PLUMA DE NEÓFITO: Un sistema homofóbico. Otra visión de la diversidad sexual y sus derechos desde el Cristianismo
Cuando un pueblo no solo se opone, sino que también violenta los derechos de las minorías, entonces estamos hablando de una sociedad ignorante, fanática y esclavizadora
Antes de comenzar esta entrega deseo comentarles lo que siempre digo: durante mi vida he aprendido diferentes lenguajes y diferentes tipos de lecturas de tal suerte que, tras años de observación, análisis, interpretación y reinterpretación de la información, los hechos y las acciones en torno a diversos problemas sociales en México, hoy puedo leer y entender lo siguiente: Cuando un gobierno hace hasta lo imposible por impedir que la minoría goce de todos los derechos que por naturaleza les pertenece, entonces estamos hablando de un gobierno corrupto, deshonesto, ilegal e injusto.

Foto: Debate
Ricardo Jiménez Reyna / 4 Vientos / Foto principal: El Diario
Cuando un pueblo no solo se opone, sino que también violenta los derechos de las minorías, entonces estamos hablando de una sociedad ignorante, fanática y esclavizadora.
Cuando una religión justifica y redime a sus líderes que practican la pederastia y a su vez condena a los siete infiernos a hombres y mujeres solo por su orientación sexual, entonces estamos hablando de una religión falsa, engañosa e hipócrita.
Nuevamente esperé a redactar mi entrega hasta el día jueves 30 de julio porque estaba al pendiente de lo que ocurriría torno a la reforma constitucional que la XXIII Legislatura analizaría torno al matrimonio igualitario u homoparental, y cuál ha sido mi sorpresa que, por segunda ocasión, dicha reforma no se logró gracias a que nuevamente algunos y algunas congresistas no solo se abstuvieron, sino que votaron en contra de dicha propuesta.
Este hecho me entristece por varias razones, pero las principales son:
Primera: Quedó probado que algunos legisladores y algunas legisladoras solo pensaron en su reelección y no en los derechos de una minoría cuya única supuesta «falla» es vivir con una orientación sexual no heterosexual. Segunda: Quedó comprobado que algunas legisladoras y algunos legisladores solo están en el Congreso de Baja California para obedecer los lineamientos misóginos y homofóbicos del gobernador Jaime Bonilla Valdez.
Tercera: Una vez más quedó evidenciado que algunos diputados y diputadas miembros de la XXIII Legislatura, no les importa en lo más mínimo la legalidad, la justicia, la constitucionalidad y mucho menos los derechos humanos no solo de las minorías que tienen una orientación sexual diferente a la heterosexualidad, sino también de todos los ciudadanos de Baja California.
Cuarta y última: Quedó asentado en la historia de nuestra entidad que no solo algunas legisladoras y algunos legisladores del Congreso del Estado, sino también los grupos religiosos de corriente evangélica y católica, son personas que se dejan llevar por sus prejuicios, estereotipos y tabúes.
Deseo explicar algo muy importante para mí: Estimado lector, soy un hombre que está felizmente casado desde hace seis años; soy un fiel creyente en Jesucristo; soy un hombre libre y de buenas costumbres que practica la Masonería y ostento el grado de Maestro Masón; soy un hombre estudioso de la Biblia, libro que creo contiene la voluntad de Dios y que, además, he leído de principio a fin más de 35 ocasiones desde mi niñez; soy un hombre estudioso de la Teología e incluso he sido maestro en algunas iglesias de la localidad. Pero sobre todas las cosas, soy un hombre que defiende los derechos de hombres y mujeres cuya orientación sexual es diferente a la heterosexualidad, esto es: Soy un defensor de los derechos de las personas LGBTTTI+. Tanto, que en algunos círculos de amistades han intentado intimidarme de ser homosexual como si la orientación sexual diferente a la heterosexualidad fuera un delito, una falta, una inmoralidad, un pecado, una aberración, una enfermedad, una depravación y un acto antinatural.
Cada vez que sucede esto digo: Si así lo hacen conmigo por el simple hecho de defender los derechos de personas que viven y piensan de una manera diferente, y yo me siento ofendido por tanta ignorancia y negligencia, ¿cómo se sentirán ellos y ellas que sí pertenecen a ese grupo marginado por la sociedad? Imagino que se sentirán más ofendidos e indignados que yo y, por ese simple hecho, es que los y las apoyo.
