con precisión, los intereses que se encuentran atrás de este personaje.
La pregunta sigue siendo. ¿Si estos son los métodos de Víctor Alejandro Espinoza Valle, qué le espera al Colegio de la Frontera Norte como institución? ¿Y este es el personaje que habla del Instituto Federal Electoral?
Publicado por Giordano Bruno De Nola Libre en 0:41