PESCAR EN BAJA CALIFORNIA. PARTE 1: La acuacultura y la pesca ribereña, entre la sobrevivencia y la ganancia “ilimitada”

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Catalogada por el gobierno mexicano como la cuarta a nivel nacional y fundamental para consolidar la “seguridad alimentaria”, la acuacultura bajacaliforniana se alista a disfrutar de las “oportunidades ilimitadas” que a los grupos transnacionales ofrecen los litorales del estado, mientras los pescadores ribereños luchan por mantener el permiso federal de captura artesanal de especies tradicionales que les permita realizar sus actividades de manera legal 10 años más.

 

Javier Cruz Aguirre / 4 Vientos

Foto destacada: Acuicultura peninsular (noro.mx)

 

Ensenada, B.C., México, jueves 29 de junio 2023.- Quince cooperativas pesqueras del Alto Golfo de California y dos de las principales transnacionales acuícolas que operan en el país presentaron por separado manifiestos de impacto ambiental para cultivar y ampliar el comercio nacional e internacional de moluscos bivalvos, crustáceos, tiburón, medusas, peces de escama, totoaba y lobina rayada, especies residentes en la porción norte del Mar de Cortez y media del Pacífico peninsular.

El primer paquete corresponde a la petición hecha el 21 de abril por la Federación de Cooperativas Ribereñas Andrés Rubio Castro, S.P.R. de R.L. para el proyecto de pesca ribereña de camarón, jaiba café, callo de hacha, almeja generosa, curvina golfina, peces marinos de escama, tiburón y medusa bola de cañón.

Esto dentro de la Zona de Amortiguamiento de la Reserva de la Biosfera del Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, excluyendo el área de refugio para la protección de la vaquita marina (excepto para la captura manual de moluscos), pero dentro del área de influencia que corresponde a la zona de pesca en San Felipe.

La segunda petición a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) la presentó, el 4 de mayo, el consorcio transnacional acuícola Baja Aqua Farms, de capital estadounidense, australiano y mexicano que busca instalar, en las inmediaciones de San Felipe, una granja acuícola de engorda y crecimiento de alevines (crías recién nacidas) de totoaba provenientes de laboratorios de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), campus Ensenada.

Y el tercer proyecto en evaluación ambiental desde el 12 de mayo, corresponde a un plan de inversión de la transnacional estadounidense Pacífico Aquaculture (PA) para ampliar su producción de lobina (lubina) rayada del Pacífico en una nueva zona acuícola: Santa Rosaliíta, San Quintín.

Ahí se pretende generar 12 mil toneladas del pez que se sumarán a su capacidad productiva en la concesión que el gobierno del panista Felipe Calderón Hinojosa entregó a PA en la Isla Todos Santos (Bahía de Ensenada), dentro de la Reserva de la Biosfera de las Islas del Pacífico.

Los tres proyectos tienen la intención de fomentar la “pesca sostenible, integral, responsable y duradera” de las especies marinas a explotar.

Igualmente prometen abastecer el mercado local e internacional de estos productos; así como generar miles de empleos e “ingresos dignos y permanentes” a pescadores, empacadores, proveedores locales, investigadores, transportistas y distribuidores.

Además, generar alternativas de protección y conservación de dos especies endémicas del Alto Golfo de California en peligro de extinción: la vaquita marina y la totoaba.

 

Cultivo de abulón en el Pacífico bajacaliforniano (multipress.com.mx).

 

LOAS A LA ACUACULTURA DE BC

La presentación de los manifiestos se dio pocos días antes de la celebración del 12º periodo de sesiones del Subcomité de Acuacultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el 2º Festival Regional de Pesca y Acuacultura Artesanal.

En ambos eventos los gobiernos de los estados del Noroeste de México (Baja California, Sonora, Sinaloa, Baja California Sur y Nayarit) firmaron acuerdos y alianzas para fortalecer e impulsar “el desarrollo pesquero y acuícola” en la región.