Deseo transcribir parte de una nota periodística que mis estimados amigos y colegas Olga Alicia Aragón y Luis Javier Cruz Aguirre publicaron en la página 4 Vientos que dice al pie:

Foto: La Voz de la Frontera
«Este jueves 30, como la sesión del día 16 de julio, la reforma constitucional fue derrotada por los propios legisladores de Morena que votaron en contra o se abstuvieron.
Sufragaron en contra de la reforma los morenistas Juan Meléndrez, Víctor Navarro y Carmen Hernández, quienes anteriormente se habían abstenido.
Otro morenista, quien ha sido el principal operador del gobernador Jaime Bonilla en el Congreso del Estado, volvió a abstenerse en esta votación: Víctor Manuel Morán.
Lo mismo hizo la diputada ensenadense por el Partido del Trabajo, Claudia Agatón, quien ha sido favorecida por el gobierno bonillista con la dotación de un terreno de casi 9 mil metros cuadrados en la colonia Piedras Negras, de Ensenada y, según información oficial del propio Congreso, cuenta con un subsidio de 40 millones de pesos para construir en ese predio un Centro de Desarrollo Infantil (CENDI) que podría estar administrado por los dirigentes petistas, sus familiares o subalternos de toda confianza.
El tercer voto de abstención fue el del expanista Miguel Bujanda, ahora diputado independiente por haber sido expulsado del PAN junto con los demás legisladores de su bancada que en la anterior legislatura aprobaron la «Ley Bonilla», que ampliaba a 5 años el periodo del gobernador electo en 2019 para una administración de dos años ».
Creo que esta información es elocuente, magistral y brillante; por eso creo que no será necesario hacer un comentario en torno a ella porque lo dice todo: Habla de tres cosas: Las manotas de Jaime Bonilla Valdez nuevamente metidas en las decisiones del congreso. Habla del carácter misógino y homofóbico de un gobernador que prefiere pasar a la historia como un gobernador que prefiere partir de la ilegalidad y la inconstitucionalidad antes de que lo tachen de un hombre que favoreció a la minoría LGBTTTI+ de su entidad.
La nota también habla de que los compinches de Bonilla en el Congreso del Estado parecen perritos falderos, mascotas del gobernador que están dispuestos a obedecerle y satisfacerlo antes de velar por sus representados, porque al negarse o abstenerse a la reforma constitucional, lo único que hicieron fue burlarse una vez más de quienes, por el simple hecho de ser minoría, requieren de voces que hablen por ellos, requieren que sus garantías constitucionales sean una realidad no solo legal, sino también legislativa, jurídica y social en la sociedad en la que viven porque lo único que estas personas quieren es gozar de los mismos derechos civiles que gozan las personas heterosexuales, vivir en matrimonio sin necesidad de recurrir al amparo y eso, aunque Bonilla y sus perritos falderos en el Congreso del Estado no lo deseen aceptar, se llama libertad, igualdad, equidad y también, equidad de género.
En verdad creo que ahondar en este tema sería muy negligente de mi parte cuando existe un tema más importante que cito nuevamente de la misma fuente:
«Destacaron en ese sentido el activismo político del obispo de Mexicali, José Isidro Guerrero Macías y el activista evangélico Guillermo Montaño García, dirigente estatal del ultraconservador Consejo Mexicano de la Familia.
Las diputadas y diputados que impulsaron y votaron a favor de la reforma, fueron exhibidos en espectaculares y en carteles distribuidos masivamente, como «La Mafia Atifamilia». Con memes, posts, mensajes y a través de videos fueron «satanizados». Mientras que a los diputados que votaron en contra o se abstuvieron, los elogiaron en grandes espectaculares…

Foto: Facebook
Ahora, los evangélicos advierten a Morena que en el estado existen al menos 2 mil pastores de es-tas religiones que tienen influencia directa sobre 50 a 1,200 feligreses cada uno. Y preguntan desa-fiantes: « ¿De verdad Morena se quiere enfrentar a este gigante que durmió por años y que ahora demuestra fuerza, multitud e influencia social…».
Esta información tiene mucha tela de donde cortar, pero en esta ocasión solo deseo apuntar algunas notas sobre esto: La interpretación de la Religión Cristiana torno al homosexualismo.
