¿Por qué conservar el Camino Real de las California?
El pasado viernes 3 de mayo, el Museo Histórico Regional de Ensenada ofreció la conferencia “¿Por qué conservar El Camino Real de las Californias?”, a cargo de Arcelia Pazos, responsable del área documental de este proyecto en el Centro INAH BC.
Antropología e Historia en BC / Foto principal: Tendencia Magazine
En esta ocasión, más allá de ahondar en el proceso de la candidatura a Patrimonio Mundial por la Unesco o de detallar los elementos de la ruta histórica, la charla giró en torno a las motivaciones y objetivos para conservar este itinerario cultural que une a las tres Californias.
La comunicóloga, quien se encarga de integrar el trabajo de los investigadores y especialistas de conservación en función de las necesidades documentales del proyecto, inició la charla a partir de las funciones sustantivas del INAH.
Posteriormente habló acerca de las características que le dotan de Valor Universal Excepcional al Camino y, finalmente, los objetivos y la trascendencia del proyecto.
Les compartimos este resumen acerca de su participación:

La Misión de San Borja, en el Valle de Los Cirios (Cortesía)
“Han sido 23 años de este proyecto que inició formalmente la arqueóloga Julia Bendímez Patterson, como delegada del Centro INAH Baja California, cuando declaró oficiales los trabajos del Corredor Histórico CAREM ante autoridades mexicanas y estadounidenses, el 27 de abril de 1996, para continuar con un fortísimo historial de investigación de campo y gabinete, de diagnósticos para proyectos, de colaboración con expertos locales y extranjeros y asociaciones civiles, de trabajos de conservación, restauración y mantenimiento de sitios misionales, así como de difusión, que han contribuido a consolidar un proyecto complejo, unificador y de gran valía para la historia de Baja California, de la península y de la Alta California.
La conservación que el INAH propone en casos como el Camino Real de las Californias, incluye la oportunidad de asegurar la permanencia de sujetos y objetos de investigación, el fortalecimiento de la labor interdisciplinaria y el fomento a la interacción con los públicos relacionados. Esto implica que se está generando un espacio para la propuesta y el trabajo críticos y un proyecto en el que todos los que deban estar implicados lo estén.
¿Qué quiero decir con esto? Que se ha trabajado en un Itinerario Cultural en el que las facultades del INAH se engarcen con las de otras instituciones públicas de los tres niveles de gobierno, con las de asociaciones civiles y con culturas originarias de periodos previos y posteriores al contacto misional, como también con el público general, para evitar, por un lado, un trabajo cerrado ante las posturas de las comunidades por las que atraviesa el itinerario, y por otro, la ejecución de estrategias de turismo sin nociones de conservación, o acciones de difusión sin amplio conocimiento sobre comunicación, por citar algunos ejemplos.
Sin embargo, la principal motivación y también objetivo fundamental, ha sido, y esperamos, continúe siendo, la memoria. Una memoria cada vez más tejida, más arraigada, más amplia; una que nos recuerde constantemente cómo eran las Californias, qué ocurrió en ellas, qué nos trajo hasta aquí, qué pasó con quiénes ya no están, quiénes y de qué forma lucharon, cómo se construyó el patrimonio, qué dolencias hubo y qué dolencias quedaron como herencia y, sin importar los orígenes de cada uno de nosotros, qué nos hace bajacalifornianos”.