Negligencia, corrupción y complicidad gubernamental consolidaron narcomenudeo en Ensenada
Desde hace al menos un año la Secretaría estatal de Seguridad Pública (SSPE), la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), el Ministerio Público Federal y el gobierno local conocen los nombres de quienes controlan el narcomenudeo en la zona sur del municipio de Ensenada, así como de quienes desde las esferas policiales, ministeriales y del ejército los protegen, pero poco o casi nada hicieron para terminar con esa situación que hoy escapó de sus manos.
Javier Cruz Aguirre / A los Cuatro Vientos / Foto: Síntesis TV
Ensenada, B.C., 5 de marzo del 2017.- De hecho, el comandante de la Policía en la delegación El Mármol, Sergio Enrique Echevarría Solís, no estaría hoy muerto si los tres niveles de gobierno hubieran profundizado en la información que presuntos ciudadanos del valle de San Quintín colocaron, en abril del año pasado, en tres sitios públicos de la colonia Lázaro Cárdenas.
En tres mantas que instalaron en la cerca de una escuela secundaria y el kiosco de la delegación municipal de Lázaro Cárdenas, los informantes denunciaron públicamente con nombre y apodo a los presuntos líderes de las bandas delincuenciales que buscan o tienen el control del narcomenudeo en la zona rural sureña y la ciudad de Ensenada, así como de servidores públicos que desde el gobierno trabajan con ellos y los protegen.
Policías municipales molestos con la muerte de Echevarría Solís y que solicitaron anonimato, no dudaron en manifestar: “Quienes mataron al comandante en realidad iban por Ulises Ceballos, ex comandante de seguridad pública en la delegación de San Quintín –en el gobierno del profesor Gilberto Hirata Chico- y uno de los que se incluyeron en las mantas como uno de los policías (municipales) que protege a conocidos delincuentes del valle de San Quintín”.
Las mantas que aparecieron entre el 19 y 22 de abril del año pasado, las retiraron policías municipales quienes las entregaron a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado. Esta dependencia las remitió a su vez a la PGJE en Ensenada, entonces a cargo del subprocurador Marco Chavarría López –hoy presunto asesor en materia de seguridad del presidente Marco Antonio Novelo- para que el Ministerio Público del Fuero Común las remitiera al área de Narcomenudeo.
En aquel instante, el licenciado Chavarría declaró a la prensa local: “Lo anterior (la entrega de las mantas para su presunta canalización a la Policía Estatal Preventiva), lo hicimos con el propósito de que se tomen en cuenta los datos que se establecen en dicha lona, así como la denuncia ciudadana que se hace respectivamente hacia las personas que se señalan en este momento”.
¿Qué decían las mantas? La publicación en redes sociales de las fotografías que se tomaron de ellas permite reproducir parte de su contenido, con pleno apego a su ortografía, puntuación y sintaxis:

Una de las mantas que hace un año conmocionaron a la población del valle de San Quintín (Facebook).
“Señores autoridades estamos artos de tantos robos muertes y vendedrogas detienen adictos y los presentan como vendedrogas cuando los vendedores asesinos andan libres y los proteje las policías y MPF de San Quintín el pueblo los tenemos ubicados y la policía no que casualidad los vendedores asesinos son El Gallo – Lalo Peña – Dominic – Los Oaxacos – El Mirrin – El Chupon – Cain – El Yogur – Victor Ramos – Richard – Yiyo – Tortugas – Indio – Los Pachecos de Colonet – El Pollo – Mono – Los Cuates – el yorch de la antena – Tino – Pecas – Polillo – Villa Herrera – Carlos de los lentes – Ricardo o Richard El Carpintero – Jesus Leon alias el de los lentes él se dice protegido por un mando del Ejército mexicano y la policía municipal estos estan protegidos por los policías El Cacariso compadre de Franky Nalo Chavez Fabian Ochoa El Surdo Magaña Vargas Ulises Ceballos El Orejo en el decide y una madrina llamado Rafa de la Guerrero que el recoje la cuota para el ministerio público estatal el MPF los suelta o arregla papeles para que salgan en los juzgados Atentamente el pueblo arto de corrupcion”.
