¿Por qué no tenemos agua en Ensenada?
A propósito de que el Gobierno del Estado anunció que, al fin, el año que viene los habitantes de Ensenada supuestamente tendremos agua potable las 24 horas, ¿sabemos qué, cuáles y cuántos recursos hemos sobreexplotado para llegar a la crisis actual?
Néstor Cruz Tijerina / Reportaje / A los Cuatro Vientos
La culpa no sólo es atribuible al crecimiento de la mancha urbana; también a la falta de atención gubernamental, la extracción desmedida de arena y la aprobación de nuevos fraccionamientos donde simplemente no deberían estar.
Desde hace años, organismos gubernamentales, empresariales y educativos saben de este problema. Y desde hace años elaboraron el llamado “Programa Integral del Agua de Ensenada” (Piae), con la participación de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada, la Comisión Nacional del Agua, el Instituto Municipal de Investigación y Planeación de Ensenada, la Universidad Autónoma de Baja California, el Consejo de Desarrollo Económico de Ensenada, la Comisión Estatal del Agua, la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano del Estado, la Secretaría de Fomento Agropecuario del Estado, el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada y los Comités Técnicos de Aguas Subterráneas (Cotas) de Maneadero y Guadalupe.
ABASTECIMIENTO DE AGUA PARA LA ZONA URBANA
Según el Piae, las fuentes de abastecimiento de agua para la ciudad de Ensenada se pueden clasificar como subterráneas y superficiales.
Las fuentes subterráneas corresponden a los acuíferos de Guadalupe, la Misión, Maneadero y Ensenada (con pozos en la ciudad).
La fuente superficial es la correspondiente al almacenamiento de agua de lluvia conocida como la presa “Emilio López Zamora”.
La principal fuente de abastecimiento para la ciudad de Ensenada son las aguas subterráneas de acuíferos cercanos a la ciudad, los cuales se encuentran sobreexplotados, tanto por las extracciones para riego de las zonas de los acuíferos, como por la falta de lluvias que recarguen dichos acuíferos.
Esto puede ocasionar a mediano o corto plazo, según el documento, disminución en la producción de las fuentes y por consiguiente déficit de abasto a la ciudad.
“Es conveniente una buena regularización del acueducto Maneadero, que permita una utilización más eficiente del volumen que se suministra por esta fuente del sur. Asimismo es conveniente regularizar el volumen que proporcionan los pozos de la ciudad”, asegura el Plan.
El mayor déficit de regularización existe en la Zona Sur, en los fraccionamientos Villas del Real 4 a 7 y Villas del Rey. Otros fraccionamientos con déficit de regulación son Colinas del Mar, VI Ayuntamiento y Praderas del Ciprés.
Y estas son las principales fuentes de abastecimiento de agua potable para la ciudad:
1.- Acueducto Morelos
El acueducto Morelos capta el agua subterránea del acuífero de Guadalupe que está integrado por 10 pozos de profundidad media entre 30 y 100 metros. Estos pozos producen agua de buena calidad que es extraída por medio de bombas e incorporada al acueducto, que tiene una longitud de 22 kilómetros, hasta su unión con el acueducto la Misión, que suma otros 13 kilómetros para un total de 35 kilómetros hasta llegar a los tanques Morelos.
Este acueducto recibe en su recorrido al acueducto “La Misión” a la altura del poblado San Antonio de las Minas, conduciendo en su última parte las aguas de los acuíferos de Guadalupe y la Misión. Antes de llegar a los tanques receptores se deriva un ramal hacia al poblado El Sauzal.
2.- Acueducto “La Misión”
Nace en el poblado de La Misión, ubicado en las cercanías del Océano Pacífico y en los límites con el municipio de Playas de Rosarito en la Zona Costa. Capta el agua subterránea del lugar por medio de 4 pozos que alimentan un tanque de reciclación de donde se inicia el acueducto con 3 equipos de bombeo.
