Las Reformas para la concentración de la riqueza

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El debate de la Reforma Energética ha entrado en una fase intensa. Las distintas posturas despliegan sus capacidades retóricas orientadas a sumar a su propuesta. En las Cámaras todo es agitación, deliberación, polémica. Los diarios colmados de notas a favor y en contra de la propuesta gubernamental, cumplen su labor informativa no sin dejar en la superficie de las páginas la tendencia ideológica que los identifica. Cada fracción parlamentaria lleva agua a su molino y cada legislador que sube a la tribuna y discute con vehemencia los argumentos de los pares. Cada legislador pretende demostrar el peso mayor de su propuesta. Fuera de los recintos parlamentarios se negocian acuerdos, se buscan coincidencias, pactan los adversarios. Las organizaciones laborales, las cámaras empresariales, las universidades se involucran en el tema y colocan sobre la mesa sus opiniones, sus puntos de vista y bordan profusamente en torno a sus argumentos. Entre tanto el pueblo impávido ve pasar ese torbellino con cierta resignación y como el público de las arenas de lucha libre, todo parece que la batalla es feroz, aunque todos saben que el acto es una vil pantomima. Al fin de cuentas podrá haber marchas, los líderes más dinámicos lanzarán improperios contra el gobierno o los partidos políticos, pero al final todo quedará en la memoria como una batalla épica que pasado mañana se olvidará, como la Reforma Laboral, como la Educativa, como la de Telecomunicaciones.

Alfonso Bullé Goyri/ A los Cuatro Vientos

       El forcejeo que despierta la Reforma Energética se centra en la idea de control del recurso por parte del Estado. Los adversarios a la postura oficial advierten que hay un deliberado intento por desnacionalizar el petróleo con los que los mexicanos perderían la oportunidad de construir un futuro mejor. Las izquierdas, de todos los matices, rotulan su discurso afirmando que es menester resguardar el petróleo y evitar el saqueo al que estamos acostumbrados, como el de la banca, la telefonía, las telecomunicaciones.

Es un tema complejo sin duda con una dosis importante de tecnicismos cuya comprensión requiere más que el siempre invocado sentido común. Sin embargo, más allá de todo este griterío y de sus complicaciones, el ciudadano común observa con suspicacia el debate porque intuye que al final del camino son los intereses de grupos los que prevalecen sobre el bien común. Es la experiencia de años, de decenas las que colocan al ciudadano en una actitud dubitativa e incrédula.

pedro aspe armella

Pedro Aspe Armella estratega junto con Carlos Salinas de Gortari de la reforma energética para privatizar el petróleo en beneficio propio.

Hace unos días circuló una información que de ser cierta pone los pelos de puntas. En efecto, de una manera por lo demás sospechosa resurge como salidos de su tumba una figura que en su momento abanderó la tradición neoliberal. En efecto, sale a escena el tutor del Secretario de Hacienda y del Director de PEMEX a quienes, se dice, maneja como una suerte marionetas buscando proteger de tal suerte los intereses de una minoría privilegiada. Así el titiritero con maestría pero a la sombra le imprime vida a los monigotes parlantes que por su propia naturaleza carecen de voluntad. De modo que, por los datos que circulan, se puede colegir que hay mala conciencia y un interés privado por encima del general de la nación.

Este personaje está involucrado en un negocio rentable, el gasoducto Los Ramones, donde circulan varios miles de millones de dólares. Es de comprenderse que si la reforma la aprueba el Congreso tal y como se ha bosquejado, se conformará uno de los saqueos más espectaculares de la historia reciente. Se señala a Pedro Aspe como la cabeza pensante que desde su consultoría redactó la propuesta de reforma energética formulada por el gobierno y que, por tanto, representa los intereses del sector social que concentra el 80 % de la riqueza nacional.

¿Cómo no sospechar del gobierno priísta y de sus defensores? ¿Cómo no desconfiar del grupo de privilegiados que disponen del país como si fuese su hacienda? ¿Cómo no temer cuando hay opiniones fundadas que señalan a la alta burocracia subordinada a intereses emboscados? ¿Cómo no dudar de un proyecto que recurre al mito cardenista para levantar una cortina de humo y así proceder con total impunidad?

México siempre vive una encrucijada punzante porque recurrentemente aparecen los emisarios del pasado, los que se sienten dueños y señores de la nación, los que reclaman la gran tajada que es la riqueza nacional. La ignorancia generalizada, la pobreza consuetudinaria, la injusticia proverbial, el oscurantismo religioso y la mala conciencia de unos pocos mantienen al país cercado, sin opciones de cambio, sin futuro. Estas terribles plagas son provocadas por una elite gobernante que manipula, que maniobra en la oscuridad, que controla todo lo controlable, que lanza ideas geniales cuyo objeto es concentrar más aún la riqueza con lo que se compromete futuro nacional.

alfonso-51*Alfonso Bulle Goyri. Escritor, editor y crítico de arte. Ha publicado en diversas revistas y periódicos nacionales. Actualmente trabaja en un libro de poemas.
Nota de la redacción de 4Vientos: La fotografía de portada es de Reporte Índigo, revista que el 5 de diciembre de 2012 publicó su análisis de la integración del gabinete de gobierno de Enrique Peña Nieto enfatizando que éste se encuentra dominado por “una triada de poder que tiene un mismo eje: Carlos Salinas de Gortari”
Reporte Índigo agregó:
“La trilogía la integran el ex presidente, su ex secretario de Hacienda, Pedro Aspe, y su alumno predilecto Luis Videgaray. (http://elcentronoticias.com/2012/12/05/el-gobierno-tras-el-gobierno/)
En el reportaje de investigación de su actual edición, ” Aún sin reforma ya hacen negocio”, Reporte Índigo señala que exfuncionarios del gobierno federal, relacionados con miembros del gabinete de la actual administración, participan en la mayor inversión privada que ha realizado Pemex:
“El gasoducto de Los Ramones es el proyecto que pone nombres y apellidos a los negocios que traerá la reforma energética”, señala Reporte Índigo. “Los nombres del director general de Pemex, Emilio Lozoya, y el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, se relacionan en una red que involucra a la principal constructora de Peña Nieto en el Estado de México, y al exsecretario salinista Pedro Aspe. Se trata de un proyecto de 3 mil 291 millones de dólares que servirá para comprar el gas natural que hoy produce Estados Unidos y más tarde, dicen sus promotores, para vender el gas que México produciría si se detona la industria del shale”. (http://www.reporteindigo.com/reporte/mexico/aun-sin-reforma-ya-hacen-negocio9

 

 


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