La Quincena de la Ciencia
¿Qué tan tontas son las plantas? Conozco a más de un@ que le canta a las flores mientras las riega. Y vi a un colega abrazar apasionadamente a los imponentes árboles de la sierra de San Pedro Mártir. Juran que las plantas tienen sentimientos y que estos cachondeos amorosos las hace felices y les ayuda a vivir mejor.
Joaquín Bohigas / A los Cuatro Vientos
En el otro extremo, un amigo me contaba que una de sus plantas vivía aterrorizada por el perro que acostumbraba “regarla” varias veces al día. Según él, la resistividad eléctrica es una medida del estado de ánimo de la planta y esta disminuía al instante en que se le aparecía el chucho.
Tomando en cuenta que las plantas no tienen cerebro (literalmente) ni sistema nervioso, pienso que hay explicaciones más probables. Por ejemplo, la planta aprecia el agua, no la desafinada voz, los orines caninos son muy salinos y el colega que abraza árboles está medio zafado. Sin embargo …
La Venus atrapamoscas tiene unas largas hojas que terminan en unas fauces dentadas. Normalmente abiertas, los insectos que se paran en ellas tienen la vida contada, ya que se cierran rápidamente si se el bicho se mueve antes de que pasen veinte segundos. Con la boca cerrada, la feliz planta empieza a “masticar” a su desdichada presa.
No son las únicas que parecen tener voluntad. Para protegerse, las tímidas mimosas se cierran al menor contacto y los girasoles, como su nombre lo indica, siempre apuntan hacia el Sol. Las trepadoras, quien sabe cómo (de hecho, medio se sabe), buscan, encuentran y se pegan a un muro (¿por gusto?) o a se enredan en un árbol para chuparle la savia.
Los pastos ahorran agua cuando hay sequía, todas las plantas buscan la luz, todas hacen que sus raíces vayan hacia abajo (prueba volteándola), todas se adelantan a las estaciones, y algunas florecen cuando los días se acortan y otras lo hacen cuando se alargan. Como si supieran cual es el porvenir más probable. Y aún hay más.
Un grupo de investigadores (Dener et al. Julio 11, 2016, Current Biology) investigó la respuesta de las plantas cuando los recursos son variables. Para ello, cultivaron plantas de chícharos dividiendo sus raíces en dos macetas que, en promedio, tienen la misma cantidad de nutrientes. Esta cantidad es constante en una de las macetas y variable en la otra.
Cuando la concentración de nutrientes es elevada en ambas macetas, la mayoría de las raíces del chícharo crece en la maceta que tiene una cantidad constante. Cuando la concentración es baja en las dos macetas, la mayor parte se desarrolla en la maceta con una cantidad variable de nutrientes.
Desde el punto de vista evolutivo, los chícharos toman la decisión correcta; cuando las cosas van mal, ¡arriésgate! Es algo que nosotros hacemos constantemente. Por ejemplo, si estamos perdiendo dinero en una mala inversión, arriesgamos más con la esperanza de recuperarnos. Si las cosas van bien, no arriesgamos un centavo.
Pero nosotros tenemos presentimientos y un potente cerebro, mientras que las plantas no presienten (¿o si?) y ni siquiera tienen un cerebro de chícharo. Entonces, ¿cómo le hacen? ¿O acaso todos tenemos (nosotros y los chícharos) esta parte de nuestra “inteligencia” genéticamente codificada desde que apareció el primer ser vivo?
Algunos de estos extraordinarios fenómenos tienen varias explicaciones y sabemos que, aunque la planta no tiene un sistema nervioso, si posee un sistema de comunicación basado en señales eléctricas que se transmiten de una a otra célula por todo su extenso cuerpo. Pero aún nos falta mucho por conocer los secretos de las plantas y de la vida misma.
Las plantas no son seres pasivos. Sorprende la habilidad que tienen para adquirir, procesar, distribuir y aprovechar la información que hay en su medio ambiente.
Dudo que sientan dolor y que tengan emociones como las nuestras. Pero aunque así fuera, no voy a dejar de comérmelas. La vida es lo que es. Ni gentil, ni cruel. No sabe de moralidad, ni de principios éticos. Comes y te comen.
