La muerte de Fidel Castro
A las 10:29 del 25 de noviembre fallece el Comandante Castro, así lo anunciaba Raúl su hermano a los cubanos y al mundo. Fidel Castro muere y con él queda atrás un periodo muy significativo del trepidante siglo XX; Siglo de las democracias sin duda, pero siglo también de las peores barbaries jamás cometidas por la humanidad, y que parece no haber servido para orientar el destino en el siglo XXI
Alfonso Bulle Goyri/ A los 4 Vientos
Fidel fue un faro orientador para muchos y poco menos que el demonio revivido del apocalipsis para otros. Fidel era una figura que provocaba exaltadas polémicas, fanáticos amores y delirantes odios.
Fidel Castro fue figura, símbolo y referente indispensable de la revolución moderna en el hemisferio y sin duda sostén para los movimientos libertarios en el continente negro del que siempre estuvo atento.

Al inicio de la Revolución
Para muchos jóvenes de los años 60(s) que comenzamos a interesarnos por la política, por la sociedad y la cultura, Fidel Castro se nos presentó como el líder capaz de legitimar los anhelos y los ideales para una sociedad más justa y equitativa, más humana. Paradigma de las luchas revolucionarias en los campos cañeros de una pequeña isla sometida desde el exterior por el capital trasnacional, su imagen se diseminó por todo el subcontinente como el emblema esperanzador del socialismo.
En los aciagos días de la crisis de los misiles en plena Guerra Fría, Fidel Castro fue fiel de la balanza y uno de los factores que evitaron la catástrofe.
Pocos de sus detractores han pulsado al político que a pesar de la dimensión de su poder, de su limitado poder, se colocó en el medio entre las dos potencias nucleares confrontadas.
Sólo un político de calidad y de dimensiones universales pudo situarse en ese costal donde perros y gatos se disputaban el predominio mundial.

Fidel Castro al frente de los combatientes cubanos que enfrentaron y derrotaron la intentona de Estados Unidos de invadir Playa Girón, en abril de 1961.
La Guerra Fría no fue un invento de Fidel, pero como ningún otro latinoamericano se ubicó en el centro de la arena, junto a los protagonistas más poderosos del momento e hizo todo lo humanamente posible para darles presencia a los países débiles en esa lucha de titanes. En las Naciones Unidas se oía su voz y sus demandas. No sólo diseñó una nación sino logró meter en el debate de los “colosos” a quienes estaban al margen y que tenían también el derecho de formar parte de la historia global. Las grandes potencias lo intentaron detener y ni la ausencia de la Unión Soviética ni la agresiva presencia de la Unión Americana doblegaron al líder y a su pueblo.
La pequeña y gran burguesía cubana que ahora vive en el exilio no pudo derribar al líder por más que lo ha intentado. Han hecho todo lo posible por analizar la situación y no cuentan después de 60 años de dictadura con una explicación plausible que les permita entender por qué Fidel Castro permanece en el poder. ¿Qué hace ese endemoniado “Príncipe” que no se desbarranca?

Fidel Castro en la zafra, encabezando la campaña junto a su pueblo de aumentar la producción de caña para defender la economía cubana.
Se ha dicho que a lo largo de su existencia atentaron contra su vida poco más de 600 veces. ¿Por qué nunca acertaron? La explicación, temo decirles a los cubanos en la diáspora que alimentan más su odio que su imaginación, no es una explicación trascendente, sino que está en la tierra. A Castro lo ha arropado su pueblo y por eso no se ha caído, les guste o no, esa es la única explicación.
Y no dudo de los enormes problemas y de las gigantescas deficiencias que vive la Cuba de hoy, pero a pesar de eso que llaman pobreza desde el exterior, a pesar de que ese pueblo “miserable” que lo juzgan esclavizado por un poder inmenso, sigue gobernándolo, sigue hablando en el exterior, sigue funcionando como el único bastión de un modelo político que busca la equidad.
Se señala a los cubanos como una sociedad sometida al dictador, pero hoy es el país más civilizado de nuestra américa latina.
No tienen autos, ni spas, ni grandes edificios o centros financieros o turísticos donde circula la droga y el tráfico de personas, no hay grandes carreteras ni centros urbanos manchados por el smog de una industria que alimenta el ego de los llamados países civilizados y de primer mundo, pero hay medicina para los enfermos, educación para los niños. No hay ricos pero la pobreza no existe en los términos de una sociedad que pretende respetar la dignidad del hombre por lo que es y no por lo que tiene o por lo que gasta.

El Banco Mundial destacó en su informe de 2014 que Cuba tiene la mayor inversión en educación en el mundo (13 de su PIB) seguido de Bolivia y Venezuela en América Latina. Foto: Raúl Pupo.
La cubanía de Miami que salió a festejar la muerte de Fidel mostró su realidad. En la Pequeña Habana se congregaron los burguesitos con sus puros y sus camisolas Polo, luciéndose felices por algo que ellos no pudieron hacer, es decir, matar a Fidel.
Los congresistas cubanos, ahora aliados al desastre que se avecina, subordinados a ese espantapájaros de Trump, dieron conferencias de prensa y clamaron por el bloqueo a la Isla. Lamentables los discursos encendidos y maniqueos de esos líderes en la diáspora que no logran dimensionar la realidad histórica de una Cuba viva, con enormes limitaciones, pero digna y ejemplar.

El ONU reconoció este sábado los logros de Cuba en salud pública, educación, ciencia y otras áreas sociales, gracias a la Revolución Cubana liderada por Fidel Castro. “Quedará en nuestra memoria como una gran figura del mundo contemporáneo y un símbolo de solidaridad”, dijo la directora general de la Unesco, Irina Bokova.
¡Hasta la vista Comandante!
*Alfonso Bullé Goyri. Escritor, editor y crítico de arte. Ha publicado en diversas revistas y periódicos nacionales