La capacidad del acueducto es de 500 litros por segundo con un diámetro de 500 milímetros. Tiene una trayectoria paralela a la carretera libre Tijuana-Ensenada, se corta por un camino de terracería que da a la zona conocida como El Tigre y entronca finalmente con el acueducto Morelos en las cercanías del poblado San Antonio de las Minas. Su longitud desde su inicio hasta el entronque con el acueducto Morelos es de 25 kilómetros.
3.- Acueducto Maneadero
Se origina en cinco pozos localizados a un costado de la carretera Transpeninsular Ensenada-Maneadero. Es de 500 milímetros de diámetro y tiene una capacidad máxima de 500 litros por segundo. Su trayectoria es paralela a la carretera Transpeninsular en su lado Este y tiene una longitud aproximada de 13 kilómetros
Descarga en la estación de bombeo Altavista que sólo sirve para proporcionar una carga mayor al flujo de agua y ser inyectada en forma directa a la red de distribución del centro.
El volumen de agua que conduce el acueducto no cuenta con regularización, aunque tiene tres extracciones en su recorrido que abastecen tanques de regularización en Pórticos del Mar, Villas del Real I y Valle Dorado.
4.- Línea de pozos de la ciudad
El agua de los pozos se inyecta en forma directa a la red. Entre estos cuentan con mayor volumen los puntos de inyección en la Calle Novena, atrás de las oficinas de Tránsito Municipal, en donde se concentran tres pozos que de ahí se inyectan a la red sin volumen de regulación.
Otro punto importante es la zona conocida como Almacenes El Gallo, de donde se incorporan dos pozos. El resto se inyecta en forma directa a la red de distribución.
5.- Presa Emilio López Zamora
El agua de lluvia que se almacena en este vaso se utiliza en forma intermitente. Al pie de la cortina se cuenta con una planta potabilizadora de tipo convencional donde se toma agua de la presa, se trata a nivel de potable y se inyecta o incorpora a la red mediante un bombeo a los tanques Valle Verde o la colonia Popular 2.
6.- Líneas principales de distribución
Las líneas troncales o principales de distribución del agua a la ciudad, parten de los tanques Morelos en la parte Noreste de la ciudad y del rebombeo desde la estación Buenavista en el Sur.
En el trayecto del acueducto Maneadero se destaca la extracción que abastece los tanques de Valle Dorado, de donde se distribuye a la nueva zona comercial de
Ensenada -Comercial Mexicana, Plaza Ley, COSTCO, Walmart, Home Depot y otros comercios y restaurantes.
REUSO DE AGUAS TRATADAS
El Piae informa que el agua que se obtiene de las tres plantas de tratamiento de aguas residuales de Ensenada, casi en su totalidad se vierte al mar sin ningún aprovechamiento.
El agua tratada generada en la planta El Gallo se tira al mar en forma conjunta con la de El Naranjo.
Sólo entre 3 y 5 litros por segundo se reutilizan periódicamente en el riego de las áreas verdes del camellón del Boulevard Costero, en las instalaciones del Centro Cívico y Cultural Riviera del Pacífico y en el campo de fútbol del Deportivo Sullivan.
En los últimos años una parte de las aguas tratadas en la planta El Naranjo su entregan al ejido Sánchez Taboada, en Maneadero, para el riego de forrajes y producción de flores.
PÉRDIDAS IRREVERSIBLES EN LA RECARGA
El Programa Integral del Agua de Ensenada considera que el desarrollo urbano de la ciudad afecta la recarga de aguas subterráneas, en donde las condiciones climatológicas y orográficas propician que un porcentaje significativo del agua que es captada vía lluvias, salga rápidamente del subsuelo a través de escurrimientos superficiales.
“Los procesos de urbanización modifican la dinámica natural del agua, ya que una porción considerable del suelo es removida, compactada y cubierta por superficies impermeables, lo que provoca que la infiltración desaparezca y se incremente la escorrentía”, señala el estudio.
Aparte, estudios realizados por Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Autónoma de Baja California (Uabc) en torno al desarrollo histórico de la mancha urbana de Ensenada, permiten dejar en contexto la problemática que el crecimiento del centro de población representa para la pérdida de superficies de recarga.
