Los narcotúneles en Baja California
En Baja California, como en ningún otro estado de la República Mexicana, el crimen organizado ha construido en 25 años la mayor cantidad de túneles clandestinos para el trasiego de drogas, con ingeniería sofisticada que asombra a las autoridades de ambos lados de la frontera.
Olga Alicia Aragón
Ensenada.- De 1990 a la fecha, corporaciones policiacas de México y de Estados Unidos encontraron al menos 184 pasadizos secretos en la frontera mexicana con California y Arizona.
La Agencia de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés) reveló el único dato oficial que se conoce: de 1990 a 2011 se descubrieron en la frontera 155 túneles, de los cuales 141 fueron detectados en la última década.
La Jornada Baja California constató, mediante una indagación de hemeroteca, que en los años subsecuentes hasta mayo de 2015, se encontraron otros 29 pasadizos ilegales en la frontera, por lo que serían al menos 184 túneles los que han sido detectados.
De acuerdo a un reporte federal de Estados Unidos de 2012, escribió Tamara Audi en The Wall Street Journal, en cuatro años la construcción de túneles ilegales aumentó en 80 por ciento.
Los narcotúneles fueron construidos principalmente por el cártel de Sinaloa que comanda Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien por segunda vez se fugó de una prisión de alta seguridad, en esta ocasión por un corredor subterráneo de 1.5 kilómetros de longitud, el más grande del crimen organizado.
La Agencia estadounidense destacó un hecho: la mitad de esos túneles se descubrieron entre 2007 y 2011.
ICE proporcionó su información a las periodistas Elízabeth Palacios y Eileen Truax, quienes en marzo de 2013 publicaron su reportaje “La ingeniería del delito” en la Revista Obras, del Grupo Expansión.
Una millonada bajo tierra
El costo promedio de los narcotúneles es de seis a ocho millones de pesos, sin incluir los bienes inmuebles que se tuvieron que comprar, estimó un ingeniero civil de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien radica en Ensenada y tiene experiencia como constructor de túneles profundos para la industria minera.
Las mafias criminales habrían gastado, a precios actuales, más de 3 mil millones de pesos en los pasadizos e inmuebles descubiertos por policías de ambos países.
Sin embargo, autoridades estadounidenses consideran que los túneles más sofisticados construidos en la frontera de Tijuana con San Diego, tienen un costo promedio de un millón de dólares.
Filiberto Enríquez Juárez, expresidente del Colegio de Ingenieros de Tijuana, declaró al respecto a la periodista Eileen Truax:
“Las personas que se dedican a eso abren tres túneles al mismo tiempo, y con uno que funcione pagan otros dos. Cuando del lado estadounidense aumentó la vigilancia, se dio un incremento en los túneles encontrados, pero al encontrar uno es porque hay dos más en proceso”.
Vicente Sánchez Munguía, investigador del Colegio de la Frontera Norte (Colef) en Tijuana, dijo en esa ocasión que los cárteles de la droga “hasta cierto punto son empresarios que buscan formas eficaces de realizar su tráfico ilegal. Cavar un túnel y hacer una obra de ingeniería sofisticada implica que tienen calculada la relación costo-beneficio, la rentabilidad”.
Sonia Xóchitl Ensaldo, ingeniera civil que desde hace diez años es supervisora de Obras en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cicese), comentó a La Jornada Baja California que construir esos túneles requiere estudios especializados, entre otros, de resistencia de suelo “para saber cada cuánto se debe reforzar la excavación y determinar si el reforzamiento debe ser con puntales o se necesitan vigas de acero”
Y el ingeniero de la UNAM, quien pidió omitir su nombre, agregó:
“La magnitud de esos proyectos hace necesaria la participación de expertos en la materia: ingenieros civiles, geólogos, topógrafos, operadores de maquinaria, choferes, oficiales de la obra y peones, tal vez 10 a 12 personas por jornada, entre expertos y trabajadores directos en el túnel”.
Más profundo, menos ruidoso
La profundidad de los pasadizos ilegales, principalmente en Tijuana y Mexicali, es de siete a diez metros, pero algunos rebasan los 20 metros de fondo.