En los actos, el comisionado Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA), Octavio Almada Palafox, destacó que uno de los principales productores acuícolas del país es Baja California, en donde operan 144 empresas por lo que ocupa el cuarto lugar nacional en el cultivo artificial de ostión, atún aleta azul, lobina rayada, jurel y otros peces y mariscos de alto valor comercial en el mercado nacional, pero principalmente en el internacional.

También destacó que los objetivos primarios de las reuniones para la acuacultura en el Noroeste mexicano eran consolidar la “seguridad alimentaria” y garantizar (no dijo para quiénes) el “acceso regular a alimentos suficientes y de buena calidad”.

Y ayer 28 de junio, en el taller de Innovación, Sanidad y Financiamiento para el Sector Acuícola, el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), los Fideicomisos Instituidos en Relación a la Agricultura (FIRA) y el Comité Estatal de Sanidad Acuícola e Inocuidad de Baja California (CESAIBC) coincidieron en señalar que la acuacultura es una actividad con la que se impulsa la economía del sector social del estado en las regiones más apartadas.

“El cultivo de ostión inició hace poco más de 40 años y actualmente existen alrededor de 80 unidades de producción acuícolas registradas en el CESAIBC, dentro de las que destacan productores de moluscos, peces, algas y crustáceos”, manifestó Alma Rosa García Juárez, secretaria estatal de Pesca y Acuacultura.

Además, presumió que este liderazgo nacional se complementa con el mayor número de aguas clasificadas del país, como Rincón de Ballenas, Bahía Soledad, Bahía Falsa, Laguna Manuela, Laguna de Guerrero Negro (norte), San Felipe, Santa Rosaliíta, Alto Golfo, Isla San Jerónimo y Punta Canoas.

Sin embargo, las palabras elogiosas para el sector se traducen, en el capital gubernamental de inversión que contempla el pomposo “Plan Estratégico” del gobierno estatal en materia pesquera y acuícola, en una escuálida aportación de 14.3 millones de pesos para la actividad que realizan los medianos y pequeños productores sociales.

“La dependencia logró gestionar 8.3 millones de pesos para laboratorios productores de semilla, además de 5 millones del programa normal y un millón para sanidad e inocuidad”, resumió la funcionaria.

El contraste con los apoyos que buscan y logran para sus proyectos los poderosos productores transnacionales, multinacionales y sus socios mexicanos, el incomparable. Veamos:

En el caso de los tres manifiestos que ingresaron en abril y mayo a la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) de la Semarnat, sólo el de los cooperativistas de San Felipe tiene como finalidad surtir directamente las especies que capturen a un sector del mercado local y nacional.

Y lo hacen porque han fracasado en su petición al gobierno federal mexicano de obtener una concesión para desarrollar un proyecto acuícola de totoaba macdonaldi que han insistentemente pedido al gobierno federal mexicano desde hace al menos ocho años.

Pero esa negativa hasta hoy no existe para empresas transnacionales y multinacionales como Earth Ocean Farms, de la multimillonaria Christy Walton (heredera del emporio de tiendas departamentales Walmart) y su Grupo “Innovaciones Alumbra”, donde la acaudalada suma las marcas que se disfrazan de “desarrollo sustentable”, como acuacultura industrial de pargo y totoaba, en una superficie de mil hectáreas marinas que se ubican frente a las costas de La Paz, Baja California Sur, que el gobierno de Enrique Peña Nieto le concesión en 2018.

O para el consorcio internacional noruego / mexicano Cygnus Ocean Farms S.A. de C.V., que desde 2017 goza de un permiso de acuacultura de fomento y comercio de totoaba frente a la costa de Guaymas, Sonora.

 

Totoaba cultivada en La Paz, BCS (Foto: Earth Ocean Farms).

 

EL GRAN PASO: DEL ATÚN ALETA AZUL A LA TOTOABA

A ese grupo selecto de empresas “sustentables” ahora se quiere sumar Baja Aqua Farms a través de su filial mexicana -de mismo nombre- que actualmente opera ranchos de engorda de atún aleta azul en las inmediaciones de la Isla Todos Santos (Ensenada).