A los 4 Vientos, en diversas ocasiones y desde hace al menos ocho años, ha dado información de cómo las delegaciones del sur del municipio de Ensenada, principalmente Bahía de Los Ángeles, la parte sur de Puertecitos, Villa Jesús María, además de todo el valle de San Quintín e incluso el poblado de Guerrero Negro, Baja California Sur, se convirtieron en centros de operación para el tráfico y venta de droga al menudeo en manos de grupos afines a los cárteles del Pacífico, los Arellano Félix y Guadalajara Nueva Generación.
Delegados municipales de aquella región rural denunciaron que el problema se comunicó reiteradamente a las tres instancias de gobierno, que los policías preventivos del estado y el municipio no podían contener el tráfico de mariguana y “cristal” que se vendía sin problemas en las localidades rurales, carentes de todo para enfrentar el problema, y que los jóvenes eran las principales víctimas del narcomenudeo, sea como consumidores adictos o miembros de las bandas que proliferaron sin contención oficial alguna.
Medios como el Semanario Zeta informaron en abril de 2016 que de acuerdo “con los grupos de inteligencia del Consejo Estatal de Seguridad”, cinco de las personas que se citaron en las mantas tenían antecedentes.
1.- De Eulalio Alejo Peña Gutiérrez, que formaba parte del organigrama del Cártel de Sinaloa: “lo relacionan con el aseguramiento de armas largas ejecutado por la Policía Estatal Preventiva en diciembre de 2015 en la zona de Colonet”.
2.- De Jersain Peña Gutiérrez El Jersa, presunto hermano de Eulalio Alejo: “lo ejecutaron a balazos principios del año pasado (2015)”.

Escenas que se han hecho comunes en todo el valle de San Quintín (Facebook)
3.- De El Chapo León: “estaba ligado con actividades de tráfico de drogas, mariscos y recientemente con el control de algunas tiendas de droga al sur de San Quintín”.
4.- Y de Ricardo o Richard El Carpintero, y Carlos (el) de los Lentes: “fueron capturados por elementos de la PEP el 19 de abril de 2016. Se dedican a distribuir narcóticos en la zona de San Quintín”.
Los policías preventivos que platicaron con A los 4 Vientos indicaron que a Ulises Ceballos lo impuso como comandante de la policía municipal en la delegación de San Quintín, el subdirector operativo de la Dirección de Seguridad Pública del XXI Ayuntamiento de Ensenada, José Juan González Martínez, quien pese a tener información de agentes destacados en el valle agrícola que acusaban a su recomendado de cometer diversos actos ilegales, lo sostuvo en el cargo.
También que Ceballos, al iniciar el gobierno de Novelo Osuna, quedó fuera de la comandancia y se le asignó como policía en la delegación El Rosario, distante 60 kilómetros al sur de San Quintín.
Contaron las fuentes: “A principios de enero de este año altos mandos del 67 Batallón de Infantería de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) -con sede en Lázaro Cárdenas, valle de San Quintín-, platicaron con el nuevo director de Seguridad Pública (Emilio Camarena Castillo) y le pidieron que retirara a Ulises Ceballos de El Rosario, que no lo querían ahí. Lo que pasó es que Ulises salió de la delegación y lo mandaron a las delegaciones más al sur: Bahía de Los ángeles y Punta Prieta (casi 200 kilómetros al sur de San Quintín)”.
Revelaron que fue en ese ambiente que se dio el asesinato del comandante Echevarría Solís.
“Varios de los policías que trabajan en el sur del municipio se ponen de acuerdo para ir y regresar juntos las delegaciones para atender sus turnos de trabajo. Esto lo hacen para ahorrar en gastos”.

El automóvil del ex comandante de San Quintín Ulises Ceballos, luego del atentado en donde perdió la vida Enrique Echeverría Solís (Cortesía)
Así, agregaron los agentes, Ceballos usaba su vehículo –un automóvil marca Toyota- y pasaba por el comandante Echeverría y el agente Galhed Hazen Angulo Leyva, que trabaja en la delegación Bahía de Los ángeles.