Estimado lector, antes del análisis deseo plantearle algunas preguntas ¿Sabía usted que la prohibición bíblica de la homosexualidad es de origen meramente cultural y no doctrinal o moral? ¿Sabía usted que el mismísimo Jesucristo aceptó y reconoció que la homosexualidad en ocasiones es por nacimiento y no por alguna desviación o perversión? ¿Sabía usted que Jesucristo nunca condenó la homosexualidad? ¿Sabía usted que un homosexual es un personaje bíblico que es ejemplo a seguir para muchos cristianos hoy en día?
La primera evidencia de lo que afirmo está contenida en Levíticos 18. Por favor observe lo que dice el párrafo tres de este capítulo:
«3 No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos…».
Este párrafo debe ser considerado como el eje central de todo el capítulo, esto es, la razón de ser de la orden, y nótese que en el párrafo 22 de dicho texto advierte que: «22 No te echarás con varón como con mujer; es abominación…».
Por lo tanto, podemos parafrasear este texto de la siguiente forma: No tendrás relaciones sexuales con otro hombre como si este fuera mujer, pues es abominable porque así lo acostumbran en Egipto y en Canaán; por lo tanto, no vivirás conforme a sus usos y costumbres (porque en aquel entonces los estatutos no eran otra cosa más que una lista de usos y costumbres que se hicieron leyes).
Pero además, es importante destacar que este párrafo tiene connotaciones religiosas no hebreas ya que, en los pueblos antiguos de medio oriente, se practicaba la prostitución homosexual sagrada, esto es: hombres que servían en los templos de los dioses no hebreos. Ahora, si no me quiere creer pues léalo usted mismo. Aquí los párrafos citados al pie de la letra:
«1 Habló Jehová a Moisés, diciendo:
2 Habla a los hijos de Israel, y diles: Yo soy Jehová vuestro Dios.
3 No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos…
22 No te echarás con varón como con mujer; es abominación…».

Moisés y el faraón de Egipto, una escena que a decir de científicos e historiadores en realidad nunca se dio (Ilustración: Wol)
Ahora bien, los libros conocidos en la Biblia como Pentateuco, principalmente Éxodo, Levítico y Deuteronomio, son libros en los cuales se están dictando las leyes divinas para el pueblo de Israel, pero es importante destacar que la mayoría de estas leyes son nuevos usos y costumbres para los hebreos. En otras palabras, estas normas son de carácter cultural, de estilo de vida, de identidad nacional y no necesariamente de carácter ético o moral.
La segunda evidencia la encontramos en el mismísimo Jesucristo quien reconoce que existen homosexuales o personas sin definición sexual por nacimiento, en el libro de Mateo. El capítulo décimo noveno, párrafo doce, en la primera parte dice así:
«Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba…».
Es importante destacar que la palabra eunuco, en el contexto histórico en el cual es ubicado este pasaje, esto es en pleno apogeo del Imperio Romano, no solo era utilizada para hablar de personas castradas, sino también para referirse a los afeminados, homosexuales y a los transexuales.
Además, el simple hecho de que el personaje bíblico conocido como Jesús hace referencia a los tres tipos de eunucos que se reconocían en aquel entonces, deja clara esta intención ya que, en aquel tiempo, había hombres que se castraban para conseguir empleo y así eliminar sus apetitos sexuales por las mujeres, ya que estos hombres eran de mucha confianza para los patrones que los contrataban en el servicio de las casas de altos funcionarios romanos.
De ahí que puede parafrasearse la primera parte de este pasaje de la siguiente forma: «Pues hay afeminados, homosexuales y transexuales que nacieron así del vientre de su madre…».
La tercera evidencia es que Jesucristo no condenó en ningún momento la práctica del homosexualismo y eso, estimado lector, es más importante porque al no hacer de este hecho un pecado, no solo lo acepta sino que además lo reconoce como una verdad social en su contexto cultural.
Para que no digan que su servidor saca de la manga sus comentarios, quiero citar a Alexandre Awi M., Isch Licenciado en Teología por la Philosophisch – Theologische Hochschule Vallendar, en Alemania, quien dice lo siguiente en su artículo ¿Qué dice la Biblia sobre la homosexualidad?:
«Llama la atención la ausencia de cualquiera referencia a la homosexualidad en los evangelios, a pesar de que las claras condenaciones a esta práctica en la literatura rabínica hacen suponer que era una práctica conocida.”
