“La Niña” golpea con sequía “extrema” y “severa” los 7 municipios de BC. Ya se prepara el relanzamiento del negocio de las desalinzadoras
Por efectos del fenómeno meteorológico “La Niña”, los siete municipios de Baja California enfrentan problemas de sequía en los primeros cinco meses del año; tres de ellos, San Quintín, Ensenada y Mexicali, afrontan condiciones de sequía extrema de acuerdo con el último reporte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Captura de pantalla en Conagua.
Javier Cruz Aguirre / 4 Vientos
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Ensenada, B.C., martes 14 de junio del 2022.- Y Baja California, que se ubica en la región noroeste del país que la Conagua reportó como área con afectación por sequía de moderada a extrema de 92.7%, el valor más alto de todas las regiones de México, tiene el 99.7 por ciento de su territorio afectado por algún grado de aridez.
Lo repartió así: 27.9% en categoría extrema, 57.4 en severa y 14.4 en moderada; esta última en Tijuana, Playas de Rosarito y una parte del norte de Ensenada.
A nivel nacional, y en la medición al 31 de mayo, el Monitor de Sequía de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) indica que, para los estados de Baja California y Sonora (que junto con Sonora, Baja California Sur y Nayarit forman la región Noroeste, o Pacífico Norte), mayo de 2022 se ubicó como el mayo más seco registrado en la estadística nacional de desecamiento.
“En cuanto a temperaturas, Baja California presentó registros por arriba del promedio en la mayor parte de su extensión; en contraste, el resto de los estados de la región presentaron condiciones similares a lo normal”, indicó el estudio.
Además, de acuerdo con los reportes, Baja California y Baja California Sur ubicaron a mayo del 2022 “dentro de los 15 mayos más cálidos (y secos) desde que se tiene registro, posicionándose en el lugar ocho y doce (a nivel nacional), respectivamente”.
El informe dice también que al 31 de mayo de 2022, el área afectada por sequía de moderada a excepcional en todo el territorio nacional fue de 56.17%, lo que representa un aumento de 0.98 por ciento con respecto a finales de abril pasado.
Por municipios, el Monitor de Sequía notificó que, en Baja California, todos están afectados.
En su informe, la Conagua sólo menciona a cinco de los siete municipios del estado –omite los de San Quintín y San Felipe-, pero al observar el mapa de afectación se entiende que éstos se incluyen íntegramente en cualquiera de las tres categorías bajo afectación.
Así, en sequía extrema se ubicó, al 31 de mayo, todo el valle de Los Cirios hasta el paralelo 28, en donde abarcó la zona de Guerrero Negro, Baja California Sur, así como la región del Mar de Cortez que va desde San Luis Gonzaga hasta el límite con Baja California Sur.
La segunda gran zona dentro de esa categoría se ubica desde el delta del Río Colorado hasta la frontera con los Estados Unidos. Incluye a las ciudades de Mexicali y San Luis Río Colorado (Sonora), así como todo el Desierto de Altar y la porción costera de los municipios de Puerto Peñasco y Caborca.
Y con sequía severa se marcan otros porcentajes de los municipios de San Quintín, San Felipe, Ensenada, Tecate y Mexicali.

El reporte de sequía en Estados Unidos y México al 31 de mayo del 2022 (Captura de pantalla).
“LA NIÑA” Y EL CASO CALIFORNIA
De acuerdo con los reportes de abril de este año que elaboraron la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), estas condiciones meteorológicas rigurosas, que son privativas en todo el Pacífico Norte del continente americano, se originan por la presencia -por segundo año consecutivo- del fenómeno meteorológico “La Niña” (aguas superficiales del océano más frías a lo normal) que en California, y hasta el pasado mes de mayo, provocó que el 60 por ciento de su territorio esté bajo categoría de sequía extrema.
Lo que preocupó a los dos organismos públicos de medición es que “La Niña”, en los primeros días de mayo, tiene pronósticos altos de continuación en el verano y otoño de este año -un 59 y 55 por ciento, respectivamente-, por lo que urgieron a los gobiernos de Centroamérica, México, Estados Unidos y Canadá, a tomar medidas de prevención a sequía por mayor plazo.