Ahí, la trasnacional produce hasta dos mil 750 toneladas anuales –cifra del año 2016- que exporta a Japón, país asiático en donde hoy se paga en promedio 30 dólares por kilo fresco / congelado de aleta azul para un valor de venta de 82.5 millones de dólares.

Bajo presión de una veda internacional y nacional a la captura del túnido, la compañía ingresó un manifiesto ambiental que le permitirá ingresar al mercado “legal” de la totoaba en México a través de un proyecto acuícola que ubica en 68 hectáreas del predio “El Consuelo” (ejido Delicias), sobre la carretera San Felipe- Puertecitos.

Ahí proyecta la construcción y operación de una granja acuicultura, con alimentación de agua directo del mar del Alto Golfo de California, para la engorda y crecimiento de alevines de totoaba macdonaldi provenientes de laboratorios de la UABC, como primera fuente de abasto, y del suministro directo de la materia prima con su flota de barcos.

El documento no revela la productividad de totoaba que se obtendrá en la granja ni cómo se comercializará la carne y/o el buche del pez, el cual es objeto de un ininterrumpido y millonario mercado ilegal en Asia que presiona al extremo su captura en el Alto Golfo de California, su sitio endémico.

Menos existe una cultura medianamente popular de consumo de la carne del pez ni en México ni el en resto del mundo.

Al respecto, en marzo de 2022, luego de que el gobierno federal mexicano dio permiso a Earth Ocean Farms para explotar el maricultivo de la totoaba, el tema generó polémica entre los países que integran el Comité Permanente de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Cites), en donde las opiniones de las partes estuvieron divididas.

México y su concesionario extranjero solicitaron a los países miembros de la Convención que aceptaran la venta internacional de la totoaba cultivada en el mar de Guaymas.

Tras una feroz confrontación, votaron a favor Bélgica, China, Namibia, Etiopía, Polonia, Georgia, Kuwait, Indonesia y República Dominica, mientras que estuvieron en contra Israel, Oceanía, Senegal, Congo y Perú, por lo que el Comité Permanente aprobó el registro para la operación de Earth Ocean Farms para exportar el pez mexicano.

De acuerdo con la prensa mundial que cubrió la reunión, Israel cuestionó el proyecto ya que la única parte de la totoaba para la que hay una demanda significativa es la vejiga natatoria también conocida como “buche”.

“Nos dicen (México y la trasnacional) que sólo se va a vender la carne y eliminarán las vejigas. A nivel internacional no sé a quién van a vender esa carne. El hecho de que se señale que se eliminarán las vejigas nos plantea una cuestión adicional: no sabemos cómo se haría un seguimiento o vigilancia, ni queda claro cuándo se pondría fin a esta práctica. No entendemos el interés de abrir este mercado internacional”.

Por su parte, la delegación mexicana reconoció que la “reproducción en nueve granjas de totoaba es para disminuir la actividad ilegal en la pesca del pez, de la que sólo se comercializa el buche, y su afectación en la muerte incidental de la vaquita marina, por lo que es importante analizar la demanda que es sólo internacional”.

Alejandro Olivera, activista del Centro para la Diversidad Biológica y asistente a las sesiones del Comité Permanente del CITES que se realizaron en Lyon, Francia, manifestó:

“La aprobación de este registro de cría en cautiverio podría complicar los esfuerzos de cumplimiento. Puede permitir el lavado de totoaba ilegal capturada en la naturaleza como criada en cautiverio y estimular la demanda de productos de totoaba, lo que incentivaría la pesca ilegal en detrimento de la vaquita. Esto se hace ignorando una decisión de Cites que ordena a las partes reducir la demanda de productos de totoaba”.

Y destacó: “Abrir un nuevo mercado comercial legal en totoaba representaría un riesgo inaceptable para la vaquita. En su lugar, el Comité debería ordenar a México que concentre sus esfuerzos en detener la pesca y el comercio ilegal de totoaba”.