“Se excava a esa profundidad, por razones técnicas y por cautela”, explicó el ingeniero de la UNAM, “porque es muy importante evitar instalaciones existentes como drenajes, red de agua potable, cárcamos de bombeo, cisternas e incluso sótanos de edificios. Por otra parte, a mayor profundidad mayor temperatura, pero también menor vibración y ruido”, y esto último es fundamental para quien trabaja en el clandestinaje.
“Es fácil evitar los ruidos a esas profundidades. Lo más ruidoso ha de ser la operación de carga de camiones y la máquina generadora de electricidad”, comentó.
Sonia Ensaldo, supervisora de Obras en el Cicese, opina que para deshacerse de la tierra sin llamar la atención, quizá utilicen cocheras cerradas y van sacando la tierra en pickup. Sin embargo, dijo, eso es muy tardado y una pick up tiene capacidad de 2 metros cúbicos de tierra, por lo que tendrían que utilizar 825 camionetas o viajes.
Los túneles seguramente se realizan con entrada en México y salida en el territorio estadounidense, eso significa que toda la tierra se extrae en México, observó Ensaldo Rentería convencida de que en nuestro país “hay menos control en cuanto al problema de dónde dejar la tierra y en general controlan menos las obras que en Estados Unidos”.
Y es que las mafias criminales construyen túneles en pleno corazón de las ciudades.
El 5 de enero de 2013, agentes policiacos y elementos del Ejército Mexicano descubrieron un narcotúnel inconcluso que ya tenía aire acondicionado, iluminación y recubrimiento de cemento, ubicado en la calle Madero del centro histórico de Mexicali, a 300 metros de la línea fronteriza. La entrada del túnel estaba en un local comercial, sus dimensiones eran de 30 metros por 10 de profundidad, 1.5 de alto y 50 centímetros de ancho.
La frontera perforada
La mayor parte de los narcotúneles se ubica en la frontera de Tijuana con San Diego, California.
De menor dimensión, pero muchos de estos conductos (de 200 a 800 metros de longitud, 80 centímetros de ancho y ocho a 25 metros de fondo), son similares al túnel por donde se fugó “El Chapo” el pasado 11 de julio.
Mesa de Otay, en áreas cercanas al aeropuerto internacional hasta la colonia Nueva Tijuana, es donde han encontrado la mayor parte de los túneles clandestinos
En esa zona fronteriza, escribió Tamara Audi, la tierra es arcillosa y permite pasajes más largos y profundos. La presencia de bodegas ayuda a ocultar las salidas. Los túneles tienen más de 300 metros de extensión, fortalecidos con concreto o madera y equipados con sistemas de ventilación, teléfonos, alumbrado y, en algunos casos un sistema de riel eléctrico capaz de propulsar toneladas de marihuana por debajo de la frontera a unos 30 kilómetros por hora.
El 25 de noviembre de 2010, en el lado estadounidense, Otay Mesa, descubrieron un túnel de 750 metros de extensión entre Tijuana y San Diego, con 15 metros de profundidad, sistema de iluminación y ventilación, elevadores y rieles eléctricos. Al año siguiente la Policía Fronteriza descubrió en la misma zona otro túnel, este de 615 metros de longitud y 25 de profundidad, igualmente equipado. En uno encontraron 22 toneladas de mariguana y 34 toneladas en el otro.
En el lado mexicano, los narcotúneles se ubicaban en las avenidas López Portillo Oriente y Poniente, a espaldas de una escuela primaria de la colonia Nueva Tijuana.
¿Narcotúneles?
En México no hay dependencia alguna que tenga un registro oficial de túneles descubiertos a lo largo de casi tres décadas, mismos que se usan para trasiego de drogas y tráfico de personas y de armas, revelaron fuentes de la Subprocuraduría de Justicia del Estado y de la sub delegación de la PGR en Ensenada.
Oficialmente ese dato no existe, dijeron.
