La crisis de MORENA
Muchos militantes de la izquierda mexicana ven a Morena como una opción partidaria, incluso militan en ese partido pese su poco clara definición como tal, salvo la única mención al respecto que se haya en el tercer párrafo introductorio de su Programa. Lo anterior, sin embargo, no le quita su calidad de fuerza partidaria ganadora en las pasadas elecciones, con peso correspondiente en las Cámaras federales y en una buena parte de las estatales.
Tribuna Comunista
Esa condición de fuerza mayoritaria que implica una enorme responsabilidad, debiera ser considerada por sus militantes y dirigencia como fundamental, y actuar en consecuencia del mandato de cambio que el pueblo les encomendó, cosa que hasta el momento no han hecho.
Morena, que debiera ser un auténtico partido gobernante, no ha estado, ni está, a la altura de la enorme tarea que significa la creación de un nuevo régimen. Su dirigencia y militancia no han entendido lo que muy pomposamente el jefe del ejecutivo llama Cuarta Transformación. Desafortunadamente para el pueblo mexicano, en ellos se hace realidad aquello de que “les quedó muy grande el saco”.
Por no entender su enorme responsabilidad histórica, viven empecinados en una lucha fratricida que sólo beneficia a la derecha y la reacción.
Pocos ponen de su parte para superar la grave crisis por la que pasa su partido, y su descuartizamiento motivado por mezquinos intereses personales o de grupo, se muestra al interior del propio partido pero también en las cámaras legislativas y otras instancias de gobierno. Al interior la lucha no cesa pese al esfuerzo de su Sexto Congreso Nacional Extraordinario al nombrar Presidente Provisional a Alfonso Ramírez Cuellar, un dirigente aparentemente desvinculado de las fuerzas contendientes.
A nosotros, el Movimiento Comunista Mexicano, nos preocupa la situación por la que atraviesa Morena, pues podría sesgar el derrotero político del país e incubar un desbarranque en las próximas elecciones intermedias, posibilitando que pierda la mayoría en la Cámara de Diputados, dificultando el ejercicio gubernamental durante la segunda mitad del sexenio.
Sería muy lamentable para el movimiento democrático y el futuro de este país que ello ocurriera, porque sería abrirle el camino a la derecha para recuperar el terreno perdido. Vale recordar que las estructuras de poder están intactas, y que el aparato de gobierno con miles de empleados formados por los regímenes anteriores, sigue estando allí.
Los miembros del MCM, que a su vez también militan en Morena, deben llamar y trabajar por la unidad interna, por hacer de Morena un auténtico partido que, a su vez, sea el autentico partido de gobierno que actúe en favor de las causas populares, y responda a la confianza que le depositaron en el 2018 más de treinta millones de electores.
Fuente:
Tribuna Comunista edición 370 del 30 de enero de 2020