 

Un buzo mexicano en el interior de uno de los cercos de engorda de juveniles de atún aleta azul en la Isla Todos Santos, Ensenada, B.C. (Foto: Baja Aqua Farms).

 

LOS COOPERATIVISTAS Y LA PESCA ARTESANAL

Para los pescadores cooperativistas, el documento ambiental es indispensable para renovar y ampliar un permiso vigente (SGPA/DGIRA/DG/05043 y SGPA/DGIRA/DG/01493) para la pesca de almeja generosa, callo de hacha, jaiba, curvina golfina y medusa bola de cañón, el cual vence en julio de este año.

Explican en la petición que su actividad la realizan de forma artesanal mediante embarcaciones menores con motores fuera de borda –“ecológicos”-, con artes de pesca “altamente selectivas”, acorde con la regulación pesquera nacional.

“Para esta nueva MIA se contempla la participación de 161 equipos (embarcaciones) que cuentan con los permisos para realizar la pesca comercial o de fomento. Se continuará implementando medidas de prevención, mitigación, compensación y/o correctoras para realizar la pesca de forma sostenible, preservando la riqueza y biodiversidad de la reserva, al mismo tiempo que se cuida el bienestar de los pescadores”, describen los solicitantes.

El documento recuerda que la superficie total del área de pesca de San Felipe es de aproximadamente 628 mil341 hectáreas, de las cuales casi 13% se encuentra dentro de la Zona de Amortiguamiento de la Reserva de la Biosfera del Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado (RBAGCDRC) (excluyendo el Área de Refugio para la protección de la vaquita marina); mientras que un 28% se ubica dentro de la Zona de Amortiguamiento corresponde a la superficie de captura manual de moluscos bivalvos.

Asimismo, subraya que el área total permitida para la captura manual de moluscos bivalvos dentro de la Zona de Amortiguamiento de la Reserva es de 440 mil 875 hectáreas, correspondiente al 57.26% de esta zona y donde se puede realizar la captura manual de almeja generosa y callo de hacha mediante asignación de cuotas por polígonos.

“La zona de pesca de las especies objetivo del presente estudio se limita a los polígonos o áreas consignadas en los permisos de pesca otorgados a cada uno de los miembros que integran la Federación de Cooperativas Ribereñas de San Felipe.

“Y los sitios para el botado de las embarcaciones y el desembarque de los productos son el recinto portuario de San Felipe, Puertecitos, San Luis Gonzaga, Lucky Landing y El Zanjón.”

La petición de la Federación de Cooperativas pesqueras, organización que se formalizó en 2013, solicita 10 años de vigencia para el proyecto y recuerda que su actividad productiva fue la base para el asentamiento de las comunidades del Alto Golfo de California.

(La pesca ribereña) históricamente ha sido un motor de desarrollo y arraigo para los pescadores de la comunidad de San Felipe. Así mismo, esta actividad se ha desarrollado dentro de un esquema de aprovechamiento responsable y compromiso por el cuidado de las especies y el entorno ambiental, mediante la obtención de las autorizaciones pesqueras y ambientales correspondientes”.

 

Pesadores ribereños de San Felipe, BC (Foto: La Voz de la Frontera).

 

PEZ GOURMET Y GANANCIAS ILIMITADAS

Butterfly Equity (“Butterfly”), según su página en internet, es una firma de capital privado con sede en Los Ángeles, California.

Se especializa en el sector alimentario que abarca toda la cadena de valor de los alimentos, “desde la semilla hasta la mesa”, a través de cuatro verticales objetivo: agricultura y acuicultura, productos alimenticios y bebidas, distribución de alimentos y servicio de alimentos.

En México utiliza a una de sus filiales, Pacifico Aquaculture (“Pacifico”), que en el ciberespacio se identifica como “líder en acuicultura sostenible y el primer y único productor mundial de lubina rayada criada en el océano”.

