Las mujeres en la historia de ayer y de hoy
María de La Soledad Leona Vicario Fernández de San Salvador, conocida en la historia como Leona Vicario, decía con orgullo: “me llamo Leona y quiero vivir libre como una fiera” Las palabras de esta mujer, resumían el pensamiento y los ideales de todas las demás que querían y luchaban por la libertad. Unas participaron como soldaderas, otras como informantes, organizadoras de grupos rebeldes, como enfermeras, como proveedoras de armas y alimentos, como espías, como agitadoras. Todas eran el alma y la causa. El patriotismo y la pasión de la lucha insurgente.
Jesús Sosa Castro/ A los Cuatro Vientos
Doscientos tres años después, ¿dónde están el rostro y los ideales de estas heroínas? ¿Hay en la memoria colectiva de esta sociedad adormecida, triturada por la cultura de la frivolidad, el pundonor necesario para explicarse autocríticamente el involuntario olvido de estas mujeres? ¿Sabemos quiénes fueron y qué hicieron en la lucha por la independencia y la libertad? ¿O somos la nación de la pertinaz ausencia de memoria histórica y de una recurrente tendencia a desandar aquello por lo que el pueblo ha luchado en más de dos siglos y volver a la acción por las viejas demandas por las que murieron miles de patriotas mexicanos?

Gertrudis Bocanegra. Michoacana. Nació el 11 de abril de 1765. Su esposo Pedro Advíncula y uno de sus hijos se incorporaron al ejército insurgente comandado por Miguel Hidalgo, murieron en la batalla de Puente de Calderón. Gertrudis organizó en Pátzcuaro a las fuerzas insurgentes para facilitar la entrada a la ciudad, fue apresada y torturada para que delatara a sus compañeros. Sujeta a proceso fue sentenciada y fusilada el l 11 de octubre de 1817.
¿Dónde están los registros y el recuerdo redivivo de aquellas que murieron entre 1810 y 1821? ¿Dónde quedó el legado de Leona Vicario, Josefa Ortiz de Domínguez, Gertrudis Bocanegra, María Ignacia Javiera Rafaela Agustina Feliciana Rodríguez de Velasco Osorio Barba Jiménez Bello de Pereyra Fernández de Córdoba Salas Solano y Garfias, alias la Güera Rodríguez, de Mariana del Toro, Manuela Medina, María Fermina Rivera, María Herrera, María Tomasa Estévez, Luisa Martínez y María Petra Teruel de Velasco? ¿Quién se acuerda de los actos heroicos de las hermanas González, de las hermanas Moreno, de las hermanas Francisca y Magdalena Godos y de la esposa de Albino García?
De las mujeres que en Soto La Marina, Tamps, que en Huichapan, Hidalgo; a caballo y a pie, iban al frente de las tropas insurrectas gritando ¡Viva La Independencia de México! ¿Mientras otras sin nombre alimentaban a la tropa y curaban a los heridos? ¿Quién sabe del heroísmo y de la muerte de la francesa de apellido Lamar, que acompañó a Francisco Javier Mina desde Francia, que luchó contra los realistas, contra Iturbide, que criticó a Guadalupe Victoria por sus errores políticos, que la detuvieron seis veces y que fue hasta después de la consumación de La Independencia que salió de la cárcel? ¿Y los miles y miles de mujeres anónimas que dieron la vida por la causa?
A doscientos años y pico de distancia en ¿qué se han beneficiado las mujeres mexicanas, que hoy desbordan las calles gritando su descontento por las políticas retardatarias y antipopulares de los inefables gobiernos prianistas? ¿Cómo valoramos el heroísmo, la lucha y defensa de la libertad por las que murieron estas combatientes? ¿Qué están haciendo las féminas del siglo XXI para abonar su esfuerzo a favor de todo lo que falta por alcanzar en honor de estas luchadoras sociales? El derecho al voto, al trabajo, a la salud, a la educación ¿es parte de ese remoto legado?

Maestras de la CNTE fueron “encapsuladas” por la Policía Federal durante el desalojo del Zócalo, cuando ellas se dirigían pacíficamente al Monumento a la Revolución
Que hay avances importantes respecto de los derechos civiles, políticos, sociales y culturales, es verdad. ¿Que éstos son suficientes y resultado inequívoco de la participación mayoritaria de las mujeres del país? Yo creo que no. Hace falta que esos logros de papel pasen a ser realidad de la vida cotidiana. Hay que ir al ejercicio de la política y del poder para hacerlos realidad. Hoy la lucha ya no es entre españoles y criollos, mestizos, indios y mulatos. Ahora la lucha de las mujeres y los hombres, es contra las políticas de privilegio, de marginación y de abandono de grandes sectores de la sociedad por la élite que está gobernando el país. Hay que trabajar porque no sea una oligarquía la que decida el destino de México
El Poder que hace dos siglos y pico tenían los conquistadores españoles, hoy lo tiene una casta de treinta familias que poco le interesan los problemas nacionales. Hay en todos los rincones de México un espejo en el que se mira la enorme irritación social, la violencia, la inseguridad y el eterno rostro de pobreza y de frustración de un pueblo trabajador, noble y patriota. Necesitamos otra Independencia Nacional en la que además de libertad, paz y justicia, los mexicanos todos, podamos ser dueños de nuestro petróleo, de nuestras minas, de nuestros mares, playas y fronteras. ¡Queremos ser dueños de México!
La frase de Doña Josefa Ortiz de Domínguez de que “la que es soberana en su casa no puede ser dama de compañía de una emperatriz” es una expresión que cabe en este siglo XXI. En esta época de coloniaje cultural, de castración ideológica y política pero también de esfuerzos por construir otras opciones organizativas; las mujeres no pueden ni deben quedarse viendo la titánica labor que hacen las maestras de Oaxaca, Guerrero, Michoacán, de Veracruz y de otros lugares por recuperar la dignidad de su género y de su trabajo

Las maestras de la CNTE destacan por su combatividad y capacidad organizativa en la lucha por sus derechos laborales.
Su incorporación a ese huracán que empieza a cimbrar las vetustas estructuras de un régimen autoritario, incompetente y corrupto, no admite esperas de ninguna especie. Ni las mujeres ni los hombres queremos seguir recibiendo las migajas del poder. Tenemos derecho a la justicia y a la equidad. Queremos ser libres en un país con leyes pero también con libertad y democracia. ¡Este sería nuestro mejor homenaje a las mujeres que dieron la vida por La Independencia de México!