Jesús asumió, practicó y confirmó muchas de las prácticas de la tradición judía en la cual fue educado. Por otro lado, demostró mucha libertad frente a las costumbres de su pueblo, distanciándose de todo tipo de discriminación social y asumiendo con firme delicadeza la defensa de los marginados de su tiempo, como ilustran las historias de la mujer adúltera (Jn 8, 1-11) y de la mujer de mala fama (Lc 7, 36-50), cuyos delitos estaban precisamente en el área sexual. Sin embargo, ni para atacarlos ni para defenderlos Jesús se refirió a los homosexuales.

Jesús protegió a los marginados, entre ellos a las mujeres, sin importar que fueran prostitutas (Foto: El Correo)
Sobre varios asuntos de orden sexual habló Jesús. Matrimonio, adulterio y divorcio fueron temas de importantes discursos realistas y a veces innovadores, hasta revolucionarios. Pero sobre la homosexualidad, ni una palabra.
Este silencio no abre camino a la aplicación del principio: “el que calla, otorga”. La fidelidad de Jesús a su origen judío y su insistencia en la observancia de la Ley y los Profetas, a pesar de las correcciones que hace, llevan a suponer que la condena de la homosexualidad, firme en la tradición de Israel, también pertenece al equipaje cultural de Jesús. Pero ¿no nos dirá algo este silencio? Me parece acertada la opinión de Bernardino Leers:
“…el silencio destaca en el mensaje de Jesús algo más valioso para la discusión del problema de los homosexuales. En la conciencia misionera de Jesús vive un núcleo de comunicaciones que supera los problemas sexuales específicos y los pone en segundo plano. Para él, la presencia actuante del Padre está en el centro, con su Reino, en el que todos los seres humanos se tornan hermanos de la misma familia, interrelacionados por la práctica del amor mutuo y fraterno. Con esto, en el horizonte del problema de los homosexuales surge una luz: El amor del Padre para con todas las personas y el amor solidario que debe marcar concretamente las relaciones humanas y la convivencia social, libre de discriminaciones y prejuicios” (32)».
Creo que está por demás explicar lo antes dicho por el escritor; por lo tanto, coincido con él en todo, pero más en lo que señala Bernardino Leers, sacerdote y teólogo franciscano:
«Con esto, en el horizonte del problema de los homosexuales surge una luz: El amor del Padre para con todas las personas y el amor solidario que debe marcar concretamente las relaciones humanas y la convivencia social, libre de discriminaciones y prejuicios».
Porque considero que el objetivo último de todo movimiento cristiano debería ser este y no el de andar condenando y sentenciando a las personas por su orientación sexual que, como ya quedó establecido, el o los escritores de Evangelio de Mateo atribuyen a Jesús el hecho de reconocer que el homosexualismo es un hecho natural, real.
La cuarta evidencia se encuentra en el libro de Hechos de los Apóstoles. El apóstol Felipe bautizó a un «eunuco». Tal vez usted piense distinguido lector que aquí está hablando de un hombre que sufrió castración, pero a la verdad no. Permítame citar el texto que aparece en el capítulo octavo de este hermoso libro En el párrafo veintisiete dice:
«Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace, reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar».
En este texto podemos notar dos cosas: el hombre del cual habla este pasaje es descrito o calificado como «eunuco». Además, el hombre está identificado como un «funcionario de Candace, reina de los etíopes».

Imagen: WordPress
¿Por qué hago esta aclaración? Sencillo, porque muchos intérpretes de la Biblia aseguran que en este pasaje el escritor no está hablando de un hombre castrado o de un homosexual, algo común en la totalidad de los textos del Antiguo Testamento, sino de un funcionario de gobierno, o de un rey o una reina, a quien en aquel entonces también se les llamaba eunucos aunque no fueran varones sin genitales.
