MORENA en peligro

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La crisis en MORENA parece no tener fin ni remedio.

Aldo Fabián Hernández Solís/ Rebelión

El partido que llevó a AMLO a la presidencia es hoy un lastre para la 4T. Enfrascado en conflictos internos, el partido no asume ningún papel ideológico, de movilización o de organización popular. Hoy más que nunca está muy lejos de ser “un instrumento del pueblo de México”.

Las disputas sin tregua entre grupos y liderazgos tienen como centro de conflicto el control del aparato rumbo a las elecciones del 2021 y 2024. Las elecciones no son espacio para definir proyecto, agendas y movilizar consciencias, son fundamentalmente oportunidades para ocupar cargos y espacios de poder.

Los oportunistas a los que se les invitó a ser candidatos en 2018 hoy son un grupo importante dentro de MORENA, políticos tradicionales formados en la corrupción política.

Mario Delgado, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, aspira a a presidencia nacional del partido, aquí junto a Yeidckol Polevnsky, expresidenta de Morena. Foto: Adolfo Vladimir/Cuartoscuro

El clientelismo y el grupismo que siempre ha estado presente en MORENA han echado raíces con el tiempo. Con ello se ha desdibujado ideológicamente el partido. Los documentos ideológicos de MORENA se encuentran como piezas de museo que se empolvan.

Bertha Luján, presidenta del Consejo Nacional de Morena, busca la presidencia del Partido y hace un llamado a la militancia a participar activamente para rescatar a Morena para la 4T. Foto: internet

La vida política del partido se ha vaciado de contenido, hoy la disputa es entre personajes que compiten por la dirección del partido. No se discute nada, no se hacen proyectos, no se impulsan agendas políticas, solamente se pelea por el poder, como cualquier partido electorero.

Los militantes de base mientras son espectadores, asistentes a cursos de formación política o simpatizantes de algún liderazgo, pero su incidencia partidista es nula. El partido es un cascaron que no decide nada, que no construye su agenda legislativa, ni proyectos de gobierno, vaya ni candidatos y tristemente ahora ni a su dirigencia. Hay una incapacidad total del partido, una inoperancia que raya en traición.

La autocrítica en este momento es fundamental para revertir la debacle partidista, reconocer que no se ha hecho lo suficiente, que se ha fallado. La salida fácil es acusar a un grupo o liderazgo de traición, pero eso no resuelve nada. El problema es más profundo, es de cultura política, de construcción institucional y de relaciones de poder dentro de MORENA.

Gibrán Ramírez Reyes, profesor de investigación política en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y secretario general con licencia de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social, anunció su decisión de inscribirse como aspirante a la presidencia nacional de Morena. Foto: Internet

El partido está en peligro de destruirse como alternativa e instrumento de lucha del pueblo, convirtiéndose en un partido electorero que gane elecciones por el arrastre de AMLO, pero que no ayude a trasformar la realidad social.

Rescatar a MORENA es el gran reto de sus mejores militantes, pasa por rebelarse de los liderazgos partidistas que hoy tienen al partido en crisis. Una tarea urgente que se tiene que hacer a la par de la defensa del proyecto y proceso de transformación de la 4T, atacado por la derecha y grupos de interés cuya meta es la restauración neoliberal.

Fuente: https://rebelion.org/morena-en-peligro/

Aldo Fabián Hernández Solís:   Maestro en Estudios Políticos y Sociales por la UNAM, licenciado en sociología por la UNAM, profesor de asignatura en la UACM y actualmente doctorante en sociología


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