Origen y desarrollo de las campañas anti-AMLO (Parte VI)
Desde hace ya casi dos décadas son varios los sujetos individuales y colectivos que en algunas partes del país y a través de diferentes medios han venido instrumentando múltiples campañas de difamación, insultos, mentiras y presión en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Y si bien es cierto que los diversos promotores de dichas acciones tienen como principal punto de coincidencia su animadversión a la tendencia política e ideológica de AMLO, lo es también que, por su origen, función y objetivos, estos referentes son muy heterogéneos. En los últimos tres meses del presente año, esta tendencia se ha visto aún mucho más marcada.
José René Rivas Ontiveros*/ 4 Vientos
En efecto, por las acciones que se han emprendido en el marco de la actual pandemia que azota a todo el mundo, y en particular a nuestro país, es posible aglutinar a dichos promotores en por lo menos ocho grandes bloques, como son, entre algunos otros: 1) los empresarios, 2) los gobernadores rebeldes del norte y occidente, 3) los expresidentes de la República, 4) los exsecretarios de Salud, 5) los partidos políticos, 6) los medios impresos y electrónicos, 7) los columnistas y comentaristas y 8) “los abajo firmantes” o el grupo de los “notables”.
Enseguida se presenta una breve radiografía de cada uno de estos bloques.
En el empresarial, el de más poder económico, actualmente es posible identificar por lo menos a cuatro grupos como los tradicionalmente más rijosos y de frontal rechazo a AMLO:
a) La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), agrupamiento fundado en 1929 y actualmente dirigido por Gustavo de Hoyos;
b) El Consejo Coordinador Empresarial (CCE), creado el 5 de agosto de 1976 en las postrimerías del sexenio de Luis Echeverría Álvarez, con quien se enfrentó, y actualmente presidido por Carlos Salazar Lomelí;
c) El Frente Mexicano Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), promovido desde el sexenio pasado por Claudio X. González G., quien fue uno de los principales promotores de la mal llamada Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto, y
d) El Frente Nacional AntiAMLO (Frenaaa), presidido por Pedro Luis Martín Bringas (quien, a consecuencia de ello, hace unos días fue separado del Consejo de Administración del grupo Soriana) y en el cual también participan Gilberto Lozano, Pedro Ferriz de Con, Rafael Loret de Mola y Juan Bosco Abascal.
Este es el bloque cuya actividad siempre ha girado en torno al dinero y la defensa de sus respectivos intereses y privilegios.

Caravana del Frente Nacional Anti-Amlo (FRENA) en Tamaulipas. Foto: Internet/El Heraldo
Debido a algunos de los hechos más conocidos de cada uno de estos cuatro referentes, se trata de un núcleo de empresarios política e ideológicamente identificado con la ultraderecha. Por la misma razón, estos grupos nunca han estado ni estarán dispuestos a respetar ningún tipo de legalidad que vulnere o ponga en riesgo la serie de privilegios que han tenido en toda su vida. Así, cuando están en peligro de perderlos, como sucede ahora con el gobierno de AMLO —al que nunca han logrado chantajear y mucho menos doblegar como lo hacían con los gobiernos neoliberales—, recurren a sus tradicionales campañas de odio de carácter eminentemente fascista, a través de la mentira, la difamación, la descalificación, el insulto, el rumor y, por supuesto, la amenaza de utilizar el golpismo, blando o duro, al mero estilo sudamericano, ya que para ellos el concepto de democracia no existe ni debería existir en el diccionario, es una simple ficción. En su lógica, la democracia es la que se impone a través del fraude y el dinero, tal y como ya lo hicieron en 1988, 2006 y 2012 y que avalaron los “notables”.
Al respecto, uno de los ejemplos más elocuentes de este tipo de prácticas golpistas y fascistoides es las que ha estado utilizando el grupo Frenaaa, el cual el día sábado 20 de mayo en la mañana organizó una serie de caravanas de carros y motociclistas, tanto en la capital mexicana como en otras 20 ciudades del país, para exigirle a AMLO que antes del 1 de diciembre de este año se vaya de la Presidencia de la República, por ser, según ellos, “un peligro para México”, “un dictador comunista” y “el responsable directo de que en México haya habido miles de infectados de Covid-19”, por “haber cancelado inversiones en el país como la del aeropuerto de Texcoco” y para que “México no llegue a una situación como la de Venezuela”, entre otras consignas.
Pero independientemente de que esta fue una marcha eminentemente fifí y que, por lo mismo, contó con todos los recursos financieros, el número de participantes en ella fue apenas de mil a mil 200 en la Ciudad de México y de 50 a 200 vehículos motorizados en cada una de las otras 20 ciudades en las que hubo manifestaciones.
Esta acción anti-AMLO, que, por cierto, no es la primera y seguramente tampoco será la última que se realice, pareció ser una ostentosa exhibición de los lujosos y caros vehículos de los manifestantes más que una marcha de protesta, y con ella se evidenció nuevamente la insignificante y ridícula fuerza de esta organización ultraderechista que exige la renuncia de un presidente de la República electo por 30 millones 122 mil 483 mexicanos (53.19% de la población votante) y que hoy ya cuenta con el 68% del apoyo popular. Pero así de extravagantes son y siempre han sido este tipo de grupos fascistoides que siguen soñando con que Bringas, Lozano, Ferriz, Loret de Mola, Bosco o algún otro personaje de la misma calaña se convierta pronto en el Juan Guaidó mexicano. En fin, un verdadero caso para Ripley.
*José René Rivas Ontiveros. Doctor en Ciencia Política. Profesor e investigador de carrera en la UNAM. Miembro del SNI.
Fuente: Regeneración.mx
https://regeneracion.mx/origen-y-desarrollo-de-las-campanas-anti-amlo-del-paraje-san-juan-a-la-pandemia-vi/