Ni máscaras ni dobles caras. ¿Quiénes son los aliados?
En la historia de las luchas sociales, las grandes movilizaciones de masas han jugado un papel determinante en favor de los cambios que ha requerido el país. Durante el gobierno del Gral. Lázaro Cárdenas, las grandes concentraciones populares en el Zócalo, en otras ciudades y en el campo, echaron abajo en 1938 las políticas anti obreras de las empresas transnacionales y lograron el rescate de nuestro petróleo. Encabezaron estas grandes movilizaciones los trabajadores, la clase media y un gobierno patriota, democrático y nacionalista. Juntos acabaron con la soberbia y la política reaccionaria de los empresarios que saqueaban la riqueza petrolera nacional. La diferencia entre las movilizaciones por la expropiación petrolera y las movilizaciones actuales, está en que hoy no tenemos un gobernante como el Gral Cárdenas, sino uno impuesto por el dinero, un entreguista que tiene al país al borde del precipicio
Jesús Sosa Castro/ A los Cuatro Vientos
Para justificar la política gubernamental, los apoyadores del sistema, defensores a ultranza de Enrique Peña Nieto, se han unido para golpear a los maestros y a los que luchamos contra la privatización del petróleo. A contrapelo de lo que hacen, no han tenido la capacidad para entender el por qué de la irritación que vive el pueblo, y por eso presionan para que se repriman las movilizaciones por la defensa de derechos y de los recursos naturales.
Condenan las acciones de la oposición y les niegan capacidad para incidir en la solución de los conflictos que vive la sociedad. La sordera del gobierno y su incapacidad para atender las demandas de la gente, hará que crezcan más y más las acciones de masas hasta que Peña Nieto entienda que está obligado a resolver los problemas de los sectores demandantes.
Quienes tuercen deliberadamente los alcances de la participación multitudinaria de los agraviados, no comprenden que las protestas en las calles, son la expresión acumulada de la inconformidad con las políticas públicas del gobierno federal y de los gobernadores.
Quieran verlo o no, estas acciones reflejan la sensibilidad, la organización y un grado importante de coincidencia que han alcanzado estos movimientos.
Es verdad que hace falta la unidad de acción de estas luchas. También es cierto que urge buscar los aliados naturales. Pero los movimientos que encabezan los maestros, MORENA y poblaciones completas en varios Estados del país, requieren ser atendidos de inmediato so pena de que adquieran otras dimensiones. Por eso no me parece juicioso de parte de los gobernantes y de la mayoría de los Medios, que en lugar de atemperar las contradicciones entre ellos y la sociedad, estén contribuyendo a que crezcan las confrontaciones y la irritación de la gente
Millones de personas, en distintos momentos y por diversas razones, han desbordado el zócalo y calles cercanas con demandas similares a las que plantean los maestros y los defensores de la renta petrolera. Los que están en el Zócalo y los que participamos en el acto multitudinario del 8 de septiembre, estamos listos para continuar la lucha hasta el final. Ignorar estas demandas es ignorar la historia reciente del México agraviado por los gobiernos que nos han impuesto políticas bestiales de explotación, de extrema pobreza y desempleo.
Peña Nieto, con apenas diez meses de ejercicio, ha llevado a cientos de familias a un sufrimiento terrible por la muerte violenta de más de 14 mil de sus hijos, esposos o parientes
Como millones de mujeres y hombres, creo que la lucha que encabezan los maestros y el Movimiento Regeneración Nacional, MORENA, no sólo es legítima sino necesaria. Los que acompañamos estas luchas, estamos obligados a encontrar las coincidencias que existen en el movimiento social para empujar las soluciones que se requieren para bien del país.
Ese movimiento, amplio y plural que buscamos, tendría un peso específico importante y una autoridad política y moral que llevaría al triunfo las causas populares por las que luchamos. ¡Los aliados de estos movimientos están a la vista! Sólo hace falta que superemos el sectarismo y entendamos que si no es en unidad, ninguna lucha podrá detener las políticas entreguistas de los gobiernos neoliberales. Si queremos que las demandas de estos movimientos triunfen, busquemos esa unidad y no cometamos el error de marchar cada quien por su lado
Si queremos los cambios necesarios para el país, probemos si existe verdad en los llamados para marchar juntos. Veamos cuanta capacidad hay en ellos para ir agrupados hasta el logro de los objetivos comunes. No le tangamos miedo a esa necesidad. Busquemos la solución de los problemas de México uniendo programas, esfuerzos y organización. No todos los políticos representan a las mafias. Si estos existen, veamos quiénes son y saquémoslos de nuestras filas. Pero ha llegado el momento de ser autocríticos, ver en dónde estábamos en las luchas recientes y en dónde tenemos que estar en las acciones futuras. ¡Lo importante es no confundirnos! Nuestros aliados no son los defensores del sistema, por más que se pongan sus máscaras. No es el gobierno, no es la jerarquía de la iglesia, no son las cúpulas del PRI ni del PAN. Son aquellos que han venido librando batallas importantes a favor de la gente desde siempre. Que no haya alucinamiento entre las mujeres y los hombres que luchamos por la equidad y la justicia. Marchemos unidos por el bien de todos y por el rescate de México
*Jesús Sosa Castro. Destacado militante de la izquierda mexicana. Articulista de SDP noticias y colaborador de A los Cuatro Vientos.