La molestia de Televisa que perdió un contrato millonario, las Olimpiadas de Invierno. Canal 22 se los chamaqueó.
En su nota del 11 de febrero pasado en el Universal (http://www.eluniversalmas.com.mx/columnas/2014/02/105606.php) , el periodista y conductor de uno de uno de los noticiaros más vistos en la televisión, Carlos Loret de Mole, endereza sus baterías contra el Canal 22 y hace una airada crítica a la única emisora cultural del país. El asunto es que Televisa perdió los derechos de transmisión de las Olimpiadas de Invierno en Sochi, Rusia. Como empleado de monopolio televisivo, Loret de Mola nos trata de convencer con su artículo que el Sr. Slim desvalijó a su jefe, el pequeño Azcárraga. Intenta explicarnos cómo el “hombre más rico del mundo” se aprovechó de la buena voluntad del dueño de Televisa y lo sacó injustamente del negocio que, según lo que parece, le correspondía sin ninguna discusión.
Alfonso Bullé Goyri/ A los Cuatro Vientos
El Sr. Loret de Mola es la voz del alguien que sistemáticamente ignora la competencia y que acostumbra obtener todo tipo de contratos, sin excepción, a favor de la reproducción del poder unipersonal de un empresario que lo es gracias a las prebendas obtenidas por su abuelo y su padre. El joven Azcárraga, nos lo hace saber el Sr. Loret de Mola, es el monopolio y nadie tiene derecho de escamotearle ese privilegio así sea el hombre más rico del mundo, al que parece envidiar el comunicador y el pequeño tigrillo. No es necesario repetir la pedestre argumentación del comunicador que muy frecuentemente se hace pasar por un defensor de los intereses populares, que habla de educación con una autoridad incontrastable y que en sus noches de Tercer Grado con una inusitada seguridad, despliega sus dotes de analista que igual habla de seguridad que de partidos políticos, de economía nacional que de los grandes temas que mantienen a México en vilo.
El Sr. Loret de Mola es una más de las piezas de un intrincado aparato monopólico que reelabora constantemente la ideología de la elite que no deja al país despegar. Televisa, la fábrica de sueños, es sin duda uno de los factores de estancamiento en este pobre país tan lejos de dios y tan cerca de Televisa. A través de la pantalla Loret de Mola, en una actitud por lo demás esquizoide, realiza un programa a favor de la educación de calidad y a su lado trabaja Laura Bozzo o comparte espacio con Cero en Conducta encabezado por Jorge Ortíz de Pineda, uno de los programas más nocivos de la televisión, en donde se privilegia la trampa, el engaño al saber, las fullerías de adultos vestidos de niños que pasan por encima de cualquier otro valor pedagógico. Loret de Mola habla de educación con una suficiencia escandalosa y con la cadena al cuello, defiende lo indefendible y se asume como víctima de los delirantes negocios del hombre más acaudalado del mundo.
En su artículo del martes 11 el hombrecito cuestiona la labor encomiable del Canal 22 que, en efecto, con muy escasos recursos pero con inteligencia, van construyendo un discurso distinto al que hemos estado acostumbrados con el Canal de las Estrellas o con TV Azteca. Sin dejar de trasmitir las distintas disciplinas de la Olimpiada en Sochi, los narradores contrastan las notas con reportajes que hacen referencia al mundo ruso tan lejano a nuestra realidad y que no carece de interés. Se habla de deporte pero también de teatro, de libros, de autores, de cine. Esta experiencia inusitada, demuestra que hasta los programas deportivos pueden ser tratados con eminencia, de manera más fresca, con criterios más profundos y cultos y no nada más con gritos y estridencias como la que domingo a domingo repite el Perro Bermudez, una especie de bufón ignorante pero con ciertas ocurrencias que también comparte espacio con Loret de Mola.
Es curiosa y reveladora la molestia del también analista del periódico Universal, porque irritado afirma que “Televisa no hizo ningún convenio con Canal 22. Lo hizo (las negociaciones suponemos) el Ing. Carlos Slim, quien a través de sus empresas de telecomunicaciones tomó el canal 22 durante los Juegos Olímpicos de Invierno, de Sochi, Rusia…y los Slim-media, Telcel-nadores y Dish-putadas no dicen nada”(sic). Esta frase críptica no tiene explicación, pero suponemos que es la expresión más acabada de una molestia que no acaba de tomar forma verbal y que se expresa como una exclamación enojoso a causa de la impotencia por decir algo coherente y que no alcanza a prorrumpir del interior de un pecho turbado.
Loret de Mola es alumno de Ortíz de Pineda, esa es su triste realidad y no logra entender que el Canal 22, con ayuda o sin ella, es capaz de hacer una televisión mucho más inteligente y penetrante que toda la parafernalia del Televisa. Canal 22 con un cuerpo reducido de conductores sin grandes experiencias lograron un resultado visible, interesante, ágil, audaz y ligero, que va al asunto y que sabe contextualizar, que entiende el deporte como expresión de la cultura y a la cultura como una manifestación eminente de la condición humana. Eso es lo que no puede tolerar Loret de Mola y sus patrones, que además de haber perdido un jugoso contrato, un canal cultural tuvo la posibilidad de poner en entredicho todo el proyecto de Televisa que siempre se queda a la saga de cualquier propuesta medianamente inteligente. El Canal 22 sin recursos, sin medios extravagantes, reporta hechos y contextúa las realidades de un evento de suyo atractivo, emotivo y de una gran calidad plástica.
Así que al Sr. Carlos Loret de Mola y a sus jefes me temo les cayó el Cero en Conducta. Se lo mereces. Se lo han ganado a pulso.