La nueva revolución mexicana II: la amenaza de la dictadura militar

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Llegó la tormenta: Trump ha asumido la presidencia de los Estados Unidos y con ello la catástrofe política gestada en el 2016 nos ha alcanzado.

Iván Gutiérrez / A los 4 Vientos / Foto: Letras Libres

Al mismo tiempo, el Peñato ha llevado a los mexicanos hasta el extremo, a un escenario donde las condiciones miserables han provocado la explosión del hartazgo nacional. El aire de una nueva revolución, de un cambio de gobierno verdadero en el país, cada vez se expande más por el territorio mexicano: las protestas en contra del gasolinazo y de los ofensivos privilegios de nuestra clase política son muestra de ello. 

En la primera parte de este ensayo (La nueva revolución mexicana I: Trump, petróleo y crisis global) expusimos algunos elementos del conflicto político actual, mencionando la relación entre la llegada de Trump al poder, la crisis global del petróleo, y la privatización de Pemex a través de la Reforma Energética de Peña Nieto. Continuaremos esta segunda parte con una amenaza creciente que debemos poner en la agenda pública de inmediato: la aprobación de la Ley de Seguridad Interior.

 

La amenaza de la dictadura militar

Claro, la oligarquía mexicana no es nada tonta. Ante la posibilidad de sacarlos del poder en el transcurso del 2017 y de alcanzar un cambio de gobierno por la vía democrática en el 2018, los líderes de los partidos políticos (en particular PRI y PAN) ya preparan un plan de emergencia para contener la explosión popular: La Ley de Seguridad Interior, con la que pretenden brindar un marco legal al ejército mexicana para realizar tareas de Seguridad Pública… en las calles.

Han decidido, pues, recurrir al viejo método que el PRI y el intervencionismo norteamericano aplicaron en toda Latinoamérica el siglo pasado: dar un lento pero seguro Golpe de Estado para imponer una dictadura militar.

El General Cienfuegos, a cargo de la Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA), ha manejado un doble discurso en los últimos meses al respecto del ejército mexicano: por un lado señala la inconformidad de los militares por continuar en las calles, y por el otro lado aboga por la creación de un marco legal que permita a las fuerzas castrenses permanecer fuera de los cuarteles.

¿Hay acaso una mejor manera de acabar de tajo con un movimiento social de proporciones tan inmensas y trascendentales como el que ahora se prepara en México, que utilizando la fuerza bruta para acabar con la soberanía popular?

Con la ayuda de la Ley de Seguridad Interior —a discutirse en el Congreso a inicios de febrero— las elecciones del 2018 quedarán aseguradas para continuar con la sumisión mexicana por otros 6 años más. En caso de que el fraude electoral no funcione en esta ocasión (2006) y la guerra sucia tampoco (Hacker colombiano trabajó para la campaña de Peña Nieto), los militares acabarán con AMLO en un parpadeo; claro, si el escenario turbulento del 2017 lo deja llegar.  

Sin embargo, probablemente no tendremos que esperar tanto para ver a los militares en las calles con un marco legal que les permita allanar hogares e intervenir telecomunicaciones. Es sumamente preocupante que el presidente Peña Nieto, junto con el general Cien Fuegos, estén insistiendo en cada rueda de prensa sobre la urgencia de legalizar que las fuerzas militares realicen este tipo tareas.

Golpe de Estado, planeado desde Estados Unidos

Como habrán observado en las noticias recientes, la represión ya está aquí, y durante todo el 2017 veremos un incremento de la violencia contra los movimientos y activistas sociales, primero contra los sectores más activos (campesinos, maestros, obreros), y después contra las masas populares organizadas.

Ya lo vivimos en las primeras semanas de enero: en Baja California golpearon a 12 periodistas durante las protestas en Rosarito, en Puebla Moreno Valle retomó la vieja práctica de crear grupos paramilitares para reventar los movimientos sociales, y esta semana asesinaron en Chihuahua al activista Isidro Baldenebro López, ambientalista defensor del bosque de la Sierra Tarahumara y promotor de los derechos humanos.

La represión obedecerá a la lógica neoliberal, apuntando contra: 1. Las comunidades despojadas de sus recursos (por ejemplo, con el despojo de tierras en el centro de la república o la privatización del agua en Baja California),y 2. Organizaciones ciudadanas protestando contra el régimen peñista en las urbes.

Un elemento clave en la represión serán los inversionistas extranjeros y los dictadores político-empresariales en los partidos políticos, quienes siendo dueños de macro-industrias mineras, energéticas y demás, le exigirán al gobierno mexicano la aplicación de la fuerza para protejer sus abundantes intereses e inversiones privadas. Esto lo vimos hace dos semanas, cuando comerciantes del Estado de México solicitaron la intervención de las fuerzas armadas mexicanas para defender sus negocios de los saqueos. Si no lo hacen los inversionistas, lo harán los mismos mexicanos ante la amenaza bélica de Trump.

Resultado de imagen de ejército mexicano saqueos

Por todo lo anterior las declaraciones de Trump contra la ONU no sorprenden demasiado. Cuando los aparatos represivo-militares del Estado comiencen la ofensiva, no serán pocos los sectores y organizaciones mexicanas que querrán acudir a cortes internacionales de derechos humanos en busca de apoyo. Deslegitimar una organización del calibre de la ONU es fundamental para evitar esto.

Si bien el panorama aquí descrito tiene muchas posiblidades de no concretarse, es mejor estar alertas y estar preparados contra cualquier intento del gobierno federal por aprobar la Ley de Seguridad Interior de forma exprés, como ya lo ha hecho antes con previas legislaciones.

Otra cosa que puede ocurrir es que una o varias de los regimientos militares perciban la traición que las estrategias autoritarias del peñismo y los Estados Unidos representarían, y por el contrario, salgan en defensa de la población contra los poderes económicos que con políticas neoliberales que han dejado a México hecho reunias. No sabemos, pues, que pasará.

Con esto llegamos al final de la segunda parte de nuestro ensayo. En la próxima y última entrega abordaremos una serie de propuestas para comenzar a actuar desde ya ante el ciclo político turbulento que nos espera en el 2017. Las cartas están sobre la mesa. No es momento de bajar la guardia.

 

PRIMERA Y TERCERA PARTE DE ESTE ENSAYO

La nueva revolución mexicana I: Trump, petróleo y crisis global

La nueva revolución mexicana III: Unión y coordinación nacional


PARA MÁS INFORMACIÓN SOBRE LA LEY DE SEGURIDAD INTERIOR

Mirar Morir, documental disponible en Netflix

Ley de Seguridad Interior: entre la democracia y la dictadura

La Ley Cienfuegos: legalizar la impunidad militar (+VIDEO)

Iniciativa para militarizar la Seguridad Pública

Golpe de Estado, planeado desde Estados Unidos

El discreto Golpe de Estado en México


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