El 29 de marzo, día del atentado, Ulises Ceballos manejaba, Angulo era copiloto y Enrique Echeverría iba en el asiento de atrás. El primero recibió un disparo en el hombro, el segundo un tiro en la mano y un rozón de bala en el cráneo, y el tercer murió después víctima de las balas que recibió.
“Es muy irresponsable que los mandos de la policía, conociendo el historial de malos elementos, en lugar de sacarlos de la corporación los sostengan y sólo los manden al sur del municipio como castigo. Esto ha pasado siempre y ahora vemos las consecuencias”, concluyeron los agentes consultados por A los 4 Vientos.
Actualmente, pocos conocen en la Dirección de Seguridad Pública municipal el paradero de Ulises Ceballos luego de que éste salió del hospital local donde recibió atención médica. Sin embargo, parece que al fin el gobierno estatal ha puesto los ojos en él.
El martes 4 de abril, en una reunión con representantes del sector patronal de Ensenada, el secretario de Seguridad Pública del Estado, Daniel de la Rosa Anaya, denunció sin ofrecer datos concretos de su dicho, que policías municipales de la zona sur de Ensenada “pudieran estar vinculados con grupos de delincuencia organizada”.
El funcionario estatal, a quien la Organización Diplomática Internacional de Derechos Humanos (ODIDH) acusa de ser “un delincuente” que al amparo del poder estatal comete toda clase de abusos contra la población de Baja California y por ello pidió a la Secretaría de Gobernación que lo investigue y sancione, reflexionó que la policía municipal puede demostrar su eficiencia no teniendo vínculos con la delincuencia.
Pero que en el caso de Ensenada, expresó, “por ahí sí hay algunas situaciones, estoy hablando sobre todo en el sur, donde se presentan algunos casos de vinculación, pues luego los delincuentes se las cobran a determinado integrante de la autoridad”.

El secretario de Seguridad Pública de Baja California, Daniel de la Rosa (Foto. Diario La Crónica).
Justificó la ausencia en la región sur de Ensenada de la Policía Estatal Preventiva (PEP), la encargada de combatir el narcomenudeo en el estado pero hoy acusada por el presidente de la ODIDH, Ivan Martin del Campo Ribeling, de ser “el brazo violento y ejecutor” de Daniel de la Rosa, diciendo que ésta trabaja masivamente en Tijuana porque ahí también “se presenta un repunte en los delitos de alto impacto”.
Sin embargo, la violencia y la inseguridad en Ensenada, tal y como ocurre hoy en todo el estado, va a la alza desde 2016, año en el que se registró la cifra récord de 68 homicidios dolosos, mientras que en los primeros tres meses de 2017 repuntó con 41 muertes violentas, 22 de las cuales ocurrieron en la zona rural del municipio.
Es por eso que el presidente municipal Marco Antonio Novelo anunció este día, en la cuarta reunión del Grupo de Coordinación Interinstitucional Ensenada, que su gobierno, el poder ejecutivo estatal y el gobierno federal acordaron “cerrar filas con el claro objetivo de salvaguardar la integridad de la población” y combatir de manera conjunta a quienes “operan al margen de la ley”.
Dijo: “Los ensenadenses nos sentimos lastimados por los hechos que han manchado a nuestro municipio, pero trabajando de la mano en los temas que a cada instancia de gobierno nos corresponde alcanzaremos el objetivo que tenemos común, lograr el bienestar de la población”.
Y anunció que para “dar tiros de precisión”, específicamente en las colonias con mayor incidencia de casos e inseguridad y violencia, en la reunión se acordó “ejecutar operativos conjuntos aleatorios durante el día y la noche, aunado a que las fuerzas federales se sumarán a la vigilancia de las zonas conflictivas”.
Del conocimiento previo que los tres niveles de gobierno tuvieron del problema que hoy presuntamente tanto les preocupa, ninguno de los presentes en la junta de coordinación, ni antes el secretario Daniel de la Rosa, dijeron una palabra.