La nueva revolución mexicana III: Unión y coordinación nacional
Llegó la tormenta: Trump ha asumido la presidencia de los Estados Unidos y con ello la catástrofe política gestada en el 2016 nos ha alcanzado.
Iván Gutiérrez / A los 4 Vientos
Al mismo tiempo, el Peñato ha llevado a los mexicanos hasta el extremo, a un escenario donde las condiciones miserables han provocado la explosión del hartazgo nacional. El aire de una nueva revolución, de un cambio de gobierno verdadero en el país, cada vez se expande más por el territorio mexicano: las protestas en contra del gasolinazo y de los ofensivos privilegios de nuestra clase política son muestra de ello.
En la primera parte de este ensayo (La nueva revolución mexicana I: Trump, petróleo y crisis global) expusimos algunos elementos del conflicto político actual, mencionando la relación entre la llegada de Trump al poder, la crisis global del petróleo, y la privatización de Pemex a través de la Reforma Energética de Peña Nieto.
En la segunda parte (La nueva revolución mexicana II: la amenaza de la dictadura militar) hablamos de la amenaza creciente que la aprobación de la Ley de Seguridad Interior representa, al crear el marco legal perfecto para imponer una dictadura militar en México.
En la tercera y última parte de este ensayo abordaremos una serie de propuestas para comenzar a actuar desde ya ante el ciclo político turbulento que nos espera en el 2017. Las cartas están sobre la mesa. No es momento de bajar la guardia.
Decálogo de la unión y coordinación nacional
El cambio de conciencia que necesitamos y la unidad social que debemos conseguir este año es de una envergadura crucial. Ante la amenaza de una dictadura militar, la ofensiva económica de Estados Unidos con Trump a la cabeza, y una clase política mexicana que sólo se sirve a sí misma, sólo nos queda una opción: unirnos contra los múltiples enemigos de los mexicanos.
Sin embargo, tenemos que articularnos como nación de manera que nuestra unión no dependa de AMLO, porque de dirigir toda nuestra inconformidad en un movimiento conjunto con el líder social de Morena, cuando éste caiga por el posible golpe militar de la oligarquía mexicana, terminaremos dispersos y asustados al perder al “mesías” que venía a cambiar nuestro futuro ¿Muy exagerado el planteamiento del Golpe de Estado? Recuerden a Salvador Allende en Chile. No, tenemos que hacerlo nosotros mismos o nadie lo hará. ¿Cómo iniciar? Si has llegado a la parte final de este ensayo, ¡felicidades, ya has dado el primer paso! El segundo pudiera ser compartir esta información con tus conocidos y amigos, entre más mejor.
Las siguientes son una serie de propuestas para comenzar a construir la unión y coordinación que nuestro país necesita:
1.- Debemos buscar y difundir información sobre el modelo neoliberal y las reformas estructurales de Peña Nieto. Comprender cómo funciona la lógica privatizadora del mercado global nos ayudará a observar la realidad de nuestro alrededor con un marco económico y político más crítico, y a partir de ello podremos desarrollar una propuesta económica alternativa, como la hecha esta semana por expertos de la UNAM (La UNAM llama a crear un modelo económico que privilegie el crecimiento y empleo ante la llegada de Trump).
2.- Despertar nuestra conciencia de clase. Si bien la doctrina marxista fracasó al asegurar una progresión histórica regida por leyes económicas y por la lucha de clases, muchos de sus planteamientos siguen más vigentes que nunca. Urge retomar categorías marxistas y adecuarlas a los tiempos modernos. Sólo así comprenderemos el origen de tanta desigualdad política y económica.
3.- Debemos comprender desde ya que los bancos privados y el capital global son el enemigo más grande de la humanidad: controlan gobiernos, medios, ejércitos, hackers y empresas con los que imponen las condiciones necesarias para perpetuar la explotación y el despojo del neoliberalismo. Las clases magno-empresariales no trabajan para el pueblo, porque tanto dinero acumulado siempre termina oscureciendo hasta el área más iluminada del corazón humano.