Creo que es importante destacar algunas cosas y las plantearé a manera de pregunta: ¿Por qué era necesario para el escritor destacar que este personaje era eunuco? ¿Era importante destacar que solo era un alto funcionario etíope, o que era un homosexual que servía en la corte real de Etiopía? ¿Si realmente era importante para el escritor destacar que este hombre era un alto funcionario de un reino, no hubiera bastado solo con decir su puesto y punto? ¿Por qué el escritor hace mención de una condición y de una posición si solo se está refiriendo a este hombre como un alto funcionario real de Etiopía?
El problema aquí es que, en definitiva, considero que cuando un escritor dice: «Ahí va Armando, el homosexual que es presidente municipal de mi pueblo», quiere referirse a dos cosas: a su condición y a su función.
Otro ejemplo: «Ahí va Jaimito, el corrupto, que es gobernador del estado». Otro más: «Ahí va Caladita, la prostituta, quien además es amante de un diputado federal».
Creo que con estos ejemplos queda clara la intención del escritor, de ahí que pueda traducir este texto bíblico de la siguiente forma -claro, partiendo del uso que se le daba a la palabra «eunuco» en el Imperio Romano-:
«Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, afeminado, homosexual o transgénero, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar».
Usted se ha de preguntar estimado lector, ¿cuál es el problema? Realmente parece que ninguno, aunque realmente el problema es que este hombre fue bautizado por el Apóstol Felipe y por ello fue recibido como miembro de la Iglesia. Al respecto, leemos en los párrafos 35 al 39 lo siguiente:
«35 Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.
36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?
37 Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.
38 Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.
39 Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino».
Bien, creo que sería interesante hacer el mismo ejercicio de paráfrasis en este texto tal y como se hizo en el anterior:

Homosexualismo en la Roma imperial (Imagen: HoffPost)
«35 Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.
36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el afeminado, homosexual o transexual: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?
37 Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo (el afeminado, homosexual o transexual), dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.
38 Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el afeminado, homosexual o transexual, y le bautizó.
39 Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el afeminado, homosexual o transexual no le vio más, y siguió gozoso su camino».
Para mí este pasaje es hermoso, bello, cautivador, consolador, alentador, fabuloso, espléndido. Preguntarán ¿por qué? Sencillo: Porque habla del carácter libertador y libertario del Evangelio, habla de respeto, de amor fraternal, de compasión, de piedad, de prudencia, de tolerancia. Cuando leí por primera ocasión este pasaje, mi alma experimentó el más grande y bello sentimiento de amor porque para aquel entonces la Iglesia Cristiana (me refiero a toda la iglesia: Católica, Evangélica, Pentecostal, Metodista, etcétera) había lanzado una campaña fiera contra la homosexualidad y yo dije: ¿Acaso los sacerdotes y ministros religiosos no habrán leído bien su Biblia?
Honestamente considero que hoy día, en pleno siglo XXI, oponerse a que las personas del mismo sexo contraigan nupcias o casarse por lo civil solo por el argumento retrógrada de que Dios reprueba la homosexualidad, es de lo más nefasto, ilegal, ilegítimo, cobarde, inequitativo e injusto.
Como indecente, inmoral, antibíblico y anticristiano resulta que desde los púlpitos de las congregaciones cristianas (Católicas, Evangélicas, Pentecostales, Metodistas, etcétera) se prediquen sermones no solo contra la familia homoparental, sino contra la homosexualidad y contra la orientación sexual.
Considero que este tipo de mensajes no solo son aberrantes, sino también ilegales y difamatorios porque si aún el mismísimo Jesucristo no predicó contra las personas con orientación sexual no heterosexual, ¿quiénes son los sacerdotes, ministros y pastores (entre quienes se encuentran infinidad de pederastas) para señalar y condenar a aquellas personas con orientación sexual diferente? ¿Quiénes son los líderes religiosos del cristianismo (entre los cuales han destacado muchos homicidas, violadores y corruptos) para amenazar a todo un sistema político de provocar un caos social si se autorizan en Baja California los matrimonios homoparentales?
Para concluir deseo citar una frase de uno de mis maestros en el seminario:
«Porque un evangelio que no es predicado con comida y agua para los necesitados, cobijas para los desvalidos y fusiles para los oprimidos no es evangelio, es mero fanatismo».
Así también puedo decir:
«Un evangelio que no es predicado con acciones de amor, respeto, comprensión, aceptación y tolerancia para las personas con orientación sexual diferente a la heterosexualidad, no es evangelio; es mero prejuicio, mero tabú, mera hipocresía».