Modus operandi del gánster académico: Universidad, ¿extensión del escenario político?

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En días pasados, leí con mucho interés el artículo del Dr. Luis Porter titulado: “Gánster académico: la universidad secuestrada” que describe, de manera genérica, un nuevo problema de delincuencia organizada que ocurre, desafortunadamente, en el seno de algunas universidades mexicanas. 

Leonel Cota Araiza* / Observatorio Académico Universitario

 El fenómeno lo enmarca dentro de lo que denomina la “sociedad de control” y la descripción del fenómeno nos lleva a la comparación con lo que está sucediendo en la UABC.

Los delincuentes al llegar a un nivel reconocido de su maldad, intentan imprimir un sello característico a sus actos y los estudiosos de esta materia lo denominan “modus operandi”.  Si se intenta un análisis de los cambios ocurridos en la UABC a partir de la anómala y accidentada elección del actual rector, nos lleva a identificar algunos rasgos característicos de acciones y actitudes que podrían calificarse como “modus operandi” del grupo que mantiene el control de la institución, en el sentido en que lo menciona el Dr. Porter.

Los primeros pasos se dieron al interior de la Junta de Gobierno, y el primer intento de control fue tratar de imponer el grupo de candidatos finalistas que competían por la rectoría. Esto ahondó la polarización de la Junta y evitó, en ese momento, cualquier solución consensuada, se traicionó el espíritu de la auscultación y por lo tanto, al espíritu universitario del proceso. El proceso se llevó al campo de la política y a quienes se opusieron a dicha imposición se les atacó en términos políticos, dentro y fuera de la institución.  Se difundieron rumores falsos de una supuesta afiliación con políticos nefastos.

Así pues, el modus operandi de quienes transgreden la convivencia universitaria es trastocar la discusión de ideas y razonamientos centrados en la problemática académica, por tácticas típicas de la lucha por el poder político. Para ellos, la universidad es una extensión del escenario político. En ese momento se rompe con el concepto de universidad y se pierden de vista sus fines académicos.

Como aspecto central del modus operandi, la organización que busca el control, aprovecha cualquier resquicio que encuentran en la interpretación de la legislación universitaria, para maquinar operaciones de alto valor para sus propósitos. Se proclaman falacias legaloides como suponer que un encargado del despacho de la rectoría lo puede ser indefinidamente.  Así también, afirman e intentan justificar que no hay conflicto de interés cuando un funcionario del gobierno del estado, a nivel de gabinete, es también miembro de la Junta de Gobierno. Porter lo describe así: “desde la complicidad, el habilidoso manejo de la legislación, el subterfugio, la influencia, la presión, el oportunismo, en suma, la manipulación”.

Como consecuencia de lo anterior y habiendo dado los primeros pasos ante una comunidad universitaria atónita y sin respuesta, se dieron los siguientes con mayor firmeza y hasta descaro. El encargado del despacho de la rectoría, que a la vez era el candidato a rector de la organización de control, nombró vicerrectores sin tener la facultad para hacerlo. Después, aprovechando el control pre-establecido sobre el Consejo Universitario, procedió a instrumentar el cambio indispensable en la Junta de Gobierno que aseguraría se le nombrara rector unos días después. Se terminó así, abruptamente, con la “sesión permanente” acordada en la Junta de Gobierno.

CENSURA UABC TAIBOAl violar las leyes desde un puesto de autoridad, se aprovecha la superioridad del puesto y el poder de represión contra los críticos y resulta muy difícil que los subordinados puedan protestar. Porter nos aclara: “tal como ocurre en el contorno político del país que le sirve de modelo e inspiración”. Esta es una característica fundamental del modus operandi en la UABC.

En este esquema, quien realiza las acciones riesgosas, porque rayan en lo ilegal, no es el jefe de la banda, son otros. Elmodus operandi es pues: tirar la piedra y esconder la mano. Sin embargo, como dice Porter: se trata de un “personaje cuya investidura no lo cubre como para disimular su verdadera identidad de gánster académico”.

Otro elemento indispensable y distintivo en el modus operandi es la conformación del “equipo” requerido por el maníaco del control o “gánster académico” como lo refiere Porter. El “gánster” se rodea de personas mediocres, oportunistas y serviles que piensan en su recompensa al corto plazo. Al mismo tiempo y en aparente contradicción con el perfil anterior, son ambiciosos, prepotentes y sin escrúpulos con las personas subordinadas a ellos. Esta estrategia es muy común en personajes que operan en las esferas del poder político y burocracia que le acompaña.

Esta forma de organización es, desde luego, incongruente con una universidad, si la concebimos como una comunidad de individuos pensantes en una estructura colegiada, en donde son, o deberían ser, corresponsables del destino de la institución. La “sociedad de control” constituye la antítesis de la universidad y se parece más al mundo que nos dibujó George Orwell en su novela “1984” en donde la expresión: “Big Brother is watching you” se convirtió en la peor amenaza para el mundo del futuro. Desde luego que Big Brother coloca a parientes y amigos muy cercanos en puestos clave para sus fines. De esta manera se construye una red de incondicionales que trabaja para sus propósitos personales. Porter lo describe como: “la universidad secuestrada por esos personajes cuyo afán de dominio la fracturan en grupos de interés, cuyo mapa se dibuja en términos políticos de poder”.

La notoria actividad de operadores de bajo nivel, oportunistas que a cambio de su sumisión, esperan ubicarse en posiciones de alto valor burocrático con beneficios económicos al corto y mediano plazo, es otro rasgo característico del modus operandi de la organización.  Desde luego, se les garantiza impunidad por sus acciones, a menos que cometan errores por iniciativa propia lo que los llevará fuera de la organización y a pagar por sí mismos los actos delictivos cometidos por sus superiores.

La rescisión de la relación laboral del Maestro Daniel Solorio Ramírez, se encuadra en este mundo raro tipo “1984”, en un ambiente muy ajeno a lo académico, en donde operan fuerzas cuyo objetivo, según Porter es: “de silenciar y paralizar a la institución. Enclaves invisibles que se comportan como feudos. Espacios excluyentes al desafío o a la visión distinta que implique resistirse o disentir…la universidad ya no se divide en corrientes de opinión, en posiciones teóricas o en corrientes de pensamiento diversas”. Por eso es tan importante poner en evidencia a la organización que ha tomado el control de la universidad y denunciar, por todos los medios a nuestra disposición, las injusticias que cometen y los atentados a la esencia de la vida universitaria.

El panorama que nos presenta el Dr. Porter retrata, en muy alta definición, lo que transcurre en estos días en la UABC. Nos describe fielmente el modus operandi.  Aquí, ciertamente no se equivocó. Ojalá que en el contexto nacional el panorama sea otro, aunque las noticias que se reciben no son alentadoras.

* Leonel Cota Araiza es investigador del Centro de Nanociencias y Nanotecnología de la UNAM, Ensenada, Baja California.

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