¿Los científicos y los centros públicos de investigación deben transitar en el mercado empresarial? El debate en el CICESE

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La disposición federal de que ningún servidor público puede ganar más que el presidente, el “forcejeo” entre desarrollar ciencia básica o aplicada, así como impedimentos internos para la transferencia tecnológica, han abierto un debate en torno a cuál debe ser el objetivo central de la ciencia y la tecnología en México.

 

4 Vientos / Todos@Cicese

Foto destacada: ¿Es la alternativa de desarrollo científico y tecnológico para un país como México? (Facebook).

 

Ensenada, B.C., México, viernes 2 de septiembre de 2022.- Se trata de orientar los objetivos y el trabajo en los centros públicos de investigación en México, donde actualmente los científicos suelen enfrentarse a una disyuntiva: enfocar sus esfuerzos para alcanzar los más altos niveles de reconocimiento en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) o aplicar el conocimiento generado para resolver problemas específicos y así incursionar en el mercado mediante una empresa de base tecnológica (“Spin off”).

La polémica la alentó el Doctor Alexei Licea Navarro, director de Impulso a la Innovación y Desarrollo del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), dependiente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), al participar en el Primer Foro internacional de Economía y Crecimiento Azul respecto a la creación de spin offs en una institución educativa.

Primero, definió la “spin off” como una empresa que nace en los centros de investigación y universidades de manos de los propios investigadores –sufragados por el erario, en el caso del CICESE-, con el fin de transformar los resultados, desarrollo, innovación y conocimientos obtenidos en algún proyecto previo, en productos y tecnologías de altor valor añadido, en un desarrollo 100 por ciento empresarial.

Después, el ponente dijo que, en aras de incentivar la creación de spin offs, entre 2014 y 2018 (sexenio del priista Enrique Peña Nieto) el Centro realizó adecuaciones en su política tecnológica.

 

“Básicamente, modificaciones en el Estatuto del Personal Académico para reconocer y motivar estas actividades; convenir la participación de estudiantes del CICESE y pagarles regalías (previo convenio) y revalorar los puntos académicos de una patente”.

 

¿Usar dinero público para negocios privados? (Facebook)

 

Ello porque las opciones de transferencia a una empresa posibilitaban un pago por adelantado cuando se realiza la transferencia y regalías bajas; no pagar por adelantado, pero dar privilegios altos; o bien, no otorgar regalías sino realizar un pago alto por la tecnología.

No obstante, destacó, “a partir de la presente administración federal, el pago de regalías puede verse afectado por lo establecido en el artículo 9 de la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, que en síntesis dice que ningún servidor público puede ganar más que el presidente de México”.

A ello sumó el contexto nacional que incluye impedimentos internos para la transferencia tecnológica, los cuales enlistó:

 

“Falta de visión global de la institución y de comunicación efectiva; publicación de las tesis en la biblioteca en donde se expone todo el know how (saber cómo) del desarrollo; no hablar el mismo idioma entre personal de PI (sic) y la academia; ciencia básica vs ciencia aplicada; cambios en la administración; bolsa para el pago de trámites de PI; el investigador no da la información por miedo al robo, ´no deja madurar al bebé´”.

 

Aun así, el modelo empresarial de desarrollo científico y tecnológico impuesto en el centro público generó en la investigación básica y aplicada en biotecnología marina e innovación biomédica, en donde trabajan 14 académicos, 61 artículos científicos, siete patentes (5 aceptadas, 2 en proceso), dos “spin offs”, y el desarrollo de proyectos tecnológicos con cuatro empresas: Laboratorios Silanes, GenWay, Unima y Biosunvex.

 

El doctor Licea, durante su exposición (Cortesía).

 

Los paquetes tecnológicos transferidos a la industria incluyeron bibliotecas de anticuerpos inmunizados, bibliotecas sintéticas de vNAR y anticuerpos de tiburón para el tratamiento de cáncer en mascotas.

Igualmente, desde el año 2000, el Centro trabaja en el aislamiento de proteínas con actividad biológica que han producido anticitocinas, detectado péptidos con actividad neurológica, realizado pruebas de diagnóstico de tuberculosis (humana y bovina), y fármacos para diabetes tipo II, tuberculosis, cáncer y dolor.

Respecto a la empresa de base tecnológica emanada del CICESE –NovaProteins, creada en 2018-, los términos de transferencia fueron claros:

 

“No hubo pago por adelantado; no se pagaron regalías durante el primer año para permitir a la empresa capitalizarse; se pagaron regalías de 1.5% durante 2019 y 2020; y se pagarán regalías de 4% durante los siguientes 18 años”.

 

Otra opción –indicó- es vender Novaproteins a una empresa más grande, previa valuación de la tecnología y pago total al CICESE por los millones de pesos que arroje la valuación tecnológica.

Concluyó preguntando: ¿Es viable que un investigador dedique tiempo a la investigación y a una empresa que le genere un ingreso extra y recursos propios al centro de investigación? ¿Es posible, deseable, necesario transitar de la investigación a la transferencia tecnológica? ¿Es posible explorar ambos caminos en un centro público de investigación como el CICESE?

No aportó ninguna respuesta a sus interrogantes.

 


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