Las escuelas de tiempo completo
Las escuelas de tiempo completo, según el documento de presentación, son escuelas que amplían su jornada escolar para dar más oportunidades de aprendizaje, para ello es necesario que docentes y directivos se centren en favorecer el aprendizaje, valorar que actividades propician el aprendizaje significativo y las prácticas didácticas que lo facilitan.
Montserrat Bacardí-Gascón
También los maestros tendrán más tiempo para el trabajo colegiado. Así mismo se describen propuestas didácticas para desarrollar las Líneas de Trabajo del Programa Escuelas de Tiempo Completo.
Según datos a noviembre de 2012 hay seis mil setecientas quince escuelas de esta modalidad. La OCDE estima que para el 2025 México puede llegar a las 220 mil escuelas a nivel primaria.
Según la SEP, solamente el 25 % de los alumnos en las Escuelas de Tiempo Completo, a cinco años de establecidas, han aumentado en los niveles bueno y excelente en la Evaluación Nacional de Logro Académico en los Centros Escolares (Avilés, 2013).
Según el documento sobre educación (Education at a Glance © OECD 2011) los estudiantes de países que obtuvieron buenos resultados en la prueba PISA invierten más tiempo en clases regulares y menos en clases después de la escuela al compararlos con los de países que tuvieron peores resultados.
Al ver los resultados de diferentes países también se observó que los estudiantes que invierten un mayor porcentaje del tiempo de aprendizaje (clases regulares, clases después de horas regulares y estudio individual) en un salón de clases durante las horas normales de escuela tienen resultados mejores.
México que está por debajo de la mayoría de países en puntaje Pisa es de los que más horas de aprendizaje reporta, sin embargo menos del 50% de este aprendizaje ocurre durante las horas de clase regular.
En México el porcentaje de alumnos (menores de 15 años) que toman clases en salones de más de 30 alumnos es de 70.4% mucho mayor que el 25% (promedio) en países de la OCDE. También el porcentaje de estudiantes que han repetido uno o más grados es mayor (21.5%) que el promedio de países de la OCDE (14%).
El número de horas de clase por año en escuelas primarias entre países varía desde 600 hasta 1200 y el promedio en países de la OCDE es de 799, en México se reportan 800 horas/año. El promedio de la OCDE es de 4.2 h/día. Algunos países tienen más días de instrucción semanal y menos horas por día y otros menos días a la semana y más horas por día.
En México el 49.7% de los estudiantes (menores de 15 años) provienen de familias con niveles bajos de educación (menos de 12 años de educación) comparado con el 17.1% como promedio de los países de la OCDE. Este grupo de estudiantes son considerados potencialmente vulnerables a no obtener buenos resultados (en las pruebas de lectura PISA) con un riesgo relativo que va desde 1.33 a 2.32 en los países de la OCDE.
Probablemente este grupo de estudiantes se beneficiaría de más tiempo de aprendizaje, incluyendo horas extra-clase y estudio individual en la escuela. Sin embargo, cuando se valora el aumento en la calificación, de las pruebas de lectura, que se da por cada punto que se aumenta en la escala PISA de nivel socio-económico y cultural (ESCS), México mejora aproximadamente 25 puntos, cuando el promedio de mejoría de la OCDE es de 38 y el máximo puntaje de aumento es de 51 puntos, solamente Indonesia está por debajo (18 de incremento).
De un análisis simple se desprende que independientemente del nivel socio-económico y cultural estamos mal en el rendimiento, ni en las escuelas en zonas socioeconómicas privilegiadas mejora la situación, en México el rendimiento en estas pruebas es muy bajo. Algunos países no muestran estas diferencias porque han sido más efectivos en disminuir el impacto de las diferencias en niveles socio-económicos sobre el rendimiento, y su nivel de rendimiento como promedio era más alto.
El 60.3 % de los estudiantes mexicanos atienden a escuelas con infraestructura pobre comparado con el 25% del promedio de los países de la OCDE. Para que las ETC funcionen este es un gran reto que las puede convertir en inoperantes. Y se pueden suscitar problemas de diferencias en presupuesto entre escuelas regulares y las ERC como puntualizan algunos directores (Avilés).
A pesar de todas las deficiencias, solamente el 12.5% de los estudiantes mexicanos (en la parte de antecedentes de la prueba PISA) reportaron que no consideran útiles (para preparación para la vida adulta, tomar decisiones) las actividades en la escuela, comparado con un 25% en promedio de la OCDE.
No es posible valorar si esta apreciación es producto de la falta de una enseñanza que promueva el espíritu crítico (como los altos porcentajes de felicidad reportada en población mexicana), al miedo a las consecuencias de la crítica a la autoridad o a una verdadera satisfacción con los procesos y resultados de la escuela.
Se ha opinado que si se aumentan las horas de clase aumentará el suplicio de los alumnos por la falta de respeto hacia el alumno y la falta de seguridad, sin embargo los resultados previos y el informe de la OCDE parecen indicar que solamente el 20.1% de los alumnos consideraba que las relaciones estudiante-maestro son negativas (25% de estudiantes como promedio de países de la OCDE).
Además solamente el 18.3% consideraba que el ambiente escolar no facilitaba el aprendizaje, porcentaje menor al promedio de la OCDE (25%).
Por lo antes mencionado, el hecho de que se amplíen las horas, se cambien las prácticas didácticas y demás reformas puede no tener los resultados positivos esperados sobre el aprendizaje y desarrollo humano si se ignora que el objetivo principal es la formación de individuos solidarios, creativos, abiertos a nuevos aprendizajes, tolerantes, honestos, críticos, emprendedores y autosuficientes.
Por lo tanto el entorno escolar (maestros, administradores, sindicatos) y extraescolar (familia, medios de comunicación, políticos, empresarios, profesionistas) de los niños deben cambiar substancialmente. Es decir, los cambios en los sueldos de los maestros y autoridades de los sindicatos, la reforma y sus leyes podrían ser irrelevantes sino existen cambios de actitudes en el entorno escolar y extraescolar.