La trivialización de la educación
Hace unos días se dio a conocer un video donde una profesora exhibe a una alumna por haberla ofendido en twitter. Por supuesto que en este país todo lo que huela a morbo se reproduce de manera inmediata:
http://www.youtube.com/watch?v=qUU5DTzF5Yk
Ramiro Padilla Atondo/ A los Cuatro Vientos
Las reacciones encontradas no se hicieron esperar. Por un lado, los que aplauden a la maestra por su “valiente” actitud al mostrar el conflicto frente a varias cámaras, por el otro, los que consideran que la maestra se excedió.
Yo suscribo la segunda opinión. Si la mal llamada profesora tuviese un poco desarrollado eso que los antiguos llamaban sentido común, este asunto no se hubiese ventilado en las redes sociales. Una de las consecuencias de elegir la labor docente, tiene que ver con el exponerse ante un grupo de personas (en este caso alumnos) se convierten en personas públicas pues.
No es de extrañar entonces que lo que hagan y dejen de hacer tenga un impacto en las personas que reciben sus lecciones. Pero este conflicto alumno-maestro quizá tenga una raíz más profunda. Hoy los alumnos se llevan de wey con los maestros. Se ha deteriorado la frontera de lo permisible. Los profesores dejan de ser esas figuras de respeto con las que crecimos. No quiero caer en groseras generalizaciones, pero esa es la tendencia.
A la escuela se va a recibir conocimiento, no educación. La educación se da en casa. Esta falsa idea de que los profesores tienen que educar a nuestros hijos no deja de ser falaz. Es lo mismo que dejar que nuestros hijos acepten que lo que dice la televisión es verdadero.
Y tiene que ver con una nueva cultura del consumo. Ya no se enseña para tener personas productivas en todos los ámbitos. Vamos directo a la teoría del mínimo común denominador. Se va a la escuela a adquirir conocimientos mínimos, no conocimientos especializados.
Hoy la regla es, aprenda poquito y con el mínimo esfuerzo. A la profesora que exhibe a la alumna le ganó el ego. Hay muchísimas maneras de disciplinar un adolescente rebelde. Lo de la profe es sintomático de una sociedad que ha perdido el rumbo y los valores están distorsionados.
Es absolutamente reprobable insultar a tu profesor en las redes sociales, pero peor es pagar con la misma moneda poniéndose a la altura de la jovencita.
Lo único que se ha logrado con exactitud es mostrar de nuevo el código binario con el que hemos sido educados. O estás a favor, o estás en contra. No se ofrecen alternativas de solución. Se promueve el chisme. Y lo peor del asunto que todos opinan como si fueran expertos.
Haríamos bien en escribir un réquiem por el sentido común. Hace mucho que falleció de muerte natural. Lo de hoy es lo irracional, lo estúpido, lo corriente. La maestra actuó como se actúa en los reality shows o las cámaras escondidas. Apuesto doble contra sencillo que esa profesora ve mucha televisión.
Una persona que lee jamás hubiera actuado así. Y leen menos los que le aplauden. Por eso estamos como estamos.