LA QUINCENA DE LA CIENCIA: Un planeta como el nuestro, a la vuelta de la esquina
El universo es realmente inmenso. La segunda estrella más cercana está a 4.25 años luz de nosotros, 280 mil veces más lejos que el Sol. Como se encuentra en la constelación del Centauro, que solo se ve desde el hemisferio sur, lleva el nombre de Próxima Centauro.
Joaquin Bohigas Bosch/ A los 4 Vientos
Por unos días, Próxima Centauro ha sido la estrella más nombrada del firmamento, pues descubrieron que alrededor de ella gira un planeta un poco más masivo que la Tierra (Anglada-Escudé et al. Agosto 25, 2016, Nature). Descontando a los que hay en el Sistema Solar, es el planeta que tenemos más cerca.
La distancia que lo separa de Próxima Centauro es veinte veces menor que la que hay de aquí al Sol. Como la luminosidad de esa estrella es 600 veces menor que la del Sol, esto significa que el planeta recibe casi la misma cantidad de irradiación que la Tierra y, por ello, es posible que tenga tanta agua líquida como nuestro planeta.
Siempre se ha creído que la existencia de agua líquida es un requisito esencial para que haya vida. Por este motivo, ya empezaron a preguntarse si hay ‘hombrecitos verdes’ sobre la superficie de próxima Terra y los más soñadores ya están imaginando viajes interestelares para poblar ese remoto paraje del universo”.
Pero hay características de Próxima Centauro que no son del todo prometedoras. Las estrellas de su tipo tienen una copiosa producción de rayos-X y campos magnéticos mucho más intensos que los del Sol. Bajo esas circunstancias es difícil que el planeta pueda hacerse de una atmósfera que tenga agua líquida y sirva como escudo protector para los seres vivos.
Otro problema importante es que la distancia que hay entre la estrella y el planeta es muy pequeña, por lo que es probable que este último le presente siempre la misma cara a Próxima Centauro. Como sucede con la Luna y la Tierra. De ser así, el planeta recién descubierto tendría un lado ardiente permanentemente iluminado, y otro obscuro y helado.
Y falta por saber si en Próxima Terra se han dado todos los eventos y fenómenos físicos que han hecho posible que la vida haya surgido y prosperado en la Tierra, pero no en Venus y Marte. Por ejemplo, la captura de un enorme satélite como la Luna, que estabiliza el movimiento de nuestro planeta, y un núcleo caliente que mueva continentes y produzca campos magnéticos que lo protejan de las violentas tormentas que produce Próxima Centauro, que han de ser mucho más feroces que las que nos llegan de nuestra apacible estrella.
Leen un códice mixteco oculto bajo otro códice mixteco
Los pueblos prehispánicos escribían su historia, costumbres y prácticas religiosas en pintorescos libros. Para consolidar su dominio, los conquistadores destruyeron casi todos estos textos.
Diego de Landa, obispo de Yucatán entre 1572 y 1579, escribió lo siguiente:
Usavan también esta gente de ciertos caracteres o letras con las quales escrivian en sus libros sus cosas antiguas y sus sciencias, y con ellas, y figuras, y algunas señales en las figuras entendían sus cosas, y les davan a entender y enseñavan. Hallamosles grande número de libros de estas sus letras, y porque no tenían cosa, en que no oviesse superstiçion y falsedades del demonio se los quemamos todos, lo qual a maravilla sentían y les dava pena” (Manuscrito de Relación de las cosas de Yucatán).
La mayor parte de los textos que no fueron destruidos (menos de 20), fueron a dar a Europa. Uno de ellos, el Códice Selden o Añute, está en manos de la Biblioteca Bodleiana de la Universidad de Oxford. Este códice data de 1560 y fue escrito sobre una tira de piel de venado cubierta con yeso. Es un códice mixteco que registra la genealogía y dinastías de Jaltepec desde el siglo X hasta el siglo XVI.
Desde hace medio siglo se sabe que hay un códice aun más antiguo oculto bajo la capa de yeso, pero hasta ahora había sido imposible leerlo sin destruir el más moderno. Utilizando sofisticadas técnicas de obtención y reconstrucción de imágenes, finalmente pudieron distinguir los antiguos pictogramas ocultos” (Snijders et al. 2016, Journal of Archaeological Science: Reports 9, 143).