Nuestras pocas nubes también migran al norte
Desde hace más de treinta años, las nubes que cubren las latitudes medias han ido migrando hacia los polos y se ha extendido la franja ocupada por las regiones secas del subtrópico. Asimismo, ha aumentado la altura que alcanzan todas las nubes en todo el planeta (Norris et al. Julio 1, 2016, Nature).
Esta es una buena noticia para todos los que se dedican a modelos climáticos, ya que es lo que han estado prediciendo desde hace bastante tiempo. Es importante hacer notar que el comportamiento de las nubes ha sido una de las cosas mas difíciles de modelar.
Es una pésima noticia para nosotros y nuestro planeta. Estas nubes traen lluvia y humedad y enfrían las zonas por las que pasan. Este fenómeno significa que el calor y la sequedad aumentará aún más en la franja en que se halla en el sur de Estados Unidos y el norte de México.
Sin lugar a dudas, nos espera un futuro muy difícil a los habitantes de Baja California, lo que le da mayor urgencia a la implementación de medidas que combatan y mitiguen el catastrófico cambio climático que tenemos encima. Pero, según parece, o no nos damos por enterados o simplemente estamos resignados a que suceda lo peor. Y lo peor está por llegar.
La maravillosa granada

Vendedor de jugo de granada en el mercado de Battagram, un distrito tribal en el Noreste de Pakistán (Internet).
La granada es originaria de Irán. En México, se empezó a cultivar en el estado de Puebla, en donde se sigue usando para adornar los chiles en nogada. Como la granada que se cultiva en México tiene poca pulpa y mucha semilla, no tenemos un gusto especial por esta fruta y es muy escasa la superficie de cultivo dedicada a ella.
En la actualidad, la granada se ha puesto de moda por la gran cantidad de efectos positivos que puede tener en la salud. Según parece, puede prevenir o disminuir los riesgos asociados a presión alta, hiperglicemia, colesterol elevado, inflamación y varios tipos de cáncer. El potencial anti-oxidante de la granada es superior al del vino rojo y té verde (Zarfeshany et al. Marzo 25, 2014, Advanced Biomedical Research).
Obviamente, estas virtudes son particularmente importantes cuando se trata de personas de la tercera edad en adelante. Y acaban de descubrir que puede tener otros efectos benéficos directamente asociados al envejecimiento (Ryu et al. Julio 11, 2016, Nature Medicine).
Al envejecer, las células tienen dificultades crecientes para reciclar sus generadores de energía, las mitocondrias. Las mitocondrias gastadas se van acumulando y esto tiene un efecto nocivo en tejidos musculares y de otro tipo y se sospecha que promueve otras enfermedades, como el mal de Parkinson.
Los científicos identificaron una molécula, urolitina A, que por si sola restablece la habilidad de la célula para reciclar las mitocondrias defectuosas. Vieron que la expectativa de vida de unos gusanos de laboratorio (C. Elegans) aumentó 45%, después de ser expuestos a esta molécula. Luego le aplicaron el tratamiento a ratones y vieron que la resistencia de los más viejos aumentaba notablemente.
La relación entre la granada y la urolitina A es indirecta, ya que la fruta (así como las nueces y bayas) no contiene esta molécula, sino su precursor. Algunos microbios que tenemos en el intestino transforman este precursor en urolitina A.
Si es que esta molécula tiene el mismo efecto en gusanos, ratones y ruquitos de nuestra especie, y tienes los microbios adecuados en las tripas, no es mala idea guardar granadas, nueces y bayas (o sus derivados) en casa. Por cierto, la granada roja se cultiva en Baja California; es un arbolito muy aguantador, de 5 a 8 metros de altura, que da fruto entre septiembre y febrero.
Como puedes ver, la medicina naturista puede ser benéfica. Pero huye de los charlatanes que no saben ni de enfermedades, ni del cuerpo humano, ni de ciencia. Para la salud, no hay nada mejor que un médico informado.