La historia negra detrás del conflicto inmobiliario en el valle vitivinícola de Guadalupe
Los megadesarrollos turísticos e inmobiliarios de gran lujo propuestos en el valle de Guadalupe por empresarios y sus aliados políticos, romperán el equilibrio ambiental y productivo del principal valle vitivinícola del país, destruirán el bosque de olivos más grande de México y violarán la normatividad de crecimiento sustentable ya establecido para la región.
En entrevista conjunta con A los Cuatro Vientos, el emblemático enólogo mexicano Hugo Enrique D’Acosta López, el productor de vinos Alvaro Ptanick, y la regidora de Ensenada María del Cármen Iñiguez, profundizaron en la polémica en torno al intento de empresarios inmobiliarios como Carlos Lagos Yagües y Ricardo Zazueta (funcionario y asesor del alcalde de Ensenada Enrique Pelayo Torres), por adueñarse del futuro desarrollo de un valle que produce anualmente un millón 300 mil cajas de vino, más que cualquier otra región vinícola de México.
Hugo D’Acosta, motor de la nueva y pujante industria artesanal del vino en la república, dijo: “(las autoridades municipales) nos trata como retrasados mentales, nos engañan y están simulando cosas que no deben de pasar” en el valle de Guadalupe.
También que si el Ayuntamiento de Ensenada quiere participación ciudadana, “abramos las cosas y trabajemos a fondo sobre la problemática del valle”.

El enólogo D’Acosta (Foto: internet)
Denunció asimismo que Carlos Lagos ya está vendiendo terrenos de hasta cuatro mil metros cuadrados de superficie -a razón de 50 dólares el metro cuadrado en el Rancho Olivares-, sin aparentemente contar con los permisos correspondientes y afectando el principal bosque de olivos del país, que tiene casi mil hectáreas de superficie.
Zazueta por su parte -a decir del enólogo y Alvaro Ptanick-, está desarrollando un campo de golf en las inmediaciones del arroyo Guadalupe, usando grandes cantidades de agua en una zona que tiene graves problemas en el suministro de agua potable, sin contar aparentemente con los permisos oficiales para hacer esa actividad.
“Pero agua no hay en el valle para este tipo de desarrollos, solo intensiones, pero no hay planes concretos para resolver de fondo el problema”, comentó el enólogo, a quien el gobernador de Baja California José Guadalupe Osuna Millán llamó “malagradecido”, e incluso intentó su linchamiento mediático por el simple hecho de que D’Acosta públicamente le reclamó su falta de atención a los problemas del sector y no eliminar un impuesto estatal que grava con un cinco por ciento las ventas del vino que se produce en la entidad.
Ptanick (en la foto a la izquierda) comentó a su vez que los desarrollos inmobiliarios comienzan a “comerse” la actividad vitivinícola del valle de Guadalupe y éste dejará de tener atractivo para la gente que hoy disfruta de sus características rurales, culturales, turísticas, paisajísticas y agrícolas.
Por su parte, la regidora Iñiguez dijo que ya existe una ley, un ordenamiento urbanístico integral que claramente delimita las diversas zonas de desarrollo del valle, pero el XX Ayuntamiento se niega a crear un reglamento que evite y sancione las acciones contrarias a lo que ordenan sus líneas de desarrollo.
“Sí hay zonas habitacionales, sí hay zonas donde se pueden hacer desarrollos, pero también hay zonas agrícolas y de producción. Estas son las que queremos que no se intervengan y que no se alteren”, comentó.

La regidora Iñiguez (Foto: internet).
Y agregó: “No solo queremos que se dé la siembra de la vid. Decimos sí al turismo y al desarrollo, pero ordenado.Insisto, ya hay un programa completo de desarrollo sustentable, vigente en el Registro Público de la Propiedad desde noviembre de 2010, pero quieren cambiar la densidad de vivienda y construir casas fuera de las zonas aceptadas. Por eso es el enojo de la gente”.
A continuación, el audio con la entrevista:
https://www.4vientos.net/audio/HUGODACOSTAGUADALUPEOCT2013.mp3