El Instituto Federal de Transparencia y Acceso a la Información (Ifai) hace dos años instruyó a la PGR para que informe sobre la situación de los narcotúneles localizados por el Ejército Mexicano en la frontera con Estados Unidos y la droga hallada en ellos en el periodo de 1990 hasta abril de 2013.
Jacqueline Peschard, presidenta del Ifai del 2009 al 2014, dijo que el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia Organizada (Cenapi), no proporcionó las cifras requeridas. Solo se conoce un informe de la Sedena sobre la detección de 33 narcotúneles.
En el condado de San Diego, la policía ha detenido a 18 personas involucradas en la construcción y uso de los túneles del narcotráfico, informó ICE.
En México, hasta enero de 2013 la PGR no tenía un registro de las detenciones de personas tras asegurar narcotúneles, según oficio SJAI/DGAJ/854/2013 entregado a la Revista Obras.
El primer túnel del Chapo
El primer pasadizo usado en el trasiego de droga, descubierto por autoridades estadounidenses el 11 de mayo de 1990, fue construido por el arquitecto Felipe de Jesús Corona Verbera, contratado por “El Chapo” en 1987, según consta en el expediente 06-10538 del Circuito 9° de la Corte de Apelaciones de Estados Unidos.
El túnel, de 61 metros de longitud, conectaba una casa en Agua Prieta, Sonora con una bodega en Douglas, Arizona. La casa resultó ser propiedad de Francisco Camarena Macías, abogado de Guzmán Loera.
En el expediente se describe el hallazgo:
En la residencia de Camarena, 20 policías entraron a la sala de juegos y encontraron debajo de una mesa de billar una estructura de cemento de 3 x 3 metros. Un agente giró un grifo enclavado en el suelo y de repente el piso se elevó con todo y la mesa de billar, como una plataforma hidráulica de un taller mecánico. Descubrieron en la boca del túnel una escalera metálica que conducía hacia un pasadizo forrado de hormigón, tenía rieles, un carro de minero, instalaciones eléctricas, compresor de aire, un sistema de poleas como ascensor y tubería para drenar el agua.
“¡Es una obra maestra!”, exclamó el ex agente de aduanas Terry Kirkpatrick, quien participó en el operativo. “Ninguno de nosotros pensó que este iba a ser el futuro del contrabando de drogas” diría años después a las reportera Eileen.
De inmediato se giró una orden de aprehensión contra Corona, pero fue arrestado hasta enero de 2003 y extraditado a Estados Unidos. A la fecha se encuentra en una cárcel de Tucson, Arizona, purgando una condena de 18 años de prisión.
Un cuarto de siglo después
Al conocer las características técnicas del primer pasadizo secreto, el especialista en túneles mineros observó que la ingeniería es similar a la utilizada en el túnel por donde se fugó El Chapo de su celda del Altiplano para salir a una casa en obra negra, ubicada a 500 metros del cuartel del Octavo Regimiento Motorizado que comanda el general David Enrique Velarde Singüenza, responsable de la seguridad perimetral del reclusorio.
También se asemeja, dijo, al sistema de túneles descrito por la PGR cuando Guzmán Loera se les escapó por una red de túneles a la que se accedía con un sistema hidráulico que elevaba una bañera.
– ¿Qué tipo de maquinaria se requiere para construir estos túneles en condiciones de sigilo?
“Por lo que veo no es maquinaria ni equipo convencional, ya que debían evitar vibración y ruido, más bien se trata de una excavadora tipo rotaria, montada sobre rieles, tal vez de 10 pulgadas de diámetro con alimentación eléctrica”, dijo el ingeniero.
Laura Duffy, procuradora federal de California, había informado en 2012 al Congreso de Estados Unidos:
“Los cárteles están adquiriendo equipos de alta tecnología capaz de cortar metal y hormigón, a un costo tan alto de 50 mil y 75 mil dólares”
El ingeniero agregó:
“Requieren un generador eléctrico alimentado con diesel, pues el equipo de trabajo demanda mucha energía por la caída de tensión debido a la longitud del proyecto, tal vez alguno de 75 kilowats; además, requieren iluminación para trabajar los tres turnos, y debieron insular los muros para evitar el ruido del generador e instalar alguna chimenea para sacar los gases de la combustión.”
