La kiliwa Leonor Farldow Espinoza gana Premio Nacional de Artes y Literatura 2018

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Por su labor social, política, de investigación y gestión cultural que ha contribuido a preservar y difundir las tradiciones del pueblo Kiliwa en Baja California, Leonor Farldow Espinoza ganó el Premio Nacional de Artes y Literatura 2018 en el campo de Artes y Tradiciones Populares.

4 Vientos / La Jornada / Foto principal: SIPSE

25 de octubre del 2018.- La Secretaría de Cultura dio a conocer ayer que junto con la profesora kiliwa, de 82 años, nativa de la comunidad Arroyo de León y residente de la ciudad de Ensenada, galardonó con el mismo premio a Angelina Muñiz-Huberman en el campo de Lingüística y Literatura, quien fue reconocida por sus investigaciones en literatura hispanohebrea medieval, novela neohistórica, estudios de la mística sefaradí en la literatura mexicana y por la creación del género de las seudomemorias.

También a Rossana Filomarino en el campo de las Bellas Artes; se trata de una de las figuras más sólidas de la danza contemporánea del país. Cuenta con una trayectoria dancística ininterrumpida de 50 años; formadora de varias generaciones de bailarines, y es creadora de más de 70 coreografías representadas en México y el extranjero.

Y en el rubro de la Historia, Ciencias Sociales y Filosofía se entregó el Premio a Salomón Nahmad y Sittón, quien colaboró con el doctor Erich Fromm en la investigación sobre la psicología de la madre mexicana. Él ha realizado destacadas investigaciones con diversos grupos étnicos de México, lo que le llevó a crear los Centros de Investigación Étnica, y a establecer la Unidad del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social.

De la kiliwa, el Consejo de Premiación que estuvo integrado por María Cristina García Cepeda, secretaria de Cultura; Enrique Graue, rector de la UNAM; Eduardo Peñalosa, rector general de la UAM; Mario Alberto Rodríguez, titular del IPN; Jaime Valls, secretario general ejecutivo de la ANUIES; y Adolfo Martínez Palomo, representante de El Colegio Nacional, entre otros, resaltó:

“Sus conocimientos ancestrales transmitidos durante generaciones han sido fundamentales para identificar numerosas especies de flora y fauna de su región, utilizadas en tradiciones medicinales, culinarias y artesanales”.

Leonor y su conocimiento ancestral (Foto: El Vigía)

También que, por su convicción, “ha recuperado las tradiciones de sus antepasados y les ha aportado un toque innovador”.

Destacó asimismo que Leonor Farldow publicó el libro “Cantos, cuentos y juegos indígenas de Baja California”, y colaboró con el oceanólogo Arnulfo Estrada Ramírez, cronista de Ensenada, en la realización del “Diccionario práctico de la lengua Kiliwa”.

Esta última obra contiene la definición de tres mil vocablos, el Manual temático de la cultura kiliwa, donde se dan a conocer aspectos de esta etnia, y el Instructivo ilustrado de la lengua kiliwa, un método gráfico para aprender el idioma, según información proporcionada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Artesana de oficio, es una de las últimas cuatro personas que hablan kiliwa, y de acuerdo con publicaciones del INAH, desde 1997 forma parte -junto con Estrada Ramírez, promotor primario del trabajo de rescate y preservación de la lengua kiliwa- de un programa que se puso en marcha para rescatar la lengua y la cultura de este pueblo yumano, uno de los más antiguos en Baja California, el cual ha permanecido al menos 6 mil años.

En 2011, cuando ya se advertía el “alto riesgo” de la extinción de su idioma y otros de origen yumano, el INAH la mencionaba como una de las más calificadas para enseñar y preservarlo, junto con José Ochurte Espinoza -el último hablante del linaje Ochurte-, quien falleció en febrero de este año.

La migración fue una de las causas principales de la pérdida de hablantes de lenguas yumanas, por lo que en ese año expertos plantearon la creación de grupos de conversación, en núcleos laborales y otros grupos sociales, para fomentar y conservar el kiliwa ya que la familia había dejado de ser el espacio de práctica cotidiana, pero a la fecha apenas hay cuatro hablantes, según la publicación del INAH.

Mujer yumana en fotografía de Roberto Córdova-Leyva para su libro “Jaspuypaim: Los Jamás Bautizados”.

En un censo de hace siete años, en la entidad había 583 personas que hablaban las cuatro lenguas yumanas, de quienes menos de la mitad -203- se comunicaban de manera cotidiana y que se dividían en 75 cucapás, 63 kumiais, 60 paipais y cinco kiliwas residentes en los municipios de Ensenada, Mexicali, Tecate y Playas de Rosarito.

La última generación de hablantes kiliwa vive en la comunidad Arroyo de León, en Ensenada; Eusebio Álvarez Espinoza es el más joven, con 47 años de edad; él y su madre, Hipólita Espinoza Higuera, la indígena kiliwa más grande, integran la única familia que habla este idioma.

El antropólogo y lingüista José Luis Moctezuma dijo al INAH que las lenguas yumanas son las menos conocidas en México -donde apenas hace 21 años aparecen en los conteos de población- y los estudios han sido más estudiados en universidades estadunidenses, donde también existen hablantes, en Arizona y California.

Apenas el 28 de agosto pasado, durante la inauguración de la muestra “Arte, mito y subsistencia. Ipáa Uña’/ La Gente del Camino” que se exhibió en el Zócalo de la capital del país en el marco de la V Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios de la Ciudad de México (FCIPO-CDMX) 2018, Leonor Farlow manifestó:

“Es un honor estar en el Zócalo presentándome con el trabajo que hemos hecho para que nos den valor. Estamos olvidados, y aunque ya empieza a mencionarse nuestro nombre, todavía falta mucho. ¡Todavía existimos en Baja California!”

También lamentó que el interés por los yumanos llegara tarde, “porque los hablantes mayores de kiliwa ya se acabaron; queda Hipólita Higuera, los sobrinos de ella, que también son mis sobrinos, y yo. Es triste no saber qué puede pasar”.


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