La demagogia y la mentira en el suministro de agua potable a Ensenada
Luego de la ejecución de tres obras de infraestructura hídrica con capital público y privado por un monto conjunto de 906 millones de pesos, y al menos tres promesas gubernamentales de que a partir de 2016 la ciudad de Ensenada no tendría problemas de abasto de agua potable para la totalidad de sus habitantes, el líquido seguirá escaseando este verano en varios sectores de la metrópoli porteña.
Javier Cruz Aguirre / A los 4 Vientos
Ensenada, B.C., a 31 de mayo del 2017.- Así lo anunció el director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE), Carlos Loyola Peterson, quien dio un consuelo al casi medio millón de habitantes de Ensenada y su zona conurbada: la escasez no será tan severa como en el verano pasado, fecha en la cual, de acuerdo con lo que prometieron el gobernador Francisco Vega de Lamadrid y el titular de la Comisión Estatal del Agua (CEA), Germán Lizola Márquez, ya no habría insolvencia del recurso.
El ex empleado de la trasnacional Sempra Energy en México y ex candidato perdedor del Partido Acción Nacional (PAN) a la presidencia municipal de Ensenada en 2016, se disculpó así del nuevo fracaso del gobierno estatal en el cumplimiento de sus promesas a los porteños:
“Ensenada tiene una posición geográfica privilegiada, pero la desdicha de estar en una zona árida en donde la lluvia ha venido a menos en los últimos años en el perjuicio de los acuíferos que han abastecido al municipio; esa situación nos ha llevado a tener una ciudad con falta de agua suficiente para tener cubierta nuestra demanda”.
Esto lo manifestó en una rueda de prensa que sostuvo con los medios locales el martes 30 de mayo, en donde también pidió a los porteños entender que “la distribución del agua no es un tema sencillo, ya que es algo sumamente problemático, costoso, que requiere de personal especializado”.
Esto, dicho en un ejecutivo empresarial que ingresó al más alto puesto de la CESPE después de perder la elección municipal de 2016 en Ensenada, sin tener ningún conocimiento previo en la administración y operación de temas hídricos tan “problemáticos” como los que tiene hoy Ensenada, pareció lo menos “anecdótico” a los usuarios de las redes sociales que criticaron la falta de agua en la ciudad por cuarto año consecutivo.

Carlos Loyola (de lentes) con empresarios (Foto Frontera).
Sin embargo, Loyola se congratuló porque en el invierno pasado cayeron cantidades de agua de lluvia por encima del parámetro medio de la región y eso permitió que la presa Emilio López Zamora, diseñada para contener fuertes avenidas de agua pluvial, recargara parte de su azolvado vaso regulador y obrara una vez más el papel de “salvador” del porteño promedio y del cuestionado gobierno de Francisco Vega.
“(La presa) todavía no es la fuente de agua que necesitamos para garantizar el abastecimiento de 24 horas (de la ciudad y su área suburbana) de forma permanente, (pero) nos va a ayudar en los próximos meses de calor para que nuestro déficit no crezca (y) se mantenga en el orden del 13 por ciento”, informó el funcionario estatal.
Y anunció que la CESPE pondrá en marcha estos días un “plan de manejo del agua para la temporada de calor” que incluye la “auto-reducción” en el consumo doméstico, comercial e industrial y busca evitar los cortes totales en zonas de la ciudad en donde hoy se recibe un abasto del líquido las 24 horas.
Desde el primer semestre del 2014, en que hizo crisis el suministro de agua potable por la falta de inversión del gobierno estatal en la realización de obras de abastecimiento, como el acueducto Tecate-Ensenada que conduciría nueve millones de metros cúbicos de agua del Río Colorado, o la reutilización de 15 millones de metros cúbicos al año de aguas tratadas en las plantas recicladoras de la CESPE, de acuerdo con la CEA, la ciudad está sujeta a un programa selectivo de racionamiento del recurso.
Obras, obras y más obras… sólo en sueños
En plena crisis por desabasto en 2014, el gobierno del estado anunció tres obras para resolver el problema que dejó crecer desde 1983, fecha en que construyó y puso en marcha, conjuntamente con la federación, la operación de un sistema de extracción de agua potable del manto freático del valle de Guadalupe que originalmente sería temporal y que hoy sobreexplotó el acuífero guadalupano.