“La disgregación del crecimiento histórico de Ensenada por décadas señala que la tasa de crecimiento de la mancha urbana para el periodo 1950-2000, ha venido aumentando consistentemente (salvo el periodo 1960-1970), pasando de una expansión promedio de 60 hectáreas por año en la década 1950-1960, a 152 hectáreas por año durante el periodo 1990-2000.
“Sin embargo, los desarrollos urbanos registrados durante el periodo 2000-2002, salen de la tónica de crecimiento histórico, disparándose del crecimiento urbano de 152 hectáreas anuales que se tuvo en promedio durante el periodo 1990-2000, a 679 como promedio durante el periodo 2000-2002″, señala el documento.
EL CASO DE VILLAS CÍBOLAS DEL MAR
En los años setenta comenzaron a construirse las primeras casas en el área que actualmente ocupa el fraccionamiento Villas Cíbola del Mar, sin ningún tipo de autorización. El propietario del terreno llegó a un acuerdo con el Gobernador de ese entonces para regularizar las construcciones ya existentes, fraccionar y proveer los servicios necesarios.
El acuerdo destacó una serie de obras públicas como obligaciones del propietario, entre las cuales se indica “una fuente de abastecimiento de agua potable, mediante pozo profundo con capacidad suficiente para satisfacer la demanda de la población que habite el fraccionamiento.”
Para cumplir con lo convenido, el propietario destinó para este servicio un pozo de agua ubicado a orillas del arroyo San Miguel. En un principio el fraccionador se hizo cargo de proporcionar este servicio pero con el tiempo la Asociación de Colonos se convirtió en responsable de la distribución del agua. Y así es hasta la fecha.
EXTRACCIÓN SIN CONTROL DE ARENA
En Baja California, Informa el Piae, la extracción y aprovechamiento de materiales pétreos con fines comerciales se ha incrementado de manera importante debido a su demanda en Estados Unidos.
Para conocer la magnitud del aprovechamiento al que han estado sujeto los cauces de los arroyos, se llevó a cabo un análisis de los trámites de solicitud de autorización en materia de evaluación de impacto ambiental presentados ante la SEMARNAT durante la década pasada, para proyectos que pretendían desarrollarse en el estado.
El 25 por ciento de éstos trámites corresponde a proyectos de extracción de materiales, situación que indica la presión a la que se ven sometidos los cauces de los arroyos Guadalupe, Agua Caliente, El Barbón, El Carmen, San Carlos, y Las Ánimas, principalmente.
En cuanto al número de solicitudes por municipio para el desarrollo de estos proyectos, se tiene una demanda para Ensenada del 42.20 por ciento, superada solo por Tecate con un 46.12 por ciento.
“La presión por aprovechar este recurso ha ido en aumento”, sentencia el estudio. En consecuencia, “las arenas en los causes de los arroyos del estado se siguen explotando indiscriminadamente, generando impactos importantes tanto en el entorno natural de los lechos mismos, como en la calidad de vida de los asentamientos humanos establecidos en sus márgenes, zonas de influencia y vías de comunicación a través de las cuales estos recursos son transportados”, agregó.
“Dentro de la lista de impactos asociados a la extracción de arenas en causes de arroyos se tienen: la destrucción de hábitat relevantes por la función que desempeñan como corredores biológicos y estabilización de las áreas hidráulicas de los causes (vegetación riparia); el establecimiento de oquedades en los cauces que funcionan como trampas de sedimento por efecto de reducción de la velocidad de la corriente, modificando los procesos sedimentarios aguas abajo; la disminución del espesor del estrato que sirve de protección al acuífero ante posibles fuentes de contaminación provocando colateralmente aumentos potenciales de la evaporación de las aguas subterráneas; y afectaciones potenciales a la zona costera, derivado de la reducción del aporte terrígeno natural de sedimentos a los procesos litorales; incremento del costo unitario de arena para las actividades constructivas; conflictos con propietarios de tierras rurales en la medida que las concesiones se realizan sobre cauces de arroyo que no han sido declarados zona federal, y se encuentran en medio de parcelas particulares y ejidales”, concluyó en este tema.