En cuanto a los elevadores mecánicos encontrados en varios túneles, dijo que suficiente con utilizar alguna plataforma elevada con poleas y cables, trabajo que un buen soldador puede realizar fácilmente.
–¿Cómo “desaparecen” la tierra extraída?
“La extracción debió ser muy sigilosa. El túnel de la fuga de El Chapo, nos han dicho, mide en promedio 1.7 metros de alto, por 0.80 de ancho y 1,500 metros de longitud, esto da un total de 2 mil 750 metros cúbicos, incluyendo el factor de abundamiento (volumen en que aumenta la tierra una vez descompactada) y los accesos verticales. Retirando este material en camiones de 7 metros cúbicos da la cantidad de 400 camiones”.
“No es fácil desaparecer este volumen de tierra, depende de la habilidad de los operarios para mover este material, en eso no sé qué decir”, concluyó.
En el caso del túnel de la fuga, la versión oficial es que desparramaron la tierra extraída en el terreno bardeado de la casa en construcción. Falta demostrarlo. Otro dilema es cómo “desaparecen” enormes volúmenes de tierra en la construcción de túneles clandestinos en zonas céntricas de las ciudades.
En cuanto a la fuga de El Chapo, dijo, los ingenieros de la obra debieron contar con datos esenciales como las coordenadas satelitales de posicionamiento, para no fallar con el trazo. Un grado de error en esa distancia implica al final varios metros de falla ¡Qué pasaría si salen en otra celda!
¿Cómo diablos le hacen?

Agentes de Migración de los Estados Unidos y un robot que transporta droga en un narcotunel (Foto: Info Nogales).
Tim Durst, agente especial de la ICE que dirige a un equipo dedicado a la detección de túneles, comentó a Tamara Audi, “si El Chapo Guzmán tiene un ingeniero que construye túneles muy buenos, protegerá ese activo, es el elemento más importante que tiene”.
Las autoridades están perplejas sobre cómo los ingenieros logran ser tan precisos en la construcción de un túnel para que salga en el punto correcto en Estados Unidos, escribió la reportera. A Durst le intriga cómo se las ingenian sin un dispositivo de posicionamiento global, que no funcionaría en el subsuelo.
“Hay demasiadas interrogantes”, respondió el agente especial. “¿Cuáles son sus técnicas? ¿Cómo diablos construyen estas cosas tan bien?”
Jesús Murillo Karam, cuando era procurador General de la República, explicó la causa del fracaso de la “Operación Gárgola”, operativo de la Secretaría de la Marina efectuado el 17 de febrero para capturar al Chapo Guzmán, cinco días antes de que finalmente lograran aprehenderlo en un condómino de Mazatlán, acompañado de su esposa Emma Coronel y sus hijas gemelas.
“Uno de los domicilios donde se estableció que podría estar el Chapo Guzmán, estaba conectado por medio de túneles con siete casas, utilizando también el propio drenaje de la ciudad”, dijo Murillo.
Así logró huir, usando la red de túneles conectados con el drenaje de Culiacán. Salió por una alcantarilla, justo en el kilómetro 24 de la carretera a Mazatlán.
Bajacaliforniano, el Señor Supertúnel
Tras la captura de Corona Verbera, constructor de su primer túnel, Joaquín Guzmán contrató al ingeniero José Sánchez Villalobos, quien realizó los más grandes y sofisticados túneles del crimen organizado.
Sánchez Villalobos “El Quirino”, originario de Baja California, operó para el cártel de Sinaloa en su estado natal y en Jalisco.
A petición de la Procuraduría Federal de San Diego, fue arrestado por el Ejército Mexicano el 15 de enero de 2012. Estados Unidos pidió su extradición, le imputa 13 cargos por los dos túneles de Otay donde encontraron 54 toneladas de mariguana en 2010. Lo acusa no solo de traficar drogas, sino cobrar renta a otros grupos que pasaron estupefaciente a Estados Unidos por los túneles que construyó.