Aunque apenas han empezado su lectura, los investigadores ya han visto que la genealogía descrita en este viejo códice es distinta a la de otros textos mixtecos antiguos y creen que el personaje principal es un ancestro de los linajes gobernantes de Zaachila y Teozacualco. Un elemento interesante, es que este códice contiene una mayor cantidad de personajes femeninos.
Vale la pena hacer notar que los avances de la ciencia y la tecnología han servido para reconstruir parte de lo que nuestros antepasados destruyeron con tanto celo y, de este modo, conocer mejor la historia de todos los pueblos.
Los demonios de Tasmania se resisten a desaparecer
En los noventas, a mis hijas les apasionó Taz, una rentable caricatura de un animal llamado demonio de Tasmania. En la vida real, es un marsupial escandaloso, gruñón, tragón, apestoso y predispuesto a morder al primero que se le acerque cuando come o cuando enamora a su pareja. Por ser tan mordelones, los demonios están en peligro de extinción.
La enfermedad que los está arrasando provoca la formación de tumores cancerosos en su rostro y boca. Es un cáncer contagioso que afecta a ambos sexos y que se contagia por transmisión directa de células vivas a través de las mordeduras que se dan.
Es uno de los pocos tipos de cáncer contagioso. Otros afectan a los perros (por vía sexual), a los hámster (por picaduras de mosco), a las almejas (no entiendo como) y a un par de humanos durante una operación.
Afortunadamente, hay indicios de que el futuro de los demonios de Tasmania es menos sombrío de lo que se pensaba. Acaban de descubrir que estas criaturas parecen estar empezando a desarrollar una resistencia genética a esta enfermedad (Epstein et al. Agosto 30, 2016, Nature Communications).
Esto ha sorprendido a los investigadores porque, de ser cierta, esta resistencia se desarrolló en apenas cinco generaciones. Es algo que le toma mucho más tiempo a los animales vertebrados. Por ejemplo, los conejos australianos desarrollaron resistencia a la mixomatosis (una enfermedad viral) después de 50 generaciones. Fue una pésima noticia, pues los conejos australianos son una de las peores plagas que hemos distribuido por el planeta.
Para establecer que hay una luz de esperanza en el futuro de estas peculiares criaturas, los científicos tuvieron que leer la sexta parte del genoma de 294 demonios salvajes. Hecho esto, identificaron cinco genes que se han empezado a transmitir con mayor frecuencia. Creen que estos genes son de los individuos que han resistido esta infección cancerosa.
Si es así, la selección natural se encargará de evitar que los muñecos de Taz sean el único recuerdo que nos quede de los demonios de Tasmania.
Y, por cierto, la Warner Brothers seguirá haciendo un gran negocio con la imagen de este bichito, ya que es propietaria del nombre “Tasmanian Devil” (el capitalismo es más voraz que los demonios).
Una solución barata para almacenar energía solar
Uno de los obstáculos de las energías renovables, es que son muy intermitentes. Debido a ello, es necesario tener medios eficaces de almacenamiento de energía, para usarla cuando llega la noche o cuando el viento deja de soplar. Hay muchos grupos de investigación que están buscándolos, pero hasta ahora no han encontrado una solución buena, bonita y barata.
Una de las ideas que hay es producir hidrógeno mediante electrolisis. Este es un proceso que usa una corriente eléctrica para separar los dos elementos que hay en cada molécula de agua, oxígeno e hidrógeno. El hidrógeno es un excelente combustible, que puede ser almacenado para su uso futuro en el transporte o la generación eléctrica. Hay varias tecnologías para producirlo y almacenarlo, pero no han sido suficientemente económicas y seguras para ser usadas a gran escala.
Empleando materiales que ya han sido probados en aplicaciones industriales, un grupo de investigadores construyó un prototipo basado en tres celdas de silicio interconectadas, que ha sido capaz de producir hidrógeno usando energía solar. El dispositivo tiene una eficiencia de 14.2% (Schüttauf et al. Agosto 13, 2016, Journal of The Electrochemical Society).
La tecnología asociada a este tipo de celdas es bien conocida y se sabe que tienen una vida media de 25 años. Su prototipo no utiliza tierras raras (que son caras y empiezan a escasear) y ha operado durante 100 horas continuas. Los investigadores estiman que con 14 metros cuadrados de sus paneles solares, pueden producir suficiente hidrógeno para que un auto ande diez mil kilómetros durante un año.
Soy de los que piensan que los autos son una pésima opción para el transporte de masas. Pero, independientemente de ello, creo que es urgente desarrollar más y mejores tecnologías para usar y almacenar las energías limpias y renovables que tenemos a la mano.