IMPACTO ECONÓMICO DEL AGUA
Según el Piae, Ensenada produce el 9 por ciento de todo el Producto Interno Bruto (Pib )estatal.
“Los proyectos de abasto de agua y de redes de distribución para los centros de población localizados en el municipio de Ensenada son estratégicos en la región; deben ser prioritarios para el corto y mediano plazo en los tres órdenes de gobierno, dado que representan una piedra angular en las inversiones de vivienda, hoteles, restaurantes, desarrollos turísticos, industrias y centros comerciales; esto es, el abasto de agua no deberá ser un cuello de botella para el crecimiento económico y desarrollo social de esta región de la costa de Baja California”.
El estudio considera que el reuso de las aguas residuales generadas por la ciudad, tanto en la agricultura, el riego de áreas verdes y/o la inyección a los mantos freáticos de la zona conurbada de Ensenada, generan mayores disponibilidades del recurso y el uso más racional del mismo.
El Piae también estima que los centros de actividades económicas para el municipio de Ensenada se pueden clasificar en tres vertientes:
A) Centros Agrícolas y agroindustrias: Estos son Mandadero, San Quintín-San Vicente, Valle de Guadalupe y Ojos Negros.
B).- Centros pesqueros y sus industrias colaterales: El Sauzal, Bahía de los Ángeles, Colonet, Puerto de Ensenada.
C).- Centros turísticos: La Zona Centro de Ensenada, La Bufadora, Viñedos de Valle de Guadalupe, Bahía de Los Ángeles, La Zona Noroeste de Ensenada incluyendo Bajamar.
“Ejemplos podemos tener como el fuerte desarrollo de la biotecnología agrícola de San Quintín, que desarrollan semillas mejoradas, técnicas de invernadero de primer mundo y sistemas automatizados de selección y empaque de productos agrícolas. En todas la zonas agrícolas de Ensenada, el ahorro de agua es fundamental y los sistemas de riego empleados son altamente eficientes en el consumo del agua medido en kilogramos producidos por metro cúbico de agua empleado”.
En cuanto a la pesca, el estudio comenta que se tiene contemplado impulsar nuevamente esta actividad prioritaria para la economía del puerto, pero a su vez estratégica para la autosuficiencia alimentaria en el país.
“La industria del vino ha sido tradicional en la región y han logrado reconocimiento a nivel internacional, actualmente a la vez de que se constituye en una fuente de empleos y de producción estatal; es una captadora de divisas por las exportaciones y por su atractivo turístico como se puede observar al incluir la Ruta del Vino en los recorridos de los turistas de cruceros y en las fiestas de la vendimia de cada verano.
“El sector turismo de Ensenada es muy privilegiado tanto para turistas nacionales como los extranjeros; se tiene turismo por la vía marítima, la aérea y la terrestre. De acuerdo con una encuesta realizada a los turistas de cruceros de Ensenada, el turista que llega por esta vía al puerto gasta en promedio $00 dólares por persona, generando una derrama aproximada a los 57.5 millones de dólares por año. De ahí la importancia de cuidar el agua para seguir desarrollando esta industria.”.
TRATAMIENTO DE AGUA POTABLE Y ENFERMEDADES RELACIONADAS
En el municipio de Ensenada, según el Piae, el tratamiento de agua para consumo humano se basa en el uso del cloro en las fuentes iniciales (que es responsabilidad de Conagua y Cespe), con el monitoreo por parte del personal del Isesalud en las terminales de abastecimiento y determinación de los rangos permitidos en la Norma Oficial Mexicana emitida por la Secretaría de Salud.