4.- Hay que leer e investigar sobre los últimos 60 años de nuestro país, esto para conocer desde ya los mecanismos autoritarios del PRI y comprender cómo desde mediados del siglo XX el proceso histórico de la globalización y el neoliberalismo se comenzó a gestar y acelerar en nuestro país.
5.- También es importante aprovechar al máximo las redes sociales, tanto para buscar fuentes de información fidedignas como para crear redes de contenidos políticos con nuestros contactos y comunidades. Una vez organizados en los espacios digitales, será más fácil tomar los espacios públicos en acciones sociales directas como las marchas y mítines.
6.- Otro punto importante es el diálogo, y éste tiene que iniciar ya: crear foros, debatir con amigos pero también con extraños, comenzar a manifestar nuestras inquietudes políticas abiertamente y no sólo bajo la seguridad que brindan las redes; claro, siempre de manera serena y respetuosa. Sólo así conseguiremos el cambio radical de conciencia que necesitamos.
7.-Involucrar a la juventud. Este es quizás el punto más difícil, porque los hijos de la globalización vienen con una mentalidad muy distinta a la de los padres que hoy están marchando contra el gasolinazo. Sólo conciliando ambas generaciones, la que nació con Internet (nativos digitales) y los que aprendieron a usarla después, podremos cambiar las cosas, y para ello tenemos que realizar una tarea abismalmente complicada: interesar y hacer participar a la juventud en el cambio social y en la política.
¿Por qué este punto será tan difícil? Por la adicción a las series (Netflix), drogas e Internet, por la falta de pertenencia e identidad colectiva juvenil fuera de las redes, por la desconfianza generalizada hacia la política mexicana, por el miedo, por el individualismo introyectado por el neoliberalismo, por la ignorancia de la historia nacional (en particular de las atrocidades del PRI en el siglo pasado), por la falta de diálogo entre padres e hijos, por el abandono de las instituciones, por la precariedad de vida de miles de jóvenes, por el abandono escolar y por muchas otras razones. Tenemos, pues, un gran reto que afrontar.
8. Tenemos que crear un nuevo proyecto nacional, tal como lo indica el filósofo Enrique Dussel en entrevista con la Jornada: “Hay que empezar de nuevo, retomar a Lázaro Cárdenas y tener una visión nacionalista, darnos cuenta de la dignidad, del valor de nuestra cultura y hacer un proyecto de desarrollo propio que no sea un nacionalismo absurdo ni cerrado, pero que tiene que volver a su fuente”.
9. Para iniciar la construcción de un nuevo México, es imprescindible que saquemos del poder a las élites políticas, misas que desde hace 30 años han impuesto un proyecto neoliberal para rematar los recursos y servicios nacionales. Sólo desterrando y encarcelando a todos los traidores a la patria, podremos iniciar la refundación del país poniendo como base a la justicia.
10. Finalmente, debemos continuar con lo que ya iniciamos: la acción y protesta social, la presión política contra funcionarios vendidos y corruptos que permitieron la aprobación de las reformas estructurales, el gasolinazo y la Ley Estatal del Agua de Baja California.
Pues bien, con estos 10 puntos llegamos al final de este breve ensayo. La conclusión es sencilla: no podemos seguir ocultando la realidad, la guerra nos ha alcanzado.
Por ahora la ofensiva neoliberal viene en forma de gasolinazo, pero si este año no conseguimos movilizarnos y organizarnos a escala nacional, el siguiente paso será una dictadura de tal fuerza y violencia que lamentaremos toda nuestra vida el no haber actuado cuando todavía teníamos la oportunidad de cambiar las cosas. El tiempo es ahora; nuestro futuro y el de todos los que vienen después de nosotros depende de lo que hagamos hoy, tú, yo y todos los mexicanos.
LINK AL EVENTO DE LA SEGUNDA MARCHA CONTRA EL GASOLINAZO EN ENSENADA:
PARTE I Y II DEL PRESENTE ENSAYO
La nueva revolución mexicana I: Trump, petróleo y crisis global
La nueva revolución mexicana II: la amenaza de la dictadura militar