LA BELLEZA DEL CAOS: The Joker y Toy Story, la genial broma de la simulación de lo real
“La realidad sin imaginación, es la mitad de realidad” – Luis Buñuel, 1933
Armando Cortés* / A los 4 Vientos
Durante el mes de octubre sucedieron una serie de constantes manifestaciones por toda latinoamérica. Parece que México, en especial la Ciudad de México, irónicamente este mes fue de lo más tranquila. Sin embargo, hubo un fenómeno que me llamó particularmente la atención, especialmente por todos estos sucesos, y fue la cinta: The Joker.
Parece que por unas semanas las críticas y foros de los medios digitales solo hablaron de lo increíble y maravillosa que es esta cinta, o incluso realizaron análisis profundos de los patrones psicológicos y sociales que en ésta se muestran. Algunos más atrevidos, hablaron de la filosofía y las posibles consecuencias que esta cinta pudiera traer; pero justamente creo que muy pocos especialistas de cine hablaron de ella como lo que es: un fenómeno audiovisual de entretenimiento.
Adelanto que mi intención no es criticar o despreciar las críticas y comentarios que gente sumamente capacitada (otros no tanto) han realizado sobre esta cinta, sino tratar a esta película como un aparato comercial que nos ha envuelto a todos en una tela exquisita del engaño.

La mayoría de nosotros estamos relacionados con las peliculas de Disney Pixar, una serie de películas que nos han hecho reír, llorar, emocionarnos y sentir un vínculo especial con cada uno de los personajes. Estas películas suelen tener una aventura homérica de la cual nos sentimos parte e identificados, con lo que muchos conocemos como “la formula Pixar”. Disney la explota en cada una de sus cintas al colocar una serie escenas en cierto orden estructuradas de tal manera, que nos fascinan y permiten establecer un vínculo emotivo con cada una de ellas pero ¿Qué tiene que ver esto con The Joker? Pues que parece que esta vez la formula ha sido robada, tomada para otros fines, y para hablar de esto analizaremos 4 de las principales partes de esta formula (hay más que siguen concordando) y su aplicación en la cinta
1.Presentación emocional y rutina diaria.
La mayoría de las cintas de disney comienzan con dos cosas: presentar al personaje bajo un aspecto sentimental y establecer un vínculo emocional directo. En Buscando a Nemo, la cinta nos presenta a los personajes desde un asesinato y cómo este cambia sus actividades diarias posteriormente; en Up nos muestran el vínculo amoroso y como se desvanece para cambiar su vida diaria en el hogar; en Toy Story el vínculo emocional con Andy y como eso establece la dinámica entre juguetes; en Wally el deseo del amor y como su vida recolectando basura es parte de sus solitarios hábitos diarios.
Es decir, incluso antes de conocer el nombre de nuestro héroe/personaje principal, le conocemos a través de un vínculo emocional el cual marca su vida diaria. En Joker conocemos su dolor, el abuso que sufre y como soporta su vida diaria antes de incluso conocer su nombre o historia, en una escena que a través de su sufrimiento te engancha desde el minuto uno: te atormenta visual y emocionalmente.
2. La visión emocional de su mundo.
Un personaje no es más que una construcción del escritor; darle vida en el ámbito cinematográfico es una de las tareas más importantes. Sin embargo a través de la formula Pixar, aprovechan la pesca emocional que han realizado anteriormente, para explotar su visión particular de ver su entorno evidenciado en su vida diaria. En Valiente es la construcción de su familia; en Frozen el miedo a hacer daño; en nemo el sentimiento de aprensión; en Toy Story los celos de Woody; y en The Joker, el sentido de inadaptación, mismo que sobre explotan con relaciones amorosas de la vida cotidiana: madre, hijo, pareja, trabajo. La vida diaria nos muestra como el héroe (por llamarle así) busca desenvolverse en una sociedad que como en todas las cintas Disney, parece ser el mas cuerdo a través de la opinión particular que él emite del entorno que lo rodea.