Para ello tiene a la compañía “mexicana” Pacifico Aquaculture, S. de R.L. de C.V., que con el apoyo del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa opera en Baja California desde 2010 y goza del certificado de “Buenas Prácticas de Producción Acuícola” del actual gobierno mexicano a través del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA).

“En colaboración con el gobierno mexicano, Pacifico Aquaculture mantiene la única concesión para criar lobina rayada en la Isla Todos Santos, Ensenada, Baja California; la cual es parte de la Reserva de la Biosfera de las Islas del Pacifico” que opera bajo la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) una circunscripción de un millón 92 mil 651 hectáreas marinas.

Esta empresa, aliada también a Pacifico Striped Bass Pacifico, otra subsidiaria de Butterfly que presume haber ganado “un lugar en los menús de numerosos restaurantes con estrellas Michelin en los Estados Unidos y México”, presentó dos manifiestos de impacto ambiental para su proyecto global de “maricultivo sustentable” de lobina rayada, morone spp.

Su objetivo ahora son las aguas de la jurisdicción federal que se ubica en las cercanías del poblado Santa Rosaliíta, delegación Punta Prieta, San Quintín, Baja California –alrededor de 500 kilómetros al sur de la ciudad y puerto de Ensenada-, que abarcan 4 polígonos de producción y un área de amortiguamiento ambiental de 18 hectáreas.

En esa zona marítima, Pacifico informa que instalará jaulas para cultivar hasta 12 mil toneladas de Lobina, cuatro mil de las cuales serán producidas en jaulas especiales para cultivos “off shore” (mar adentro), una técnica conocida en Europa y Estados Unidos como “acuicultura oceánica de alta energía” y considerada “el futuro de la pesca sustentable y sostenible” que ya se aplica exitosamente en la industria del salmón.

“Nos enorgullecemos de cultivar de manera sustentable en la costa prístina de las islas –dice Pacífico en su página digital-, la cual está compuesta de santuarios marinos que sirven como hábitat para mamíferos marinos y aves marinas, así como peces y mariscos comercialmente importantes”.

Y agrega: “Tener reservas designadas como esta, donde el espíritu de Baja está prosperando tanto en el agua como en la tierra, ayuda a promover el crecimiento sostenible mientras se protegen los ecosistemas”.

En realidad, lo que la transnacional cuida es un negocio para ellos que, si se amplía a Santa Rosalillíta, un espacio costero que el gobierno de Baja California impulsa como puerto de abrigo en la llamada “Escalera Náutica Turística del Noroeste”, le permitirá aumentar potencialmente sus ingresos anuales entre 232.2 millones a 274.5 millones de dólares anuales.

Esto porque de acuerdo con el valor del kilo de Lubina rayada del Pacífico sustentable en el mercado gourmet Terramare meat & fish boutique, de la ciudad de Querétaro y especializado en surtir a restaurantes y clientes de alto poder adquisitivo en México, variaba entre los 329 a 389 pesos el pasado 25 de junio, con el agregado de que se trataba de una “mercancía agotada” ese día por su alta demanda.

Así, el inversionista mayoritario de Butterfly Equity, Dustin Beck, y los dos CEOs del consorcio –Omar Alfi y Daniel Farag– están a un paso de lograr lo que se fijaron como meta hace dos años, cuando sumaron a su equipo a Per-Roar Gjerde, ex ejecutivo en Mowi, una de las compañías de productos del mar más grandes del planeta y el mayor productor mundial de salmón del Atlántico:

“Construir (en Baja California) un negocio de acuicultura de clase mundial arraigado en valores sostenibles, que fortalezca el papel de Pacífico como la plataforma de acuicultura líder de América del Norte. La ampliación de los negocios de piscicultura, la llegada de Gjerde y la certificación de Comercio Justo, la primera piscifactoría en las Américas en lograr esta distinción, nos ayudará a lograr oportunidades de crecimiento ilimitadas”.

 

La visión de Pacífico en el cerco de cultivo de Lobina rayada (Captura de pantalla en Youtube).

 

CONTINUARÁ

 


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