“En Ensenada se presenta una problemática en que se relacionan intereses económicos de corto plazo, en los que no se considera la conservación del entorno y por las demandas poblacionales se agota el propio sustento productivo, es decir, la tierra y el agua. La zona de estudio registra problemas de intrusión salina en los acuíferos, erosión del suelo, desaparición o modificación de la capa vegetal y cambios químicos que afectan negativamente la dinámica del agua”, comenta el estudio.
Continúa diciendo que el agua es un elemento esencial para la subsistencia de los seres vivos, pero no siempre tiene las condiciones ideales para ser consumida.
“El agua potable debe carecer de sustancias orgánicas en suspensión, ser clara, incolora, inodora e insípida y debe tener un residuo salino inferior al 5 por ciento”.
En Ensenada la Secretaría de salud hasta hace poco no reporta casos de cólera, el tifus, amebiasis, giardiasis y la hepatitis infecciosa, que son algunas de las principales enfermedades transmitidas por bacterias que viven en el agua.
“Sin embargo, es sabido que el aumento en el número de enfermedades del sistema digestivo en verano se debe en gran medida al consumo de agua que no cuenta con los requerimientos mínimos de limpieza, particularmente entre la población indígena. Esta misma falta de cuidado ocasiona conjuntivitis (contraída en piscinas), por la falta de regulación cuidadosa de estos ambientes”.
Se estima que en las comunidades rurales y urbano-marginales, más de la mitad de las enfermedades y de las muertes que ocurren en la primera infancia tienen como causa principal los microorganismos transmitidos a través de la ingestión de agua o de alimentos contaminados.
“Pueden ser causadas directamente por los microorganismos, como por ejemplo la amibiasis o la salmonelosis o por intoxicaciones alimentarias, causadas por las toxinas producidas por los microorganismos, como por ejemplo el botulismo o la intoxicación producida por estafilococos”.
Finalmente en este aspecto, el documento indica que en Ensenada hay un importante número de localidades que no cuenta con drenaje sanitario y los pobladores se ven obligados a utilizar letrinas o fosas sépticas, susceptibles de convertirse en fuentes de contaminación.
“A esto se le adiciona los casos de la zona agrícola, la contaminación por agroquímicos y drenajes de aguas negras. Esta suma aporta nitratos a los acuíferos que pueden asociarse a efectos en la salud de los habitantes que consumen el agua. En esta zona se combina además el uso de fuertes insecticidas y poca protección por parte de los jornaleros inmigrantes y escasez de agua para el uso diario, lo que genera enfermedades crónicas en la población en general, ya que en los campos agrícolas trabajan niños desde los 9 años”.
HACIA UNA CULTURA DEL AGUA
La implementación de una nueva cultura del agua es imperiosa para el Programa Integral del Agua de Ensenada, no sólo por las condiciones de los acuíferos, en cuanto a su finitud, sino al aprovechamiento en general de los recursos naturales y la restitución de los entornos.
Considera que la noción de una Nueva Cultura del Agua supone asumir una visión holística y reconocer las múltiples dimensiones de valores éticos, medioambientales, sociales, económicos y políticos integrados en los ecosistemas acuáticos..
“El agua ha pertenecido a lo que se llama ´recursos de propiedad común´, accesibles a todos por igual. Esto significa que es propiedad de toda la población y los precios son muy bajos o nulos. Este último hecho es importante para determinar los patrones del uso del agua y, como resultado, la eficiencia del mismo”.
Según el texto, cuando el precio de un recurso como el agua es muy bajo en relación con otros, se usa sin tomar en cuenta ni la cantidad ni la conservación.
“Prevalece la idea general de que la jardinería ornamental debe ser verde, con céspedes saludables, árboles y arbustos. Esa actitud ha conducido a demandas excesivas de agua, particularmente en las áreas más áridas, con la subsiguiente sobrecapitalización de la infraestructura del líquido en cuestión”, concluye el documento.
Excelente reportaje. Me surgen dos preguntas ¿por qué no ha habido autoridad que pare a los Amaya/Curiel si tanto daño han causado por años extrayendo arena y otros recursos pétreos? ¿será que con esta escasez se da la coartada perfecta para que se quiera privatizar el agua?