El primer proyecto es la desalinizadora que en Ensenada construye la trasnacional española GS Inima Envinonment S. A., a través de su filial Agua de Ensenada, con una inversión público privada hasta hoy de 748.9 millones de pesos.
La obra, que en su primera etapa (de un total de cuatro) venderá 250 litros por segundo de agua desalinizada al gobierno estatal, tiene un retraso de un año en su inicio de operaciones y el director de la CESPE anunció el 30 de mayo que por problemas marinos (marejadas, presumiblemente), estará lista hasta diciembre próximo.
El segundo proyecto fue el del Acueducto Inverso Tijuana-Ensenada, que con un costo de 155.1 millones de pesos -68 por ciento más que su presupuesto inicial de 92 millones-, el CEA dio por terminado el 19 de noviembre de 2015 y prometió entregar a la ciudad de Ensenada, partir de diciembre de ese año, de 300 litros de agua potable por segundo.
Y el tercero fue la perforación y la rehabilitación de dos pozos de agua potable en la parte alta del Cañón de Doña Petra, a un costo de dos millones de pesos. La CESPE esperaba extraer de esa obra 40 litros por segundo de agua potable, pero el suministro presenta una extracción inestable que incluso es nulo por largas temporadas de 2015, 2016 y el primer cuatrimestre del presente año.
Las tres obras, que presentaron múltiples irregularidades en su licitación, construcción y operación, estabilizarían y terminarían con el déficit del recurso en Ensenada desde julio de 2014 (en el caso de los pozos), según afirmaron Vega de Lamadrid, Germán Lizola y el ex director de la CESPE Arturo Alvarado González, pero la realidad la dio a conocer Carlos Loyola el pasado martes 30 de mayo.
El cinismo con las cifras, las promesas
“Actualmente Ensenada tiene una demanda que oscila entre 800 litros por segundo en la época de invierno y 900 litros por segundo en verano. Nuestro abastecimiento en este momento anda alrededor de los 730 litros por segundo, lo cual significa que tenemos un déficit en promedio de 120 litros por segundo”.
Pero las cifras que maneja el Consejo Coordinador Empresarial de Ensenada (CCEE), con cifras de la misma CESPE “y otras instituciones públicas y civiles”, distan mucho de las cuentas alegres de Carlos Loyola, ex integrante del mismo organismo patronal hasta que el Partido Acción Nacional (PAN) lo impuso a sus bases en Ensenada como candidato a munícipe en el proceso electoral de 2016.
El 9 de agosto de 2016, el entonces presidente del CCEE, Marco Coronado Valenzuela, informó al diario El Vigía que a esa fecha la ciudad tenía un desabasto de agua de 912 litros por segundo, cifra que se estableció en las mesas de trabajo de la CESPE con el Grupo Interdisciplinario del Agua y organismos colegiados del municipio.
“Las cifras establecidas en esas reuniones fueron que el abasto es de 847 litros por segundo y la demanda estimada -incluyendo los consumos domésticos, industrial y comercial-, es de 1,759 litros por segundo”.
Pero la danza de cifras contradictoria no termina ahí, el 12 de julio de 2015, el director de la CEA informó en una reunión con el Grupo Los Madrugadores de Ensenada que a ese día la ciudad tenía un déficit de 100 litros por segundo, por lo que hoy la deuda creció en 20 litros por segundo pese a que supuestamente ya opera el acueducto inverso.
Y el gobernador Francisco Vega de Lamadrid cierra éste cínico capítulo de la demagogia del agua, tema hoy hecho gran negocio con la concesión a un consorcio empresarial que ganará 729.1 millones de pesos por ejecutar y administrar las obras de modernización del sistema de distribución de agua potable –vía Contrato de Asociación Pública Privada- de la ciudad de Ensenada.
El 29 de noviembre de 2015, el mandatario panista afirmó sin tapujos el 26 de marzo de 2015, en medio de una gira mediática por las obras de construcción del acueducto inverso en la localidad La Misión:
“Con la puesta en marcha del sistema de flujo inverso y la construcción de la desaladora, que deberá estar en funciones en 2016, se estará duplicando en dos años la capacidad de suministro de agua para la ciudad.”
¡Vaya descaro!