Los Attenuatas

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Asombroso, así es el Bosque de los Attenuatas.

Olga Alicia Aragón Castillo / Fotos: María Elena Martínez, Juan Carlos Velázquez, Rachel VanRinsum y Olga Alicia Aragón

Nadie imagina -hasta que decide conocerlo- que a menos de 20 minutos de la ciudad de Ensenada, rumbo al noroeste, se encuentra un gran bosque de pinos endémicos, situado a  790 metros sobre el nivel del mar, en el corazón del ejido Arturo Ruiz Cortínez.

Por extraño que parezca, muchos ensenadenses desconocen la existencia de esta sierra maravillosa, donde los pinos alcanzan hasta diez metros de altura con troncos de 30 a 40 centímetros de diámetro. Espectacular creación de la naturaleza.

Los ejidatarios decidieron hace dos años promover paseos gratuitos a su bosque. Han tenido éxito.  Ahora suman cientos las personas que el segundo domingo de cada mes, en punto de las siete de la mañana acuden a la cita en Rancho Sandoval, camino a La Encantada.

Desde lo alto del bosque la vista de Ensenada es impresionante, se alcanza a ver toda la ciudad con su puerto.

Si el paseo se realiza tempranito, resulta espectacular la densa neblina que envuelve a Ensenada como en un manto de algodón. Arriba, en el bosque, el sol arranca destellos a los pinos cubiertos de rocío, pero abajo la brisa marina forma una capa de niebla que se va disipando lentamente hasta mostrar el puerto en toda su belleza. Si el paseo es nocturno – en el segundo sábado de cada mes a partir de las 4:30 de la tarde- la puesta de sol es de una belleza indescriptible y aún más cuando la luna empieza a iluminar el bosque.

Luego de subir cinco o seis kilómetros de caminos agrestes por la empinada cuesta del cerro, aparece de pronto el bosque en todo su esplendor. Mientras se camina por los siete kilómetros de senderos boscosos,  el verdor, la frescura y el aroma de los Attenuatas embriagan los sentidos, junto con la variada vegetación que se va descubriendo paso a paso: yuca, nubecilla, ágave del monte, savia, crucesilla, manzanita, musgo, helechos, hongos… Y con  suerte, es posible ver algo de la fauna que ahí habita: venados, mapaches, víbora de cascabel,  liebres y conejos, zorrillos, coyotes y gato montés, además de una gran variedad de aves.

Mucho han trabajado los ejidatarios para construir una red de senderos, hermosos puentes con materiales acordes al bosque y hasta un represo donde reintroducirán una tortuga endémica de la región. Sueñan con un proyecto mayor: convertir el Bosque de Los Attenuatas en uno de los más importantes atractivos turísticos de Ensenada, con profunda visión ecológica.

Exhaustos, pero felices, los caminantes sólo piensan en repetir la extraordinaria experiencia al siguiente mes.

 


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