Las lagunas de mi puerto

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En la península de Baja California existe una serie de lagunas costeras de carácter ecosistémico relevante. Según las crónicas de muchos historiadores, en la ciudad de Ensenada, Baja California, había un extenso complejo de lagunas desde La Misión hasta el Valle de Maneadero.

 

Hiram R. Moreno-Higareda*

Foto destacada: Sector sur del estero Punta Banda, en la Bahía de Ensenada / Todos Santos (ProEsteros).

 

Lo anterior quizá sea un hecho desconocido para los pobladores porque más del 70% de esos pequeños cuerpos de agua han desaparecido, y los sistemas aún presentes se encuentran bajo constante presión; un ejemplo de esto es la denominada “Lagunita” del Ciprés que aún persiste como un sistema ecológico saludable y relevante, a pesar de todos los impactos y modificaciones que ha tenido a lo largo de la historia.

Probablemente la mayoría de los ensenadenses ubique la zona del “Bajío”, en la calle Segunda, por sus inundaciones en las lluvias de invierno, como las recientes. Aunque no todos los años sean lluviosos, siempre persiste esta problemática que se agrava por la presencia de basura obstruyendo las coladeras.

En esa zona, las inundaciones se deben a que era una laguna costera que se extendía desde las actuales calles Primera a la Cuarta y Macheros. Cuando subía la marea, el agua llegaba a topar con algunas de las primeras construcciones cercanas a la laguna que poco a poco fueron rellenando hasta cortar su conexión con el mar hasta ser la base de todo lo que hoy transitamos.

En las crónicas históricas de los primeros exploradores en la bahía, como las de Fray Juan Crespi y demás, en el siglo XVII, se menciona al Valle de Maneadero en conjunto con el Estero de Punta Banda como una zona exuberante de sauces y lagunas de agua dulce, con dos arroyos corriendo y terminando en un estero que abarca casi la mitad de la Bahía de Todos Santos.

En la actualidad, de aquel complejo de pequeñas lagunas de agua dulce nada queda. Sólo persisten los cauces secos de los arroyos Las Ánimas y San Carlos, y el Estero de Punta Banda, cercado por el desarrollo turístico e inmobiliario del mismo nombre.

 

La antigua y hoy desaparecida laguna de Ensenada en una imagen tomada el 30 de junio de 1941 (México en Fotos).

 

Otro ejemplo de humedales son las lagunitas que se formaban donde actualmente se ubica la UABC Valle Dorado y Macroplaza del Mar. Ahí existen problemas de flujo y estancamiento durante las lluvias; por ello, la universidad construyó su unidad académica con edificios y pisos elevados del nivel de suelo, para evitar inundaciones. 

Así, sólo nos queda el Estuario de La Misión, que ha persistido, la Lagunita del Ciprés y el Estero de Punta Banda, como relictos cada vez más amenazados por la presión ambiental.

Estos sistemas son eslabones de una cadena dentro de la ruta migratoria del Pacífico de muchas aves, como lo menciona el Doctor Eduardo Palacios, del CICESE.

Por ello, es importante priorizar el hábitat para evitar mayores pérdidas de paisajes y de especies que cohabitan en nuestro puerto.

Utilizar los sitios para actividades reguladas, como el ecoturismo y la educación ambiental, asegura su conservación y persistencia para las nuevas generaciones.

 

*Egresado de la Maestría en Manejo de Ecosistemas de Zonas Áridas, Facultad de Ciencias, UABC; estudiante del Doctorado en Ciencias de la Vida, en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE); Premio Estatal de la Juventud 2021, Baja California.

Ensenada, B.C., México, miércoles 18 enero 2023.

 


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Un comentario en "Las lagunas de mi puerto"

  1. Sonia Valle dice:

    Excelente relato, informa y manifiesta la belleza de esta zona de BC e informa lo importante de conocer para querer y conservar.

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