En tanto, la NOAA explicó que “La Niña” influye en la temporada de huracanes (más tormentas en el Atlántico, menos en el Pacífico oriental), tiene vínculos con la actividad de tornados de primavera, y puede aumentar la posibilidad de sequía en algunas regiones.
“Dadas todas estas importantes relaciones, observaremos de cerca el pronóstico y esperamos comenzar a emerger de la barrera de la previsibilidad de la primavera en los próximos meses”, indica el reporte de la oficina estadounidense al último día de abril, que se espera actualizar el 30 de junio.
Cabe destacar que el pasado 6 de junio, al darse a conocer el último monitor de sequía en California, el informe destacó que la falta de lluvias en invierno y la falta de capa de nieve en la Sierra Nevada, “exacerbarán la sequía de California entrando los meses de verano”.
También que el estado está experimentando temperaturas más cálidas, “incluso más temprano que antes, siendo el verano pasado uno de los más cálidos registrados y este verano puede reemplazar al verano anterior.”
Al respecto, el Centro de Predicción Climática del Servicio Nacional del Agua (NWS, por sus siglas en inglés), destacó ayer 13 de junio que California depende de la capa de nieve cada año para almacenar agua para sus meses secos.
“Con este año de nieve registrada como una de las más bajas que California haya experimentado, esto es ciertamente alarmante para el estado ya que cuando hay temperaturas cálidas, la humedad se puede retener más en las atmósfera, por lo que el aire absorbe más agua de lagos, suelos, plantas, secando aún más la tierra ya seca y agotando los suministros de agua” por segundo año consecutivo, como el Lago Mead, que es la fuente de agua más crucial de California.
Así, concluye en Centro de Predicción Climática, “El riesgo de incendios en California se mantiene por encima de lo normal debido a la sequía”, por lo que prevé que el potencial de incendios forestales en el mes de junio estará por encima de lo normal, “sin alivio a la vista”.

En agosto del 2021, el gobierno federal de Estados Unidos anunció que el lago Mead, el embalse más grande del país, operaría en 2022 bajo históricas condiciones de escasez de agua impactando a dos estados del oeste de aquel país y a México. Las proyecciones, que hoy se hicieron realidad, surgieron a partir de un estudio bianual que analizó las condiciones de la cuenca del río Colorado. Entonces, la Oficina de Reclamación, agencia adscrita al ministerio del Interior encargada del abastecimiento de agua, manifestó: “El sistema del río Colorado está actualmente a 40% de su capacidad, una reducción comparado con el 49% registrado en esta época el año pasado” (AD Noticias).
LAS ASPIRINAS
Fue apenas el 20 de abril de este año que el gobierno federal presentó el Programa Nacional contra la Sequía (Pronacose) que únicamente promoverá la elaboración de Programas de Medidas Preventivas y de Mitigación a la Sequía, con el objetivo general de “minimizar impactos ambientales, económicos y sociales ante eventuales situaciones de escasez temporal de agua.”
Con estos planes, el gobierno busca:
1.- Garantizar la disponibilidad de agua requerida para asegurar la salud y la vida de la población con el abastecimiento público, doméstico, urbano y rural.
2.- Evitar o minimizar los efectos negativos de la sequía sobre el ambiente, en especial sobre el régimen de caudales ecológicos.
3.- Minimizar los efectos negativos sobre las actividades económicas, según la priorización de usos establecidos en la legislación de aguas y en los programas hídricos.
Y en Baja California, el pasado 20 de julio del 2021, Marina del Pilar Ávila Olmeda, ya gobernadora electa del estado, hizo referencia a su Plan de Infraestructura que incluye “66 obras estratégicas” contempladas a su vez en el “Plan Para Vivir un Estado Sustentable en Agua, Energía e Infraestructura”, como “una visión integral” que tiene el objetivo de “reactivar y detonar la economía” estatal.
En el apartado “Agua” del plan original, que pronostica 20 años con una disminución de hasta el 15 por ciento en la caída de lluvias, presentó otro plan –“Agua para todos y nueva cultura para su uso”-, el cual propone replantear el modelo hídrico hacia uno “con mayor conciencia de su cuidado y la innovación hacia nueves fuentes” de abastecimiento.