3. El quiebre y el inicio de la odisea sentimental.
Siempre existe un punto de quiebre que rompe con la cotidianidad del personaje y lo lleva a realizar un viaje, pero este no necesariamente una travesía física, pues en donde ha estado o estará será lo que menos importa. Puede ser el mar, el bosque, la habitación, e incluso la propia mente, lo que realmente nos mantiene atentos es el desarrollo de las emociones de nuestro personaje; esto hace que no se necesiten de un villano y sus cualidades para desarrollar la trama, sino que nos involucremos con la travesía emocionalmente, desbordando el sentido de identificación y por supuesto acrecentando el vínculo emocional. El villano solo nos permite conocer aún más al personaje; aquí el villano es la ciudad, misma que nos permite conocer el mundo interior y la lucha emocional de Arthur Fletcher.
Esta es la principal causa del sentimiento de empatía que tenemos por cada personaje y la facilidad del proceso de identificación emocional. En The Joker, el punto de quiebre es un asesinato y la odisea es su proceso de aceptación individualizada, la lucha por callar o aceptar lo que es o lo que anhela ser. La cinta no nos trata de decir si el asesinato es merecido o no, más bien, si lo acepta como parte de él y como un proceso de cambio personal; confundirlo con nuestras interpretaciones respecto a lo real y el juicio moral es algo que sucede de manera muy similar a lo que pensamos de la amistad, la relación padre hijo, el crecimiento juvenil, etcetera.
4. La lección emotiva.
Toda travesía en la que nos envolvieron, lleva al personaje a tener un cambio radical en su construcción emotiva, los personajes que le acompañan y que han aportado a esta odisea, nos envuelven en el crecimiento personal que se ve reflejado en muchos de los valores y resoluciones emotivas que Disney nos comparte y hacemos nuestras.

Aquí es donde debemos tener más cuidado, puesto que si en Disney Pixar, las lecciones son el amor familiar, la aceptación del crecimiento, la amistad, el amor después de la muerte, el valor de la compañía y el amor de familia, en The Joker la lección es cruda y violenta: La locura es la razón, la aceptación nos hace escapar de la sociedad. Este argumento es donde muchos de los críticos han enfocado sus esfuerzos en hablar y expresar su opinión, pues es un mensaje profundo enviado al estilo Pixar que se queda grabado como una lección en la cual aceptamos sin negación alguno; aquí es donde esta la magia del engaño.
La realidad es que nuestra sociedad aún no es así, ni la lucha que realizamos día a día se realiza desde nuestra soledad. Existen personas luchando día a día para cambiar la vida diaria; y así como la vida diaria puede tornarse gris y violenta, no todo es totalmente blanco y negro. Un poco desequilibrado pero en constante balance, así como existió el 2 de octubre, también celebramos el día de muertos. Ni todo el caos que se muestra en The Joker es real, ni las historias y valores de Pixar son totalmente ciertas, pero hacer que lo creamos es justamente su trabajo, el cual aún rosa con ser entretenimiento.
No puedo extenderme mucho más, pero la cinta es claramente una nueva manera de utilizar la formula pixar, la cual me trae muchas inquietudes puesto que vienen más películas del estilo; así que no nos sorprendamos de ver próximamente como al igual que nuestra parte de inadaptados de closet se identificó vorazmente con The Joker, muchas mujeres identificadas con el arquetipo construido por D.C. de Harley Queen. Por su puesto la actuación de Joaquin Phoenix es fenomenal y seguramente ganará muchos premios de la academia, pero esperemos que el poder que han empezado a utilizar en el cine ahora deliberadamente no nos afecte en demasía y que la única locura que nos haga sentir, pensar y decir, es que esta cinta es una obra de arte.

*Luis Armando Cortés es Lic. En Historia del Arte. Especialista en análisis en medios audiovisuales, maestrante en la Universidad Iberoamericana, apasionado de la música, las artes y las ciencias exactas. Correo contacto: arteluiscortes@gmail.com