Otra promesa fue “garantizar el agua como un derecho humano” y reusar el 100 por ciento del agua residual, principalmente en las ciudades de Tijuana, Tecate y Ensenada, “para que disminuya la dependencia del agua de primer uso”.
Y más reciente, el 31 de mayo, la oficina estatal de Protección Civil firmó con el Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada (CICESE), un convenio de colaboración para la creación de los Atlas de Riesgo estatal y municipales -hoy obsoletos por 9 años- que incluya los conflictos por sequía y un protocolo estatal que permita elaborar pronósticos y “alertamientos oportunos”, incluso diarios y por municipio, en materia meteorológica.

La transnacional RWL Water tenía en la bolsa el proyecto de la desalinizadora Kenton en San Quintín, un proyecto en Asociación Pública-Privada de casi 49 millones de dólares que el panista Francisco Vega ideó y que ahora los “morenistas” de Marina del Pilar Ávila Olmeda quieren reactivar con el maquillaje de ser “un nuevo modelo hídrico” para el estado (Facebook).
OTRA VEZ LOS NEGOCIOS AL AMPARO DE LA CRISIS
Asimismo, Ávila dijo que sumará la construcción de plantas desaladoras de agua de mar o subterránea en pozos costeros “que consideren esquemas de inversión público-privada, su impacto ambiental y que sean asequibles para la población.”
Igualmente, ofreció desarrollar infraestructura hidráulica “que permita retener los escurrimientos de las lluvias, induciendo la recarga de acuíferos a través de represas, bordos y adecuación de cauces, reduciendo así su descarga al mar”.
Pero la visión de la gobernadora morenista enfrenta, desde diciembre del año pasado, la realidad de la crisis hídrica en Tijuana y Ensenada, ciudad esta última en donde el lunes 6 de junio tuvo que anunciar -a toda prisa- un Plan Emergente de Agua que en esencia propone:
A.- La asignación de 25 millones de pesos como presupuesto inmediato para atender la nueva crisis del agua en la ciudad de Ensenada y sus alrededores, con la posibilidad de ampliarlo a una cantidad similar en el corto plazo.
B.- Comprar tubería para reponer siete kilómetros del Acueducto Morelos y brindar mantenimiento correctivo a otros 14 kilómetros.
C.- Suministro adicional desde Mexicali de 120 litros por segundo de agua para la ciudad de Ensenada. Esto a través del acueducto inverso que opera Tijuana y que ya en el pasado no entrega toda el agua del Río Colorado que se envía a Ensenada por el Acueducto Morelos.
D.- En las 30 colonias que según la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (Cespe) son las más afectadas por el desabasto de agua, se repartirán 25 pipas (en su mayoría privadas) y tres tanques cisterna para dotar de mil 200 litros semanales por familia, gratuitos, a partir del martes 7 de junio.
E.- Se habilitarán “puntos gratuitos y permanente” para la repartición de agua mediante “garzas” en la colonia Popular 1989, Águilas, Sauzal, Maneadero y los fraccionamientos populares Villas.
F.- La Secretaría de Bienestar estatal entregará tinacos a la población afectada, acción a la que se sumó el presidente municipal de Ensenada Armando Ayala.
G.- La promesa de que, “en siete semanas” se cubrirá el 85 por ciento el abastecimiento en una ciudad que tiene “70 mil afectados, 107 colonias con presión intermitente y 30 con falta de agua”.
Pero las obras de infraestructura necesaria para Ensenada y el resto del estado con las cuales enfrentar el panorama mundial de calentamiento global y sus consecuencias en sequía para la región continental del Pacífico Norte, siguen siendo una incógnita.
Aunque Marco Moreno Mexía, secretario estatal de Hacienda, ya bosquejó una parte de ese plan: construir “dos grandes desaladoras” –mencionó la posibilidad de recuperar el proyecto de Francisco Vega de Lamadrid para San Quintín- bajo el esquema de Contrato en Asociación Pública-Privada.
El negocio, pues, con la sed de los bajacalifornianos.
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